El ascenso de los Cold

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-No puede ser.
-A mí me parece que sí lo es.
-¡Esto no formaba parte del plan!

Freezer se miraba horrorizado al espejo, notando su vientre ligeramente hinchado. Era simplemente incapaz de creer lo que estaba ocurriendo.
-¡¿Por qué yo?! ¡¿Por qué no has podido ser tú?! ¡Tengo obligaciones que cumplir!
-Yo las puedo cumplir por ti. Sería una forma de meterme aún más en tus negocios. Y querías eso, ¿no? Por esa razón me llevaste a la reunión de líderes.
El emperador parecía que se iba a partir la mandíbula de lo mucho que estaba rechinando los dientes, a punto de llevarse por completo por la ira.
-¡Pero esto no tenía que pasar así! ¡Debías ser tú quien quedase embarazado!
Frost esbozó una sonrisa maquiavélica y ondeó la cola con deleite. Oh, iba a disfrutar mucho de todo aquello.
-Sabía lo que pretendías hacer, así que en cuanto supe que nos íbamos a encontrar fijo, me aseguré de que mi cuerpo no estuviera en condiciones de poder fabricar un huevo. Claro, que ahora deberé esforzarme en recuperar los nutrientes que dejé de lado a propósito... ¡Pero mira el lado bueno! ¡Ahora puedes deshacerte de mí de inmediato y sin tener que aguantarme con cambios de humor!

Freezer mostró una gran mueca de desagrado ante las palabras del azulado y le miró con rencor.
-Tu carencia de fe me resulta molesta, Frost. Me disculpé. Y creo recordar que también dejé en claro que eres importante para mí.
-Y yo te dije que debías demostrarme que hablabas en serio. No voy a dejar que me manipules de nuevo, por mucho que me quieras o lo que sea que sientes y no quieres admitir.
-Tsk.
El emperador se alejó de su compañero y fue hacia su cuarto de baño para tratar de relajarse y asimilar lo que iba a ocurrir.
Él mismo tendría que hacer el trabajo duro... No solo era el mes de embarazo, también estaba la puesta y la incubación, cosa que le consumiría mucho tiempo y esfuerzo. Suspiró con pesadez. Sin duda Cooler se iba a reír de lo lindo cuando se enterase.
Y para colmo, había algo aún peor.
-Un mes entero sin vino -siseó con rabia sumergiéndose en su jacuzzi, maldiciéndose a sí mismo por no haber tenido en cuenta que sus planes le podían pasar a él de forma completamente directa.
Gruñó incordiado por aquel cambio en su "perfecta" maquinación. Mucho se temía que le acarrearía unos cuantos problemas. Especialmente durante el primer mes al tener que abstenerse de alcohol.
-Mi paciencia sí que tendrá límite ahora -pensó visualizando el tremendo desbarajuste que iba a experimentar próximamente.

Mientras tanto, Frost salió de los aposentos que compartía con el emperador con aire de suficiencia. Tan solo había necesitado de tres días para que el control de su vida junto a Freezer retornara a él. Y no es como si él le hubiera tendido una trampa, simplemente había tenido en cuenta la situación a la que se tendría que enfrentar mientras Freezer había vuelto a pecar de exceso de confianza.
-Lo más gracioso es que realmente se ajusta a lo que él quería –rió para sí mientras iba camino a la cafetería después de tanto tiempo. Se asomó ligeramente por la puerta al principio, sintiéndose nervioso de repente. ¿Los soldados sabrían que todo el lío de los planetas había sido cosa suya? Y si era así… -. Bueno, si no les gusta pues que se aguanten. Freezer hace muchas cosas que seguro tampoco les hace gracia –se dijo volviendo a respirar tranquilo y entrando con confianza a la sala.

Y de hecho, su ánimo no hizo más que mejorar cuando su fiel y cotilla compañera se le acercó rápidamente y le engulló en un fuerte abrazo.
-Shirty… -susurró medio riendo medio ahogándose por la efusividad de la humana.
-Perdona, jefe. Es la emoción –comentó ella en un susurro divertido también, liberándole de su agarre -. Pero dime… ¿Qué tal ha ido la cosa…?

Frost esbozó una media sonrisa que Shirty imitó al momento. Conocía perfectamente esa expresión. El azulado se las había ingeniado para salir airoso.
-Pues Freezer tendrá lo que quería… Pero de otro modo –profirió con una risilla desdeñosa.
-Tu venganza tendrá un nivel superior entonces –respondió del mismo modo Shirty, orgullosa de ser aliada de alguien tan genial como Frost.
-Oh, no. Esto ya no es venganza. Esto es simplemente una declaración de intenciones sobre nuestra vigente rivalidad. Que sepa que la manipulación no va a seguir funcionándole conmigo. Y que en efecto debería tener más cuidado con todo en general, va de despreocupado por la vida y eso ya le ha pasado factura varias veces.
-Las dos últimas gracias a ti.
-Efectivamente.

Maldades que se entrecruzanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora