El cuervo que miraba las estrellas.

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Sakura dejó caer su cabeza en el libro que estaba leyendo, haciendo rebotar la taza de té que desde hace horas estaba fría. En cuanto comenzó a cerrar los ojos, el sueño lo embriago por completo, sumergiéndolo en la oscuridad total; despertó pasada la tarde, cuando todo estaba oscurecido y el frío le hizo tiritar, a pesar de que él no había encendido las luces, dos velas estaban iluminando donde estaba estudiando y otra, donde provenía el rico olor.

—Itachi-san, ¿Cuándo llegaste? —preguntó, tallándose los ojos y bostezando. El nombrado se giró al menor, analizando su respuesta.

—Llegue antes de que oscureciera. —dijo encogiéndose de hombros. —Como te vi tan dormido no quise interrumpir tu sueño, así que preparé la cena de una vez.

—Te dije que no era necesario. —bostezó de nuevo Sakura, cerrando los libros. — ¿Y qué paso? ¿Hoy pudiste encontrar a tu hermano? —preguntó. Itachi negó con la cabeza.

Desde que se habían encontrado en el bosque ya había pasado dos semanas, los exámenes finales Chunnin se acercaban cada vez más, y aunque al principio Sakura desconfió por completo de ese chico, a medida que fueron pasado los días este le demostró no ser en absoluto una mala persona, solo era un chico en busca de su hermano; además, le estaba ayudando a entrenar, pese que Itachi le dijo que hace mucho que había dejado de ser un ninja.

No estaba muy seguro, pero que afortunado era el chico que tenía por hermano a Itachi.

—Es una aldea grande, seguro que lo encuentras en los exámenes. —comentó Sakura, mirando la comida preparada, los alimentos preparados por Itachi siempre le hacían babear. —O a menos que haya muerto en el bosque de la muerte...

—No, él es muy fuerte. —respondió él con simpleza, como siempre. —Hay algo que siempre lo mantendrá vivo.

— ¿Y qué es eso?

—Yo. —se señaló con una sonrisa en el rostro.

Sakura alzó una ceja por lo cursi que había sonado eso, sin embargo, se encogió de hombros y rápidamente corrió a limpiar la mesa para poner los alimentos.

— ¿Qué hay de ti? ¿Encontraste algo nuevo? —preguntó.

—Sí, las células del primer Hokage. —comentó Sakura tomando las verduras y masticándolas. —Son bastante interesantes, al menos puedo comenzar un punto de partida desde ahí antes de empezar a indagar por los ninjas médicos. Desde los exámenes Chunnin en el bosque de la muerte me di cuenta lo importante que es tener uno en el equipo, Naruto y Sasuke siempre acaban lastimándose, al igual que Lee.

Itachi dio un largo sorbo a su bebida.

— ¿Entonces tomaras el entrenamiento de ninja medico?

—Primero necesito encontrar un buen tutor. —suspiró Sakura. —Después de eso lo tomaré. Si la cura no viene a mí, yo crearé la cura.

—Conozco a alguien que seguro puede averiguar quién es el mejor ninja medico del mundo. —comentó, pensativo. —Pero seguro cobrará una fortuna por decírtelo, le gusta mucho el dinero. O podrías unirte a un culto macabro para ser inmortal.

—Me estoy preocupando por la gente que frecuentas, Itachi-san. —comentó Sakura, mirándolo raro. El soltó una pequeña risa, causando satisfacción en Sakura, Itachi tenía muy bonitas sonrisas.

—Está bien, realmente no son personas que pueda considerar familia, pero son iguales a mí.

Sakura se quedó confundido un poco por aquellas palabras, ¿iguales que Itachi? De ninguna manera, sonaba a que uno de ellos era un avaro y el otro pertenecía a una secta, además la vez pasada le comentó que uno de ellos tenía por amigos a varios títeres, eso no era muy normal. ¿O sí?

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