Sakura suspiró al ver a su padre marcharse entre la gente, Naruto unos pasos más adelante alzaba un puño con firmeza, Sasuke en cambio le puso una mano en su hombro, dándole algo de soporte. Si bien la ultima frase le lastimo el corazón, saber que sus amigos aún estaban ahí para él y que por ellos sacó valor, le hacía un poco más feliz.
— ¿Estás bien, Sakura? —preguntó Naruto, volteándose a él. Jiraya los observaba en silencio, analizando la situación.
—Tranquilo, estoy seguro de que él no hablaba enserio. —suspiró Sakura, tallándose el brazo. —Mi padre tiende a ser muy duro solamente. Gracias por defenderme, chichos, de nuevo gracias a ustedes pude enfrentar un poco mis miedos. Ah, también a usted, Jiraya-sama.
—No es nada, no es nada. —sonrió él, acariciándole la cabeza a Sakura. —Pero Naruto tiene razón, una vez que encontremos a la gruñona de Tsunade, seguro te pondrás mejor.
— ¿Debería acompañarlos? —preguntó Sasuke.
— ¡Eh, ni hablar! —rechistó Naruto. — ¡El sabio pervertido va a entrenarme, Sasuke! ¡Y cuando vuelva seré más fuerte que tú!
—Quisiera ver eso, enano. —murmuró Sasuke, ácido. —Además yo también estaré ocupado entrenando con Kakashi-sensei.
Sakura y Jiraya se encogieron de hombros al notar los roces entre ambos; el chico de cabello rosa, hizo uno de sus mechones para detrás de su oreja, no estaba muy seguro de que la legendaria Tsunade quisiera ayudarlo, aún así, tal vez debería ir con Naruto.
— ¿Yo podría acompañarlos? —preguntó Sakura, deteniendo a ambos de su pelea. —Si ella va a curarme, quisiera ser yo quién se lo pida.
— ¡Claro que s-!
—No puedes, Sakura. —cortó Jiraya antes de que Naruto aceptara. Los tres chicos se giraron a él, insatisfechos. —Sé que estás preocupado por tu enfermedad, pero confía en Naruto y en mí, por supuesto, más en mí. Traeremos a Tsunade para que pueda curarte.
—Eso no es...
— ¿Por qué Sakura no puede-?
—Hora de marcharnos, Naruto. —dijo Jiraya, avanzando. —Nos veremos después, pequeñitos.
Naruto intercaló miradas rápidas entre sus amigos y Jiraya, luego de Sakura a Sasuke mordiéndose los labios por tener que alejarse así de su persona favorita. Antes de que Ero-sennin se perdiera entre la multitud, Naruto se apresuró a alzar su pulgar con una enorme sonrisa.
—Confía en mí Sakura, ¡definitivamente te ayudaré!
—Naruto.
—Tú también, Sasuke. Cuida de Sakura. —comentó más serio.
—No tienes que pedírmelo, idiota. —bufó el Uchiha, cruzándose de brazos. Naruto les volvió a sonreír a ambos, antes de despedirse y se echó a correr para alcanzar a su maestro.
Sakura y Sasuke se quedaron observándolo con afecto, uno más visible que el otro; en cierta manera a Sasuke le alegraba que Naruto siguiera confiando en él, tanto como para encargarle a Sakura, después de todo lo acontecido. Comenzaron a avanzar de nuevo, Sakura en momentos miraba a Sasuke sin poder decirle que no tenía donde quedarse y que probablemente Naruto se había olvidado de eso al estar preparando las cosas para Jiraya, además, había prometido ir a donde Kakashi por lo que no sabía si decirle que era hora de marcharse; Sasuke parecía querer estar más tiempo acompañado.
—Eh, Sasuke...
—Quédate conmigo. —dijo al llegar a una calle desértica, la noche ya estaba sobre ellos por lo que podían escuchar a los primeros grillos cantar entre las hierbas. Sakura se atragantó con saliva que no sabía que estaba tragando, rompiendo el silencio de la noche.
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Reflejo
FanfictionEl clan Haruno siempre ha tenido varones, evitando así que se pierda la descendencia del clan. Sin embargo, cada que nace una niña es obligada a volverse un chico, esta ha sido la vida de Sakura hasta ahora, disfrazada, obligando a mantener sus sent...