Confusión.

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Jiraya miró con curiosidad a Sakura, acababa de tomar una siesta pequeña mientras Naruto entrenaba, debido a su condición y a la insistencia del enano rubio, Sakura tuvo que conformarse con solo mirar; no obstante, llevaban tres días viajando, cada que Sakura dormía y despertaba, se notaba bastante agitado.

—Has tenido un sueño muy largo. —dijo Jiraya, sentándose a su lado. Naruto seguía intentando concentrarse en la marca de su mano. Masamune aleteó en la cabeza de Sakura, atrayendo la atención de Jiraya. — ¿De dónde es ese cuervo que ha hecho un nido en tu cabeza?

—Humm... —Sakura titubeó, rascándose la mejilla. —Me comenzó a seguir antes de que Orochimaru atacara la villa, su nombre es Masamune.

—Itachi Uchiha... —Jiraya, que esperaba una reacción por parte del animal, no la obtuvo. — ¿Seguro que nunca escuchaste ese nombre?

Sakura negó. —No hasta el día que ataco a Sasuke.

—Parece ser que él sabe quién eres, le advirtió a Sasuke que iría por ti, como ya ha dicho Naruto. —comentó. —Él y su amigo son sujetos muy poderosos.

—Lo sé. —dijo Sakura. —Cuando venga me volveré mucho más fuerte, entonces me pondré defender de cualquier cosa que intenten. Y para eso, debemos encontrar a Tsunade.

—No será fácil convencerla. —explicó Jiraya. —Tiene mucho carácter.

—Estoy seguro de que le convenceremos. —afirmó él, apretando un puño. —Lee, Sasuke y Kakashi-sensei necesitan su ayuda. Además...

— ¿Además?

—Naruto podría ayudar, ¿no?

—Ese pequeño seguro que solo nos lo complica más. —se rió Jiraya. — ¿Por qué lo piensas?

—Bueno... Naruto es el hijo del cuarto Hokage, ¿no? —preguntó Sakura, confundido. Jiraya calló abruptamente, observando anonadado a Sakura. —Quizás como un favor especial, curar a nuestros amigos.

—Sakura, estoy siendo muy serio ahora. —cortó de inmediato Jiaraya. — ¿Cómo sabes eso?

—Mi padre me lo dijo. —confesó él, sin darle demasiada importancia.

— ¿Se lo has mencionado a Naruto?

—Él nunca habla de eso, así que no quise incomodarlo preguntando por esas cosas. —respondió Sakura, no entendiendo. —Cuando era más pequeño investigue también acerca de Naruto, no había ningún expediente sobre él, el cuarto Hokage fue un héroe, así que siempre me pregunte porque le trataban mal si es su legado.

Jiraya lo tomó en ese instante de los hombros, volteándolo a él. Naruto más allá volteó hacía arriba, dejando un momento su entrenamiento cuando notó la incomodidad de Sakura. ¿Qué le estaría diciendo ese viejo pervertido? ¡Quizás intentaba llevarlo a uno de esos lugares con un montón de mujeres!

—Nadie tiene que saber lo que me acabas de decir, no sé cómo lo supo tu padre o tu clan, pero es un secreto enorme, Sakura. —dijo Jiraya, sin apartar la mirada de él. —Si dices esto por descuido en la aldea, será muy peligroso para ti y para tu padre.

— ¿Por qué...?

—No toda la gente en la aldea es buena, Sakura. —murmuró, soltándolo. —Hay quienes buscan arruinar el legado del cuarto Hokage, Naruto sería su razón perfecta para hacerlo.

—De acuerdo. —contestó Sakura. —Hasta saber que puedo protegerlo de todo y contra todo, no abriré la boca, ni ante él ni ante nadie.

—Lamento hacerte guardar el secreto.

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