Maldades que se entrecruzan

Una nueva esperanza

Lily caminaba a paso rápido por el lugar, tratando de encontrar algo o alguien de quien pudiera obtener algún tipo de información relevante. Sin embargo, en aquella ciudad en la que estaba no parecía que fuera a obtener ningún resultado pues prácticamente la había recorrido entera sin novedad alguna.
-Me temo que tendré que viajar a otra... Y si no consigo nada allí tampoco, habré de buscar un nuevo destino -suspiró un tanto desalentada.

Unos metros por detrás de ella, con un gran cuidado de no ser descubierto se hallaba el mismo que había hablado con ella en el bar. La siguió lentamente hasta las afueras del núcleo civil, donde la chica tenía su nave estacionada. Se quedó observándola unos momentos, pensando en cómo sería mejor abordarla, hasta que el suave viento que hacía cambió su dirección repentinamente y meció su plateado cabello en la dirección de ella.
En aquel mismo instante, el muchacho retrocedió a toda prisa hasta quedar completamente oculto por un edificio cercano, quedando a salvo de ser descubierto justo antes de que Lily girase la cabeza en su dirección.

-Me ha seguido -los ojos de la joven escanearon los alrededores rápidamente, tratando de encontrar la localización de la persona que andaba tras su pista -. ¿Dónde está?
Intentó vislumbrar el paradero de su perseguidor sin alejarse demasiado de su nave, pero al ver que no alcanzaba a distinguir su posición retrocedió lentamente hasta el vehículo volador.
-Lo más sensato será marcharme cuanto antes. Una vez en la nave no podrá seguirme...
Aún sin apartar la vista del lugar del que le había llegado el olor de esa persona, Lily alcanzó la compuerta de su nave y la abrió con mucho cuidado.
Una vez dentro, pudo notar cómo su pulso parecía relajarse un poco.
-¿Quién sería? -dijo en voz baja yendo hacia la cabina de pilotaje.
-Eso mismo me pregunto yo. ¿Quién eres?

Lily ahogó un grito cuando vió que la compuerta se abría y entraba el hombre que había intentado entablar conversación con ella unas horas antes.
-¿Cómo- ?
Avanzó con rapidez hasta ella y la agarró del cuello para estamparla en la pared.
-Tu comportamiento es muy sospechoso... ¿Eres acaso parte de la Alianza Rebelde?
-¿L-la qué? -Lily trató de separar las manos de él de su cuello, pero el agarre que ejercía aquel extraño era demasiado poderoso como para liberarse con un nivel de fuerza como el que tenía en ese momento.
Y la falta de aire sólo lo haría aún peor, debilitándola a cada segundo que pasara.
-Antes... Hablabas de forma sospechosa... Y esos mensajes... No sé de qué diantres conoces al capitán de Lord Cooler pero te aseguro -uno de sus dedos se alzó hasta la barbilla de la chica y apretó con su afilada uña hasta hacer que salieran unas gotas de sangre -que lo voy a averiguar. Más te vale contarme todo cuanto antes.

Lily le miró con miedo por un momento, pero enseguida se recompuso y su rostro volvió a mostrarse sereno.
-Esa forma de hablar me hace pensar que tienes relación directa con el Imperio... -miró a su atacante con una leve sonrisa -. No temas, mi compañera y yo también formamos parte del reino de los Cold por extensión.
Él relajó un poco su agarre, pero la observó con dudas en sus ojos. ¿Cómo qué por extensión?
-Dime inmediatamente a qué te refieres con eso -exigió mostrando sus colmillos para tratar de intimidar a la chica y que no se andara con rodeos.
-A que aunque actualmente no sirvamos a ninguno de los dos hermanos, cabe la posibilidad de que en un futuro...

-¡Es que no lo puedo creer!
Cooler azotó el suelo furioso con su cola tras escuchar lo que había ocurrido directamente de Rubí, que se estremeció ante el temblor que provocó el golpe.
-¡Siempre va por libre! ¡Habíamos acordado que Bonyu y tú ibais a colaborar... Y termina haciéndolo Zarbon! ¡¿Quién se ha creído que es para ignorarme de esta manera?!

La pelirroja bajó la mirada, rogando que aquello no desembocara en un nuevo enfrentamiento encarnizado entre ambos hermanos. Nada más llegar de su viaje había ido junto a su señor para contarle las nuevas noticias y sobra decir que apenas terminó de informarle Cooler estalló en cólera.
-¡Es inadmisible! Freezer se acordará de esto... De que más le vale no volver a ignorarme... ¡Localizad su ubicación y dirijámonos en su rumbo!