Un pequeño contratiempo

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Las pequeñas naves aterrizaron en el primer planeta con vida inteligente que localizaron. Por suerte para ellos, la tecnología punta del Imperio permitió que las cápsulas fueran más rápidas que la nave del contrabandista y consiguieron alcanzar un hangar en el que no tuvieron mayor problema para aterrizar...
-¿Eh, generales? ¿Qué hacen ustedes dos aquí? Y de paisano...
Oh. Oh no. Apenas pudieron ver sus alrededores, los dos sintieron que se les congelaba la sangre. Se habían metido en la boca del lobo sin pretenderlo. Una de las bases del ejército... Después de los meses que habían pasado, debían estar más que enterados de la dimisión y aparente desaparición de uno y otro.

-Es una misión confidencial -intervino rápidamente Dodoria tratando de mantener a Zarbon lejos de la vista de los trabajadores encargados del hangar hasta que pudiera ocultar al niño. Por si acaso -. Debemos llegar cuanto antes a...
-¡No hay tiempo para explicaciones, el señor Freezer nos está esperando y no podemos hacerle esperar! -Zarbon apartó bruscamente a Dodoria para encararse con el hombre que les había recibido -. ¡Necesitamos una nave de inmediato, la más rápida que tengáis aquí!
El pobre encargado se encogió ante los gritos demandantes del que aún creía que era su superior y le sostuvo la mirada a duras penas mientras le daba su mísera respuesta.
-L-lo lamento, señor... Pero tan sólo disponemos de cápsulas individuales. Estamos en una base secundaria, nos dedicamos a realizar informes. No tenemos muchas instalaciones y eso también incluye la variedad de naves...

Un sudor frío cubrió la frente del peliverde, que miró alarmado a su compañero cuando le vio dirigir los ojos hacia arriba al escuchar los motores de la nave que les seguía. Su corazón palpitó con fuerza contra el pequeño que llevaba resguardado bajo su chaqueta. Tenían que salir de allí. Inmediatamente.
-¡Ese tipo está tratando de impedirnos cumplir nuestras órdenes! -exclamó señalando de forma acusadora hacia el objeto de su desesperación -. Tenéis que impedir que aterrice, o todo se irá a la mier-

-Buscaremos nuestra propia nave, Zarbon -intervino Dodoria agarrándole del brazo para dirigirle al interior de la torre de control de aterrizajes -

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-Buscaremos nuestra propia nave, Zarbon -intervino Dodoria agarrándole del brazo para dirigirle al interior de la torre de control de aterrizajes -. Y a vosotros más os vale hacer lo que os ha dicho. Como no impidáis que aterrice... Podéis daros por muertos.

Con el corazón en el puño por saber si saldrían mal parados de allí y el trabajador hecho un amasijo de nervios alertando al resto del equipo, ingresaron al edificio esperando dar con una solución a la inconveniente situación en la que se encontraban.
-¿Y qué nave se supone que vamos a usar? Si han dicho que solo tienen cápsulas -inquirió el peliverde mirando con nerviosismo a su compañero.
-La de Bonyu, obviamente -Dodoria le dio una mirada confiada -. Es una apuesta segura.
-¿Eh? Pero...
-¡Vamos!
Los dos fueron rápidamente hasta la cabina de mandos mientras Dodoria comenzaba a establecer contacto con ella con su scouter. Nada mas llegar a su destino, Zarbon les dirigió una mirada de advertencia a los que estaban controlando los permisos de aterrizaje y de inmediato se puso a manipular las consolas para hacerse con la información que precisaban darle a su amiga para que fuera a buscarles allí.

Maldades que se entrecruzanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora