Rebelde sin causa

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-Creía que el remolón era yo -Frost hundía su índice en la mejilla del emperador intentando despertarle mientras hablaba con burla en su voz.
-¿Por qué no te callas? -murmuró Freezer adormilado dándose la vuelta hacia el lado contrario -Déjame dormir.
Frost lo miró perplejo sin poder creerse que realmente prefiriese quedarse allí durmiendo. Sin embargo, esbozó una sonrisa traviesa cuando cruzó por su mente una idea que seguro haría que Freezer se levantara.
-Muy bien, si así lo quieres... -dijo arrastrando el final de la frase -Te dejaré aquí durmiendo mientras yo me voy a entrenar...
Le miró de reojo comprobar si había surtido efecto pero, al no ver reacción ninguna, rió ligeramente y echando la cabeza hacia atrás dijo con sorna:
-Ni se te ocurra enfadarte de nuevo cuando te vuelva a derrotar... Con una fuerza superior a la tuya.

En efecto, sus palabras no cayeron en saco roto. El tirano saltó de la cama y se lanzó furioso contra Frost, tirándolo en el proceso.
-¿Qué has dicho? -preguntó lleno de ira mientras le impedía levantarse al mantenerle sujetas las muñecas en el suelo.
El changlong azul respiró hondo para recuperarse del susto y le sonrió afable.
-Quiero llegar a ser tan fuerte como tú. Enséñame, senpai.

Después de un buen rato entrenando; ambos se encontraban en esquinas contrarias de la sala, mirándose desafiantes mientras respiraban con dificultad por el cansancio y con finos hilos de sangre que brotaba de las heridas causadas.
-Sigues dejando huecos -dijo el emperador acercándose a Frost y limpiándose la sangre -. Aún tienes bastante que mejorar en el combate cuerpo a cuerpo.
El otro asintió lentamente mientras intentaba recuperar el aliento, limpiándose de igual forma.
-¿Crees... Crees que podrías ir diciéndome los fallos conforme los voy haciendo para corregirlos más fácilmente? -preguntó mirándole con expresión inocente.
-Je, ¿crees que podrás conmoverme poniendo esos ojitos, estafador? -respondió Freezer con una sonrisa de suficiencia cruzándose de brazos.
Frost volvió a una actitud neutral y arqueó una ceja.
-Pruébame -dijo adoptando una pose idéntica -, te sorprenderías de lo que soy capaz.
-¿Ah, sí? Permíteme decirte que...
-¡AAAAAAAAAAHHHHHHHHH!

Un chillido espantoso recorrió la nave entera alertando a toda la tripulación.
-¿Qué tripa se le habrá roto a éste ahora? -murmuró el emperador dirigiéndose hacia la habitación de la que provenía ese chillido, sin darle demasiada importancia al ser consciente de que sería por cualquier tontería.
Apenas unos pasos por detrás, Frost caminaba intentando disimular la sonrisa que cruzaba su rostro. No sabía exactamente qué era lo que había pasado... Pero a juzgar por el revuelo que se había formado por los pasillos, debía ser algo épico.
-Je... ¡La curiosidad me está matando! -susurró ansioso.

En el pasillo por el que iban se encontraron con una cuadrilla de soldados que cuchicheaban y reían indiscretamente. El tirano se les quedó mirando fijamente y éstos, al percatarse de la mirada tan penetrante que les estaba dirigiendo, se pusieron serios y firmes y le saludaron cortésmente.
-Soldados... -se dirigió a ellos impasible -Me gustaría saber de qué estabais hablando.
Se miraron entre ellos con miedo a las represalias que podría conllevar su respuesta.
-¡Hablad! -gritó Freezer golpeando furioso el suelo con la cola.
-Se-señor... -se atrevió a hablar uno -Sólo comentábamos...
-Los nuevos estilismos de Zarbon -rió por lo bajo otro de ellos.
-Oh... Comprendo -dijo el emperador llevando sus manos a la espalda con actitud calmada -. Os burlabais de él.
Frost pudo ver perfectamente cómo el terror inundaba las caras de los soldados ante las palabras de su señor.
-Sublevación, ¿eh? -comentó con tono despectivo hacia sus hombres mientras alzaba una de sus manos en su dirección -No puedo tolerar ese comportamiento en mi ejército.
Y tan pronto como terminó la frase, acabó con la vida de esos cuatro subordinados. Frost observó horrorizado sus restos. Le sorprendía la facilidad con la que Freezer era capaz de matar incluso a sus propios soldados... Y en ese momento le aterraba la idea de que él pudiese acabar igual cuando el emperador supiera que lo que fuera que había pasado, había sido cosa suya.
-¿Cómo se atreven a ser tan irrespetuosos? -murmuró Freezer con un tinte de odio en sus palabras -¡Vamos, Frost! Démonos prisa.

Maldades que se entrecruzanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora