Maldades que se entrecruzan

De nuevo en el Universo 7

-Ay... -se quejó Frost por el golpe que se dio en la cabeza al chocar contra una de las paredes.
-¿Quieres concentrarte? Así no podemos entrenar con efectividad -le regañó Freezer cansado de que Frost andase distraído todo el rato.
-Como si pudiera... -murmuró el azulado.
Simplemente no podía concentrarse. No podía evitar recordar que habían dormido juntos, y le sacaba de quicio. De seguro que Freezer había actuado así para que confiara completamente en él y conseguir algo...
-¡Oye! -le gritó el emperador -¡Levántate y pelea de verdad!

Frost no dejaba de darle vueltas a la cabeza. Freezer se había enterado de que planeó traicionarle, y sin embargo no había tomado represalias contra él.
-Quiere algo de mí -pensó mientras volvía a colocarse en posición de ataque -, pero no sé el qué.
-¿Algún día dejarás de dudar y atacarás? -farfulló Freezer mientras observaba cómo Frost se mantenía inmóvil, con expresión seria y mirándole con desconfianza.
-¡Está bien! -dijo lanzándose a asestarle un puñetazo a su adversario.
Freezer lo esquivó con agilidad y con gran impulso le lanzó una patada que hizo que Frost saliera volando sin control y se estrellara esta vez contra el techo, quedando con la espalda incrustada en éste.
-Llevamos hora y media y aún no me has dado un buen golpe. ¿Se puede saber qué te pasa? -le preguntó mirándolo Freezer, con el ceño fruncido y los brazos en jarras mientras Frost le observaba con la mirada perdida.
-¿Qué es lo que pretendes? -pensó preocupado.

Después de estamparse contra el techo Frost apenas si podía atacar en condiciones, así que dieron por concluido el entrenamiento. Mientras caminaban hacia la sala de mandos, Freezer observó cómo el otro se frotaba los riñones, en un intento de aliviar el dolor mientras farfullaba con aire frustrado palabras ininteligibles.
-¿Te duele mucho? -preguntó curioso.
Frost lo miró confundido. Si le decía que sí, probablemente le diría que entonces se esforzase más en el próximo entrenamiento para no acabar tan magullado. Y si le decía que no, seguro que le gritaría que dejara de quejarse por una nimiedad. No sabía qué era peor, así que se decantó por asentir lentamente sin quitarle la vista de encima.

Freezer lo miró pensativo y se acercó a él despacio, poniéndose a su espalda.
-¿Aquí? -preguntó en voz baja mientras le masajeaba con ambas manos la zona afectada.
Ante eso, Frost enrojeció por completo y se apartó bruscamente del emperador.
-¿Sabes qué? Estoy perfectamente, no me duele nada -aseguró muy nervioso mientras negaba con las manos -. ¿No teníamos que ir a la sala de control?
Freezer rió discretamente por la actitud vergonzosa del azulado ante el masaje y echó a andar hacia su destino.
-Qué desagradecido eres -le comentó burlón mientras pasaba a su lado.
Frost, aún con la cara echándole fuego, le siguió unos pasos por detrás. El emperador estaba teniendo una actitud para con él muy parecida a cuando le propuso que se unieran para el torneo.
-¿Qué demonios le pasa? Creía que le divertía llamarme inútil y burlarse de mí por ser más débil...
-¿Vas a seguirme o a quedarte ahí parado? -preguntó Freezer volviéndose, mostrando una sonrisa de medio lado ante la cara de confusión del otro.
-S-sí - respondió mientras retomaba el camino.

Al poco llegaron a su destino y, antes de entrar, ambos volvieron a su primera fase para no estar gastando energía constantemente.
-Vaya, su color cambia mucho... No me había dado cuenta -murmuró Frost observando a Freezer detenidamente mientras éste se ponía su armadura.
Tras terminar de colocársela, el emperador vio que el otro le miraba embobado.
-¿Qué? ¿Algo que te llame la atención? -preguntó mientras abría la puerta.
-¿Eh? -dijo Frost saliendo de su ensimismamiento.
Un silencio incómodo reinó de repente entre ambos. Freezer entonces suspiró pesadamente.
-Nada.
Y entró a la sala de mandos, seguido de cerca por el changlong azul.

-Bueno -Freezer se posicionó en el centro de la sala mirando a sus soldados -, hemos vuelto a nuestro universo. Por una parte es un inconveniente, ya que se interpone en mis planes de conquista total -dijo cerrando los ojos con frustración -. Pero por otra parte, hemos vuelto a nuestro... Hogar. Podemos volver a nuestra rutina con total normalidad -afirmó mirándolos satisfecho.
Los soldados charlaron animados entre ellos sobre esta nueva noticia, claramente aliviados de no seguir en terreno desconocido. Los miembros de las Fuerzas Especiales estaban ansiosos por retomar sus actividades de antaño y volver a salir a cumplir peliagudas misiones. Los guardaespaldas de Freezer también estaban complacidos por el hecho de que las cosas volverían a la normalidad. Sólo había un pequeño problema. Uno de color azul que se mostraba incómodo al ser el único allí que no pertenecía al Séptimo Universo. Zarbon lo miró con molestia, si realmente todo iba a volver a ser como antes, tenía que librarse de él.