Maldades que se entrecruzan

El despertar del ki

Una. Dos. Un trago de agua y para dentro. Frost miró el frasco considerando una tercera pastilla, pero recordó la conversación que había tenido con Cooler unos días antes y al momento desechó la idea. Tomar más pastillas de las recomendadas tendría efectos adversos y no quería eso. Además que para alguien de su tamaño tomar una dosis mayor podría ser una más que mala idea.
–No debería preocuparme tanto por la dosis, me dijo que lo tenía más que consultado por los médicos y que esta era la adecuada para mí –pensó mientras dejaba el frasco en la misma bolsa donde tenía guardado su scouter.
Alargó la correa para poder cruzársela a modo de bandolera y echó un último vistazo a la suite del hotel en el que había estado alojándose últimamente.

Tras comprobar que no se dejaba nada, salió de allí dejando escapar un suspiro entrecortado. Se colocó el scouter un momento en el oído y comprobó la fecha que marcaba. Llevaban dos días del nuevo mes, haciendo así cuatro los que ya llevaba tomando el medicamento.
–Unos pocos días más... Aunque lo tenga controlado, ojalá no nos encontremos hasta dentro de unos días más –susurró al tiempo que desconectaba el aparato y lo volvía a guardar –. Aunque la meditación que he estado haciendo debería ayudar...
Frost agarró la correa de la bolsa con inquietud. Ojalá funcionase.

Frost se reunió con Lily en el vestíbulo del hotel y juntos emprendieron la marcha al embarcadero espacial donde tenían la nave del pirata. Frost miró con preocupación donde deberían haber estado las otras dos naves más pequeñas en las que viajaban sus últimos reclutas...
–Realmente lo lamento, señor.
Frost alzó la mirada a su subordinada, que tenía la vista en el mismo punto que él hacía unos momentos.
–Debimos habernos coordinado mejor. De ese modo, no habríamos perdido a esos soldados y las naves...
–Al menos nos servirá de recordatorio para planificar el resto de nuestros planes al detalle, Lily. Estas cosas a veces ocurren. Pero nosotros seguimos con vida, de modo que podemos aprender de ese fracaso.
La chica le miró pensativa e inclinó la cabeza.
–¿Esas palabras quieren decir que se encuentra mejor de ánimo?
El demonio sintió su corazón golpear con fuerza contra su pecho.
–Sí, pero me encuentro muy nervioso aún... Aunque supongo que eso será por mi actual estado físico.
Lily le miró con preocupación, pero Frost le hizo un ademán con la mano.
–Tranquila, estoy siguiendo el tratamiento. Es solo que estoy nervioso... Pero la medicación hace efecto.
–¿No hay problema entonces con que nos pongamos en marcha? –preguntó para estar completamente segura de que no había nada que temer.
Frost inspiró profundamente y asintió. Preferiría esperar, pero acobardarse no era una opción. Ya no.
Así pues, ingresaron a la nave, donde Shirty les recibió con una sonrisa confiada.
–Ya he comprobado el estado de toda la tripulación –dijo conforme cuando su jefe y compañera se pusieron a su lado –. Los que están determinados a seguir adelante por la causa y los que no les importa morir son los que actuarán junto a nosotros, mientras que los que tienen aún el susto en el cuerpo han sido designados al mantenimiento de la nave, las relaciones con las futuras sociedades que liberemos y demás.
Frost asintió complacido y se dirigió a la cabina de la nave, mentalizándose para entrar en guerra con su contraparte en cualquier momento.

En otro lugar del universo, en ese mismo momento...

Bonyu comprobaba en una pequeña pantalla holográfica que le habían mandado el informe que tenía pendiente de obtener. Hacía poco más de un día había ido a una de las bases que estaban cercanas a uno de los planetas que habían arrebatado al Imperio para ver en qué estado se encontraba. Allí, ella misma visitó las defensas de la base para ver si estaban activas y en buenas condiciones para evitar sufrir un ataque como los de los planetas arrebatados... Pero igualmente había exigido un informe detallado para mostrárselo más tarde al emperador. Freezer le había ordenado realizar ese proceso de comprobación en todas las bases cercanas a los ataques enemigos... Y en ese momento estaba aprovechando que sería una misión larga para tomarse un pequeño descanso en un balneario con ciertas personas.