Llamadas

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El cabello rojizo con puntas rubias de uno de los novatos se mecía ligeramente mientras andaba camino al comedor junto a un par de sus nuevos compañeros. Sus manos se dirigían a su flequillo de vez en cuando para asegurarse que siguiera de punta, haciendo ese gesto con cierto nerviosismo y emoción a partes iguales.
Sus compañeros iban hablando de uno de sus superiores y no podía evitar que su corazón se acelerase conforme más iba escuchando sobre él.
Se había unido al ejército porque no había nada más en su vida que pudiese darle la emoción que necesitaba, pero sin duda no se esperaba encontrar una tan fuerte cuando llegase... Es que podía notar que ya no era simple emoción, era una admiración que nunca antes había sentido por otra persona.

-¿Creéis que de verdad esté muerto o que quizás siga vivo y esté vagando por el espacio? -escuchó preguntar a uno de sus compañeros después de que terminasen de contar lo último que se sabía de su superior -. ¿Tú qué crees, Netsui?
Los ojos naranjas de Netsui brillaron al ver que le preguntaban a él directamente y se pasó una mano por el pelo otra vez. Aquello ya parecía un tic nervioso.
-Bueno... Tras una herida de gravedad y sin máquinas medicinales a su disposición... Es bastante improbable que haya podido salir adelante lo suficientemente bien como para reponerse y volver... Se le podría haber infectado y... -Netsui detuvo sus palabras y frunció el ceño con tristeza. Pero no tardó en volver a hacer que sus rostro irradiase un fulgor que contagió de entusiasmo a sus compañeros -. ¡Pero aún así, el señor Dodoria es muy fuerte! ¡Seguro que encontró algún modo de curar su herida y está esperando a reponerse del todo para volver con todas sus energías restauradas!

 ¡Pero aún así, el señor Dodoria es muy fuerte! ¡Seguro que encontró algún modo de curar su herida y está esperando a reponerse del todo para volver con todas sus energías restauradas!

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Sí, seguro que era eso. Estaba convencido casi al cien por cien. Tras la cantidad de historias que había escuchado ya sobre el general rosado, Netsui estaba seguro de que alguien tan increíble como Dodoria debía de haber superado ese contratiempo sin demasiados problemas.
-Alguien tan rudo y poderoso como él no se rendiría fácilmente ante una herida de combate. Y si al final no ha conseguido superarla, debió de aguantar hasta el último momento con una terquedad tremenda por quedarse. Seguro que incluso eso lo vivió como si estuviera en el mismo campo de batalla -dijo con los ojos chispeantes ante el fervor que sentía por el antiguo general -. Ojalá no haya muerto y algún día pueda conocerle.

Los oídos del comandante Cado escucharon de refilón aquella conversación cuando los novatos pasaron junto a la mesa en la que estaba el escuadrón sentado, consiguiendo que bajase la mirada a su plato con angustia. Realmente no habían sabido nada más del general a parte de que le habían atendido como habían podido y le habían dado el alta para reposar hasta que estuviese recuperado. Y si aún no había vuelto... Le gustaría creer en el entusiasmo de aquel cadete, pero dudaba que Dodoria se encontrase bien.
-Deberíamos intentar contactar con él. Aunque a Bonyu no le contestó, quizás nosotros tengamos más suerte -propuso Boysenberry al ver la actitud afligida del otro.
Grepe y Tanger asintieron de acuerdo, así que decidieron probar suerte para contactar a su líder...

El pitido del scouter sonó alto y claro en la habitación, haciendo que Dodoria se cobijara aún más en los brazos de su pareja. ¿A quién se le ocurría llamar cuando estaban durmiendo?
- ... A alguien con diferencia horaria. Más si está en otra parte del universo - masculló de mal humor aceptando levantarse a ver qué sucedía. Aunque imaginaba que sería Bonyu de nuevo para informarles de cualquier cosa de debiesen tener en cuenta, así que se colocó el aparato y, en su estado somnoliento, contestó sin mirar siquiera qué línea era -. ¿Sí?

Maldades que se entrecruzanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora