—Masamune, ¿qué es esto? —preguntó Sakura, observando el pergamino. Al comenzar a leerlo, un destello de alegría apareció en sus ojos, alegrando al cuervo. —Es...
—Mi contrato. —respondió Masamune, acercándole con la cabeza la tinta a Sakura. —Coloca tu nombre y entonces serás capaz de invocarme.
—Pero...
—Falta una semana para que regreses a Konoha. —dijo él, serio. —Pueden enviarte a una misión en cualquier momento, Itachi ya ha dado la autorización, todo está en orden y sé que eres lo suficientemente fuerte ahora para invocarme. Necesito que lo firmes antes de que te vayas con él.
—Masamune... —Sakura rascó su cabeza, algo preocupada por las últimas palabras de él. —Si te tengo a mi lado, sé que estaré bien. Además, Itachi-san, no dejará que nada me pase, ¿verdad?
—Él es un buen tipo en realidad. —comentó Masamune. —Uno que hace a un cuervo viejo, trabajar cuando ya está a punto de retirarse.
Sakura escribió su nombre sin más titubeos, haciendo que el pergamino desapareciera justo al final.
—Cuando esto acabe... e Itachi-san y Sasuke se reúnan... y pueda salvar a Naruto. —Sakura observó a su amigo, acariciándole las plumas en un toque lleno de cariño. —Te llenaré de lujos y comodidades, tanto que pasaras el resto de tus días sin volver a ver una mancha de sangre, Masamune.
—Sakura...
—Te prometo por todo el amor que te tengo, que vivirás feliz hasta el último de tus días. —sonrió ella, alegrando el corazón contrario.
Masamune nunca lo dijo, y nunca lo diría: que el solo hecho de estar al lado de esa chiquilla, no importaba que día muriera, si en su último aliento de vida podía contemplar de nuevo aquellos ojos verdes, dirigiéndose a él, su alma iría en paz al mundo de los muertos.
Así que al momento en que notó que Sakura se encontraba atrapada en un genjutsu, por nada más y nada menos que Tobi, quién se mantenía oculto entre las sombras, Masamune supo que sus días llegaron a su fin. Entendió que vivió momentos inolvidables a lo largo de su vida, algunos en guerras, otros ayudando a un montón de idiotas en busca de poder, y se arrepentía de muchas cosas, pero de las pocas que mantenía como recuerdos felices, era conocer a Itachi Uchiha, porque le permitió conocer a Sakura Haruno.
Porque le permitió sentir eso que llamaban humanidad, una vez más.
Por lo que, mientras que Kabuto se marchaba casi volando de ese lugar, pues entendía lo que estaba a punto de hacer Deidara. Y Kakashi junto a Naruto corrían rumbo a Sakura, llamándola a gritos para despertarla, Masamune notó con gracia que ella hacía el sello liberador del genjutsu.
—Kai.
Masamune emprendió vuelo en picada, absorbiendo una enorme cantidad de chakra de Sakura, creció de un enorme tamaño y se tragó a Deidara justo al momento donde este no pudo hacer nada para parar su jutsu. El cuervo de las alas de acero, que no podían ser traspasadas por nada, el cuervo sanguinario que un día asesinó a tantos que ya no podían ser contados, reveló su debilidad al instante en que la chica de ojos jade abrió los ojos.
"Hasta siempre... Sakura. Te veré cuando te conviertas en una estrella."
Y explotó.
—.—.—.—.—
Cuando Sasuke despertó, notó que el fuego iluminaba una sombra contraria, proyectándose en la cueva. Unos murmullos se escuchaban afuera, voces que reconoció unos segundos después, Shikamaru, Ino y Naruto, parecían estar peleando por algo. A su buena suerte ya no sintió ninguna herida demasiado punzante y la resequedad en su garganta incluso se había ido.
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Reflejo
FanfictionEl clan Haruno siempre ha tenido varones, evitando así que se pierda la descendencia del clan. Sin embargo, cada que nace una niña es obligada a volverse un chico, esta ha sido la vida de Sakura hasta ahora, disfrazada, obligando a mantener sus sent...