El ansioso sol.

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Naruto estaba actuando demasiado raro, Sakura podía notarlo en un instante. Cada que Hinata se acercaba, el chico se ponía nervioso y buscaba la forma más rápida de irse del lugar, con las mejillas bañadas en un tono carmín que resaltaba más su tez morenita. La primera vez que lo notó, fue cuando Naruto le estaba ayudando a cambiar las vendas de Kakashi, probablemente su maestro se habría dado cuenta también; a Sakura le causó cierta ternura ver como las mejillas de Naruto se ruborizaron, por rozar sus manos sin querer, sin embargo, tardó poco en notar que más que un contacto cariñoso, el rubio se estaba aferrando a ella debido ansiedad que le causo que Hinata pasara a su lado, mirándolo de reojo.

Quiso preguntarle qué estaba pasando, pero fue llamada para atender a otro paciente.

La segunda vez que lo percibió ese malestar en Naruto, o mejor dicho... era más malestar para Sakura, pues sentía una presión en el pecho que le hacía rascarse la cabeza y mirar un poco descontenta a Naruto. Pero se desconcentraba de esos sentimientos de inmediato por lo ocupada que se encontraba; en fin, la segunda vez que vio que Naruto se ponía nervioso con la presencia de Hinata fue cuando la chica comenzó a hablar con los jefes de los clanes, y debido a que Naruto ahora era el héroe de Konoha, requirieron su presencia, al igual que la de Sakura como representante del equipo médico.

Sakura apretó los labios; Naruto apenas era capaz de mirar a Hinata, se veía demasiado cohibido delante de ella.

—Sakura, ¿Cuánto crees que aguanten los suministros? —preguntó Hinata, preocupada. Sakura apartó la mirada de Naruto de inmediato, dirigiéndose a la representante momentánea del clan Hyuga.

—No pasaran de hoy. —decretó, seria. —Han sido muy pocos los que hemos rescatado. Además, el equipo médico no ha dejado de trabajar, están exhaustos. A menos que la ayuda llegue hoy, mañana morirán varias de las personas que tenemos en la carpa de intensivos.

Hinata se mordió la uña, buscando una forma de alentarla. Ino dio un paso adelante.

—Los ANBU no deberían de tardar más de otro día.

Shikamaru fue quien se alzó en nombre del clan Nara, a petición de su padre. —Se tardarán más. Al menos dos días en la mejor de las especulaciones, no solo viajan los ANBU, el equipo médico de las aldeas vecinas no será fácil de transportar, por más que lleguen primero ninjas de élite, si no saben ninjutsu médico o no traen artilugios médicos, se hará realidad el escenario que Sakura plantea.

—Podríamos mandar ninjas. —comentó Ten Ten. —Guy-sensei y Lee son los más rápidos de Konoha, seguro que si van acompañados de grandes ninjas como Sasuke y demás podrán transportar más rápido las cosas médicas que se necesitan.

Sakura negó con la cabeza al igual que Ino. —Entre las cosas que hemos pedido se encuentran órganos para realizar un trasplante, algunos de ellos se deben manejar con sumo cuidado, y ni hablar de varios químicos que podríamos necesitar. La rapidez solo podría servir para los suministros embotellados, que son para los menos esenciales o que se encuentran en un nivel medio de gravedad.

— ¿Y qué hay de...?

—Llegaran hoy por la noche. —la voz de Itachi cayó a todos a su alrededor; algunos seguían mirándolo con recelo, siendo cuidadosos de él. Sasuke que se encontraba al lado de su hermano, lo miró confundido.

— ¿Cómo lo sabes? —se metió Guy, desconfiado.

—Envié a alguien en cuanto vi la destrucción de Konoha. —explicó. —Incluso si no son en grandes cantidades, priorizamos los artículos más urgentes como trasplantes, medicinas y equipo medido.

Kakashi que estaba apoyado en una muleta al lado de Sakura, miró a su excompañero del equipo ANBU. No era de extrañar que Itachi pudiera mover todos los hilos a un ritmo veloz, confiaba en su palabra, sobre todo porque veía esperanza en los ojos de Sakura.

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