Tensión

453 31 202
                                    

-Tenemos que rodear el planeta por ese lado... ¿O era el otro? -Dodoria intentaba comunicar las indicaciones de las que le habían informado los dos changlongs durante el desayuno, pero no conseguía recordar exactamente lo que habían hablado -Zarbon, ¿recuerdas por dónde era?
Zarbon observaba la misma pantalla que mostraba una imagen holográfica del planeta, pero se encontraba completamente ausente, con la mirada perdida en alguno de los píxeles.
-¿Zarbon? -Dodoria intentó hacerle volver agitándole suavemente del brazo izquierdo, pero al ver que no reaccionaba terminó chasqueando los dedos justo frente a sus ojos - ¡Eh!
El peliverde se sobresaltó ante esto y retrocedió torpemente un par de pasos.
-¿Qué... Qué pasa? -preguntó confundido y con un poco de miedo, mirando a su alrededor.
Dodoria suspiró con pesadez y negó ligeramente con la cabeza.
-¿Recuerdas lo que nos han explicado hace un rato? El plan que se le ha ocurrido al señor Frost. No me acuerdo bien de las indicaciones.
Zarbon frunció el ceño y le miró irritado.
-¿Te dió acaso la impresión de que estuviera atento a lo que decían?
El rosado se quedó perplejo ante tal respuesta. ¿Cómo podía atreverse a decir tal cosa delante del resto de soldados que había junto a ellos en ese momento? Podían comunicárselo perfectamente al emperador... Y eso no traería nada bueno.
-Pero si tú siempre estás atento a todo lo que dice el señor Freezer -respondió un tanto descolocado.
-Bueno, pues esta vez no -gruñó Zarbon mirando de nuevo hacia la pantalla -. Ni siquiera me preguntó si estaba mejor... -musitó con frustración.
-No tienes mal aspecto, de seguro dió por hecho que estás mejor que ayer -respondió Dodoria tranquilamente.
-¿Que no tengo mal aspecto? -siseó entre dientes el peliverde -¿Acaso no tienes ojos en la cara? ¿Y no ves lo que hay debajo de los míos? ¡Ni con corrector he conseguido disimular estás horribles ojeras!
Los ojos de Dodoria se clavaron en los de su amigo, dándole una mirada de advertencia.
-Ya te lo dije hace apenas un rato. Deja de preocuparte por eso y presta más atención a tu salud. Estás demasiado estresado y va terminar pasándote factura.
El peliverde resopló lleno de ira y desvió la vista del rosado.
-En fin... -Dodoria decidió dejarlo estar e intentar llevar a cabo las órdenes de los changlongs.

Después de estar un rato debatiéndose entre si ir por un lado o por otro, Dodoria escuchó a su espalda a alguien mofarse de su incapacidad para recordar las indicaciones, lo que le llenó de una furia terrible.
-¡Si tan gracioso te parece podrías intentar ayudarme! -le gritó, realmente molesto por su actitud.
El peliverde le miró con una mueca y se cruzó de brazos.
-Ya te he dicho que no estaba prestando atención. No me interesa nada de lo que implique a Frost -dijo con un gran desprecio en su voz.
-¿Es eso así, soldado?

A Zarbon se le heló la sangre en las venas al escuchar eso. Se giró lentamente para ver que por la puerta estaban entrando el emperador y el pirata, con una clara expresión de disgusto en sus rostros.
-Y-yo... Yo no... -un escalofrío le recorrió la espina dorsal al sentir las rojas miradas de ambos sobre él, teniendo la certeza de que si no se le ocurría una buena excusa le fulminarían allí mismo -Yo no pretendía...
Una vez llegaron frente a él, en un intento desesperado por que mostrasen compasión, Zarbon se arrodilló ante ellos con la cabeza gacha.
-A lo que me refería es que los planes de los que estaban hablando me parecen una temeridad -levantó la cabeza ligeramente para mirar a su señor -. ¡Será mucho más eficaz y menos peligroso para nosotros si vamos de frente en lugar de dar un rodeo y escondernos hasta estar allí mismo, señor! ¡Saben de lo que somos capaces y no se atreverán a atacarnos! ¡Pero si vamos a escondidas nos tomarán por unos intrusos cualquiera e intentarán... !
-¡Suficiente!
La cola de Freezer se estampó contra el suelo con gran fuerza, haciendo retumbar toda la sala. Todos los soldados que estaban allí quedaron en absoluto silencio, a expensas de lo que haría el tirano ante tal afrenta a los planes que había elaborado junto con su nuevo aliado.
-Tú no eres quien decide si una estrategia es lo suficientemente buena como para llevarla a cabo, soldado Zarbon -dijo Freezer despectivamente mientras se acercaba lentamente al peliverde. Cuando se posicionó justo frente a él, puso su índice bajo la barbilla del general y le levantó un poco más la cara, dejando su cuello en tensión y completamente descubierto; ante lo cual, una familiar y para nada agradable sensación de peligro invadió al peliverde -. No eres nadie para menospreciar y poner en tela de juicio las ideas de Frost. ¿Has entendido?
Los ojos dorados de Zarbon miraban suplicantes al emperador. Quería decirle que todas las ideas de Frost le parecían estúpidas y una locura el querer ponerlas en marcha. Pero por supuesto, no podía tan siquiera insinuar tal cosa. De modo que simplemente cerró los ojos y asintió levemente, lleno de una gran angustia.

Maldades que se entrecruzanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora