—Sakura, deja de llorar. —pidió su madre, molesta. —Tú padre llegará en cualquier momento y si te ve con lágrimas en los ojos, te gritará de nuevo.
—Pero...—Sakura bajó la mirada al suelo, de donde no solía despegarla a menos que fuera absolutamente necesario. —El tercer Hokage lo ha descubierto por accidente.
—Esas cosas suceden de vez en cuando, usualmente el clan Haruno se encarga de ello casi de inmediato. —comentó Mebuki, secándole las lágrimas. Su cabello rubio caía con gracia sobre su rostro, dándole una apariencia muy bonita, Sakura en el fondo de preguntó si algún día sería igual de hermosa que ella.
—Madre. —llamó Sakura, parando su llanto. Mebuki detuvo también su mano, esperando a que continuara. —Cuando sea grande, te sacaré de aquí.
— ¿Qué dices?
—Quiero que sonrías como lo hacen las señoras de la aldea, como lo hace la mamá de Ino. —comentó Sakura, emocionándose. —Padre no tiene porqué acompañarnos, pero seguro que cuando vea tu sonrisa, dejará esas tontas costumbres de lado y vendrá a vivir con nosotros.
Un plaf silbó en el aire, dejándole la mejilla roja a Sakura. Está vez las lágrimas ya no cayeron por sus mejillas, parecía que ya se había acostumbrado a ese tipo de dolor.
— ¿Qué tonterías dices? ¡No vuelvas a repetir eso! —gritó la mujer, como si le hubieran dicho el peor insulto existente en el mundo.
— ¡Pero tu no eres feliz aquí! —reprochó Sakura, sorprendiendo a su madre. Usualmente se quedaba quieto y reflexionaba sobre lo dicho. — ¿Por qué no me dejas fantasear con liberarte? ¡A mi padre no le interesamos en lo más mínimo!
—Sakura...
— ¡No quiero que mi vida sea así siempre solo porque no fuiste lo suficientemente valiente para salvarnos a ambas! —estalló Sakura, emprendiendo una corrida, saliendo lo más rápido que pudo del lugar.
— ¿De verdad que es aquí? —preguntó Lee, no veía más que arboles alrededor y las luces continuaban desapareciendo. Sakura siguió avanzando con los demás a su espalda.
—Sí. A pesar de que la aldea tiene sus barreras protectoras, mi padre me dijo una vez que esta entrada es exclusiva del clan. —comentó Sakura. —Las barreras no le afectan debido a que nuestro clan desarrolló un jutsu para protegerla de la misma.
— ¿Pero qué iban a hacer si alguien la encontraba y atacaba la aldea?
—Debe de haber cientos de trampas allá adentro, además seguro pensaron que ellos se encargarían. —siguió Sakura, deteniéndose justo delante de una enorme roca. —Además la entrada es muy difícil de encontrar.
—Bueno, no negaré eso, siento que hemos estado caminando en círculos aunque todo alrededor parece ser diferente. —Lee observó a Masamune, este iba en su cabeza y le devolvió la mirada. —Si Masamune tiene que crecer allá adentro nos descubrirán enseguida.
—No, Masamune tendrá que irse por un rato. —dijo Sakura, retirando la piedra. Debajo de ella yacía un pequeño oyó en el que no cabría más que una persona. Casi se asemejaba a la madriguera de un animal pequeño. Podría ser que los del clan Haruno no fueran los más poderosos o inteligentes, sin embargo, se apoyaban de las cosas normales para no levantar ninguna sospecha.
—Entendido. —dijo Masamune, esfumándose de la cabeza de Lee.
—Primero iré yo, después Sakura, seguida de Lee y Sasori. En ese orden. —dijo Itachi, a pesar de que Sasori no parecía estar muy de acuerdo con esa formación terminó aceptando.
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Reflejo
FanfictionEl clan Haruno siempre ha tenido varones, evitando así que se pierda la descendencia del clan. Sin embargo, cada que nace una niña es obligada a volverse un chico, esta ha sido la vida de Sakura hasta ahora, disfrazada, obligando a mantener sus sent...