El Imperio contraataca

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Bonyu suspiró profundamente cuando al fin se quedó sola en su habitación. Estaba en lo correcto con la suposición de que sus compañeros se iban a mostrar más que interesados en que les contase todos los detalles de la misión a la que había ido y cómo había derivado en una carnicería. Y al fin había concluido.
-Por fin un poco de tranquilidad -dijo quitándose la coraza y sentándose en su cama con cansancio.
Su vista quedó perdida en algún punto del cuarto, pero enseguida la fijó en un elemento concreto cuando recordó algo que había pensado hacer nada más volver de la misión.
Así pues, agarró su scouter y se apoyó en la pared mientras deliberada a quién de las personas con las que quería hablar debía llamar primero.
-Es bastante obvio -se dijo apenas unos segundos después -. Primero a Salza y después podemos tornarlo en una llamada conjunta.

Así pues, buscó la frecuencia de la línea del capitán del escuadrón de élite de Cooler y no tardó en recibir respuesta.
-Bon soir, ma chérie -fue la respuesta que se escuchó a través del auricular.
Bonyu sonrió cerrando los ojos. Finalmente podía estar tranquila sabiendo que tanto Salza como sus amigos estaban bien y fuera de peligro. Se acomodó entre los almohadones de su cama y suspiró con calma.
-Tenemos unas cuantas cosas de las que hablar. ¿Eh, Salza? -entre abrió los ojos, visualizando perfectamente al rubio mientras le escuchaba reírse levemente.
-Justamente.

Su conversación comenzó por acordar un día y lugar en el que volver a verse. Un rendez-vous, como lo llamaba Salza. Siempre era mejor verse en persona para tratar ciertos temas que hacerlo mediante los scouters. Más que nada por evitar alimentar cotilleos en el caso de que pudiesen pincharles la línea... Aunque ambos se aseguraban siempre de que no tuvieran problemas de ese tipo, pero la paranoia siempre estaba ahí. Y lógicamente, sus asuntos personales preferían dejarlos completamente en privado. De ese modo, en seguida pasaron al asunto que más dolores de cabeza les había dado.
Y evidentemente, todo el tema no tardó en derivar en quien se había presentado de improviso en el meeting de la Alianza de Rebeldes.

-Aún no me puedo creer que hiciera eso -comentaba Salza con un tono pensativo -. Siempre ha tratado de ocultar su transformación todo lo posible...
-Supongo que no querría darle oportunidad a escapar -intervino Bonyu rememorando aquellos momentos -. E hizo bien en ir con todo desde el principio.
-Complètement -asintió el capitán -. Zarbon suele actuar de la mejor manera en situaciones así... Siempre que tenga la cabeza fría.
-Me pareció que en ese instante no estaba precisamente pensando fríamente.
-Sí... Por eso me fascina aún más su actuación.
Ambos quedaron en silencio unos segundos, dejando sus mentes vagar por el tema en cuestión.
-Voy a llamarles -concluyó Bonyu preparándose para realizar la llamada conjunta mientras dejaba a Salza preguntándose por qué había usado el plural...

Mientras tanto, los antiguos generales del emperador disfrutaban de una larga sesión de caricias en la que estaban tan inmersos que les costó bastante darse cuenta del sonido del pequeño aparato.

-Dodoria... -el peliverde se levantó ligeramente y miró a su alrededor al captar el pitido, inspeccionando la habitación mientras separaba con cuidado las manos del rosado de su cuerpo -. Tu scouter está sonando...
El gesto de Dodoria se torció ante la interrupción, nada convencido de dejar la actividad a medias.
-¿Y qué? -repuso con mala cara recostándose aún más de lo que estaba en las almohadas a modo de protesta -. No sé tú, pero yo quiero continuar...
Liberó una mano del agarre en el que estaba atrapada y comenzó a recorrer el abdomen de Zarbon lentamente hasta que él volvió a separarla, de forma más brusca esta vez.
-¿Cómo que "y qué"? ¡Contesta la llamada! -exclamó frunciendo el ceño, irguiéndose completamente para tratar de hacer que el rosado le hiciera caso.
-Puede que sea Freezer -objetó Dodoria cruzándose de brazos, completamente convencido de no dar su brazo a torcer -. No creo que sea buena idea...
-¡Maldita sea, Dodoria! ¡Bonyu dijo que nos llamaría! ¡Trae aquí el cacharro! -Zarbon perdió la paciencia ante las quejas de su compañero y se levantó de la cama para seguir el sonido y agarrar el scouter del fondo de un cajón -¿Lo ves? ¡Es ella!
-Vale, vale -Dodoria finalmente suspiró y se sentó para atender la llamada junto al peliverde, que no tardó en ponerse a su lado y darle al botón para contestar.

Maldades que se entrecruzanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora