Misión

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-¡¿En serio?! ¡¿Así de la nada?!

Frost miraba sorprendido a Freezer, dejando la comida a mitad de camino a su boca después de que el tirano le contara las buenas nuevas sobre los reclutas que habían conseguido.
Tras saber sobre eso el emperador no pudo evitar sentir una gran emoción, de modo que en cuanto volvió a juntarse con Frost no tardó en empezar a relatarle lo sucedido.
-Aparentemente... -Freezer llevó una mano a su barbilla, quedándose pensativo sobre el tema -Pero son muchos en muy poco tiempo...
-Sí... Es extraño que tanta gente haya decidido unirse al mismo tiempo. Debe haber una buena razón para que haya ocurrido así -corroboró el azulado.
Ambos se quedaron en silencio un momento, tratando de encontrar una explicación para aquel extraño fenómeno. Sin embargo, al poco de estar centrados en sus pensamientos Freezer sacudió la cabeza y se dirigió a Frost cambiando de tema, queriendo evitar el pensar demasiado en algo a lo que no le iba a encontrar solución de inmediato:
-¿Cómo va tu entrenamiento con Bonyu? ¿Conseguís compenetraros? -preguntó el tirano.
Frost le miró fijamente y asintió.
-Al principio era bastante difícil, siéndote sincero -respondió el pirata mirando fijamente a los rojizos ojos del emperador -. ¡Pero parece que vamos mejorando! Hemos conseguido unas cuantas maniobras combinadas que resultarían muy útiles -añadió con una sonrisa.
-Estupendo.
En ese momento, Freezer se acercó ligeramente al otro y le rozó ligeramente la mejilla derecha con los labios, dejándole un casi imperceptible beso que a pesar de su ligereza hizo sonrojar a Frost.
-¿Quieres... No hacer estas cosas en público? -dijo con una risa nerviosa el azulado mientras se separaba un poco del alcance del emperador.
-¿Oh? Creía que te gustaba que te demostrara la gran estima que te tengo -respondió Freezer apoyando el codo derecho sobre la mesa haciendo que su cabeza descansara sobre su mano en vilo, dándole un aire seductor.

Frost no pudo hacer mas que desviar la mirada y tratar de pensar en otra cosa que no fuera la intensa mirada que le dirigía el emperador, encontrando entonces un tema que había obviado últimamente pero que igualmente le causaba cierta intriga

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Frost no pudo hacer mas que desviar la mirada y tratar de pensar en otra cosa que no fuera la intensa mirada que le dirigía el emperador, encontrando entonces un tema que había obviado últimamente pero que igualmente le causaba cierta intriga.
-¿Por qué comemos solos? Hace ya una semana que Dodoria no nos acompaña... Y él no se ha largado. ¿Hay alguna razón... ?
Uno de los párpados del emperador tembló ante la mención de su guardaespaldas y su expresión cambió radicalmente a una rabiosa.
-Tiene prohibido acercarse a nosotros en cualquiera de las comidas. Es parte de su escarmiento -respondió rechinando los dientes.
Frost le miró con el ceño fruncido. Al parecer daba igual que le dijera que no se cebase con él, Freezer no le haría caso.
La forma en la que el emperador estaba haciéndole pagar a Dodoria le parecía desmedida para lo que había ocurrido, haciendo que el soldado rosado se sobrecargara demasiado y quitándole tiempo para comer y dormir en buenas condiciones. Pero aún así, era mejor que lo que tenía planeado el tirano en un principio.

El azulado suspiró ante la tozudez de Freezer y simplemente siguió con su comida, sin prestar más atención a su alrededor. Aunque no tardó demasiado en volver a fijar los ojos en su compañero.
-¿Te das cuenta de que si ahora hay más soldados necesitamos aún con más urgencia a alguien que los entrene?
Freezer, con la comida a medio camino hacia su boca se quedó mirándole fijamente, sin mover un sólo músculo por varios segundos hasta contestarle:
-De momento tendrán que arreglarse con los equipos de entrenamiento que hay a su disposición en todas nuestras bases. No podemos hacer otra cosa. De todos modos, si el número aumenta... No me preocupa tanto que mueran.
Frost le miró sorprendido mientras que el otro volvía a retomar su almuerzo sin darle más importancia al asunto.
-Hay que ver... Con esta actitud que tiene para con sus soldados realmente debía de tener un gran número de ellos bajo su mando si le iba tan bien -pensó el changlong azul mirando de soslayo a Freezer -. Pero no puede permitirse que le de igual si viven o mueren justo tras conseguir una buena afluencia de reclutas. Sería contraproducente...
Tras un último suspiro, Frost terminó con los alimentos que tenía ante él dispuesto a seguir con su preparación para la misión que tenía con Bonyu.

Maldades que se entrecruzanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora