¿Recuperando el estatus?

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Aquel día fue una larga jornada de papeleo. Ambos changlongs estaban agotados mentalmente cuando acabaron con todo el trabajo que había acumulado.
-Esto es una tortura... -dijo Frost dejando caer la cabeza sobre la mesa -¿En serio haces todo esto tú sólo siempre?
Freezer miró de reojo la cara de incredulidad con la que le miraba Frost.
-Por supuesto. No soy ningún vago -le respondió altivo.
Un gruñido a modo de respuesta fue todo lo que obtuvo por parte del otro.
-Venga, levántate y vamos a cenar.
-A... ¿Cenar? ¡¿Hemos pasado todo el día aquí?! ¡Sin comer absolutamente nada! -gritó Frost alarmado.
Freezer sólo salió del despacho dejando la puerta abierta, instando así a Frost a que le siguiera hacia el comedor.

Cuando llegaron allí pudieron percibir en el ambiente los deliciosos olores que venían de aquellas carnes, frutas y verduras procedentes de muchos de los diversos planetas que poseía el emperador.
Ambos fueron rápidamente a tomar asiento para saciar el gran apetito que habían acumulado a lo largo del día. Una vez que Freezer se hubo sentado, dispuesto a devorar la comida que tenía enfrente, observó cómo Frost estaba apretujado entre varios soldados rasos.
-... ¡Kiwi! Me vienes perfecto.
El mencionado, que pasaba por allí, paró en seco cuando escuchó que su señor lo llamaba. Se acercó y le preguntó intrigado:
-¿Qué desea, señor?
Éste sonrió de medio lado y le respondió:
-Acércate a Frost y dile que venga.

Mientras que Kiwi iba a cumplir la orden, tanto Zarbon como Dodoria se quedaron petrificados.
-¿No irá a...? -comenzó a decir Dodoria, pero calló de inmediato al ver cómo Freezer le indicaba que se sentase a su lado.
-¿Qué? ¿Aquí? -preguntó confundido Frost.
-Sí... Hoy has sido de gran ayuda. Me habría llevado el doble de tiempo de no ser por ti.

Frost se sentó contento de recibir al fin una muestra de gratitud, pero la sensación de felicidad no le duró mucho pues sintió una mirada asesina clavada en él. Levantó la mirada y se encontró con el rostro completamente crispado por la ira de Zarbon.
-¿Qué te ocurre? ¿Has comido algo que te haya sentado mal y tienes que ir al baño? -le preguntó con sorna Frost.
Zarbon, completamente ofendido, miró suplicante al tirano.
-Señor Freezer, ¿cómo puede permitir que alguien tan vulgar coma junto a usted?
-Yo no veo ningún problema, Zarbon. Realmente parece que algo te haya sentado mal.
-¿L-le va a defender? -preguntó sin poder creer lo que estaba ocurriendo.

Freezer simplemente devolvió la atención a su comida, dando a entender que aquella discusión no tenía sentido alguno. Dodoria fue a decir algo cuando vio a su compañero levantarse furioso y salir de allí no sin antes dedicarle a Frost una mirada espeluznante. Ésta hizo que un escalofrío recorriera la espalda del changlong.
-¡Zarbon, espera! -gritó el ser rosado levantándose también y siguiéndolo.
Frost se quedó mirando la puerta por la que habían salido.
-... ¿De verdad puedes confiarle tu vida a esos dos?

Habiendo ya cenado, los dos se dirigían a sus respectivas habitaciones.
-De verdad que estoy hecho polvo. Mañana sí entrenaremos, ¿verdad?
-En realidad no.
Frost paró frente a su puerta.
-¿Por qué no? -preguntó curioso.
-Je -Freezer esbozó una de sus sonrisas macabras -, porque mañana definitivamente conquistaremos un planeta. Uno que alcanzaremos mientras dormimos.
Frost se quedó pensativo.
-¿El planeta Apfel?
-Exacto -corroboró el emperador.
-Suena interesante -afirmó sonriendo de la misma forma Frost.

Tras cerrar la puerta y quedarse completamente sólo, la sonrisa de Frost se ensanchó aún más.
-¡Es mi oportunidad! Sí... En un descuido que tenga me escabulliré y advertiré a los apfelianos sobre la invasión... Obviamente no podrán hacer nada contra Freezer y su ejército, entonces... -Frost dejó escapar una leve risa -Usaré mis agujas de nuevo...

Al día siguiente, la nave llegó al planeta y aterrizó con un gran estruendo en su superficie.
Todos los soldados salieron en tropel dispuestos a hacer suyo aquel planeta tan lleno de frondosos árboles y pequeños riachuelos.
Freezer observó complacido el paisaje que tenía frente a él.
-Se podrá vender bastante bien, ¿no crees, Frost? -miró a su alrededor buscándole -¿Frost?

Maldades que se entrecruzanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora