Momentos de angustia

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Zarbon apretó los puños lleno de rabia. Una oleada de odio le recorrió el cuerpo y dirigió la mirada asesina con más intensidad de toda su vida hacia Frost. Éste sintió un gran escalofrío llegar hasta sus huesos y tuvo la certeza de que, a partir de entonces, tendría que andarse con mil ojos para no acabar muerto. Sin embargo, lejos de acobardarse, sonrió con suficiencia y dijo altanero:
-¿Disconforme con algo?
Zarbon se dio la vuelta dispuesto a marcharse para no arremeter contra el changlong azul y meterse en un problema por ello con Freezer.
Pero antes de que pudiera avanzar más de dos pasos, una cola negra se deslizó rápidamente a él y se hizo con la gorra, dejando al descubierto el cabello corto y rosado del antes peliverde.
Todos los presentes se quedaron paralizados. Zarbon miró con los ojos desorbitados a Dodoria, que estaba a unos pocos pasos frente a él, rogándole con la mirada que le dijera que aquello no estaba ocurriendo realmente. No podía ser...
-¿Zarbon? ¿Qué...? ¿Qué te has hecho? -preguntó Freezer sin poder creerse lo que estaba viendo.
Pero él, en lugar de responder a su señor, se marchó de allí corriendo en dirección a su cuarto. Aquel había sido el bochorno más grande de toda su vida... Y eso que había pasado por momentos realmente vergonzosos. Pero que Freezer le hubiera visto así...



El emperador miró a su compañero con una mueca de disgusto.
-Espero que tengas una buena explicación para esto, Frost -dijo enfadado cruzándose de brazos.
-¡Te prometo que ésta vez no he tenido nada que ver! -respondió rápidamente el azulado levantando sus manos en señal de inocencia.
Freezer se le quedó mirando unos segundos pero al final suspiró cansado.
-Supongo que tienes razón. Hemos estado juntos todo el día... -dijo llevando su mano derecha a la barbilla, pensativo, a la vez que observaba confuso a Frost.
Dodoria, por su lado, salió en busca de su amigo para intentar evitar que se metiera en más líos... Y para comenzar con esas pastillas.

Zarbon corría por los pasillos lo más rápido que podía, intentando taparse el llamativo cabello con las manos en su huida hacia su habitación.
Sin embargo, al doblar una esquina chocó contra alguien y cayó al suelo haciéndose daño en la espalda por el golpe.
Mientras intentaba recomponerse de la caída pudo escuchar las voces de varias personas murmurando y apenas unos instantes después riéndose a carcajadas.
-¿Pero y esto? ¿Qué se ha hecho el señorito?
-¡Quién te ha visto y quién te ve!
-¡Te quedaba mejor la melena rubia!
-¡Ahora tu pelo hace juego con tus horribles calentadores!
-Vaya... Es una pena. Me parece que ahora queda más que claro quién es el que tiene el cabello más hermoso.
Zarbon aguantó como pudo las mofas de aquellos guerreros por los que tanto desprecio sentía, pero al escuchar ese último comentario no pudo sino levantar su mirada llena de ira a quien había dicho eso de forma tan presuntuosa.
-¡Cállate la boca, Jeice! -gritó poniéndose en pie -¡Arreglaré este estropicio y haré que te tragues tus asquerosas palabras!
Hizo a un lado a los cinco hombres y se marchó de allí terriblemente airado por el comentario del peliblanco sin darse cuenta de que alguien, que estaba oculto entre las sombras de un pasillo cercano, había capturado su nueva imagen y se reía entre dientes.



-Entiendo que te caiga mal, pero deja de molestarlo. Por si no te has dado cuenta es muy inestable emocionalmente.
-¿Inestable? ¡Lo que es, es un dramático! ¡Y estoy seguro de que lo hace aposta para llamar la atención! -rebatió de mal humor Frost dándole vueltas a la gorra mientras la observaba, recordando los partidos de la Liga Interplanetaria de Béisbol a los que solía asistir hasta no hace tanto en compañía de Kyabe.
Ambos changlongs se dirigían a los aposentos del emperador caminando lentamente mientras hablaban.
-Mira... -Freezer le dirigió una mirada cansada, pero al ver que no le prestaba atención le arrebató la gorra.
-¡Eh!
-¡Escúchame! -dijo agarrándole de ambos brazos, con los ojos echando chispas -Quiero que esto funcione. Pero si no haces más que molestar a Zarbon vas a acabar muy mal.
Frost se quedó congelado ante esas palabras. Freezer, al ver la tensión en su rostro aflojó el agarre y relajó la mirada.
-Creo que lo has entendido mal. Lo que quería decir era que Zarbon se las ingeniará él sólo para acabar contigo si sigues fastidiándolo.
-¿Eh? -Frost le dirigió una mirada confusa -Creía que... Me estabas amenazando.
El tirano suspiró en desesperación y retomó la marcha soltando al otro.
-Llevo protegiéndote ya un buen tiempo, pedazo de imbécil -dijo sin molestarse en voltear la cabeza para mirar a Frost.
Ante esa declaración, las mejillas de Frost se tiñeron de violeta y una pequeña sonrisa se dibujó en su cara. Trotó brevemente hasta Freezer y se agarró a su brazo izquierdo.
El emperador lo miró de reojo confuso por esa conducta, pero al ver la expresión que tenía el azulado sólo pudo sonreírle de vuelta.
-Gracias por eso, senpai -dijo Frost estrechando cariñosamente el brazo de Freezer.



Maldades que se entrecruzanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora