Contratiempos

272 16 100
                                    

Una mano blanca como la nieve se deslizaba con cuidado por la mejilla izquierda y la espalda de su compañero mientras ambos estaban recostados en el sofá de aquel salón.
-Debió de ser muy estresante el pensar que os podrían haber descubierto...
-Lo fue. Y aún podrían descubrirnos si ese horrible hombre le sonsaca información a Salza. Por eso debemos ir. Además... Tengo gran parte de culpa de su captura.
Freezer dirigió sus ojos a los gigantescos iris de Frost y volvió a posar la mano en su mejilla.
-La culpa es únicamente de Bett. Tú no tienes por qué sentirte así.

Un suspiro lánguido escapó del azulado, que apoyó la cabeza en el pecho del emperador mientras le abrazaba.
-No tengo por qué, pero creo que no podré librarme de esta culpa hasta que Salza vuelva a estar aquí.
El ceño de Freezer se hizo notorio y rodeó a Frost con sus brazos, pegándole más a su cuerpo.
-Aún tienes mucho que aprender, Frost. Tienes sentimientos que deberías haber eliminado hace mucho tiempo. No puedes sentirte de este modo por un simple soldado.

Ante esas palabras, Frost se medio incorporó y le miró con severidad.
-No es un simple soldado. Es el capitán de las Fuerzas Especiales de tu hermano. Imagínate cómo te sentirías si en lugar de Salza hubiera sido Ginyu.
-Pero no ha sido así -repuso el tirano irguiéndose en el asiento -. Ginyu está perfectamente y...
-¿No tienes ni una pizca de empatía? -la mirada de Frost se clavó en los penetrantes ojos del emperador, que se mantuvo en completo silencio -. Ya veo.

Freezer observó a Frost sin decir una sola palabra mientras el azulado se separaba de él e iba a por la botella que hacía un rato había retirado de su alcance.
Le vió llenarse una copa y girarse en su dirección con una mirada reprobatoria.
-No digo que seas así con todo el que te cruces, sino con Cooler -. Freezer fue a responderle con hostilidad destilando de sus pupilas, pero Frost siguió hablando -. Ya sé que os lleváis a matar, pero... ¿Acaso puedes confiar en mucha gente? Si no puedes contar con tu propio hermano... ¿Qué te queda?

Ambos se escrutaron en silencio, siendo el azulado el que volvió a hablar primero.
-En mi universo teníamos una asociación entre todos los changlongs que existíamos. No han sido pocas las veces que nos hemos ayudado y, al ser muchos, siempre había al menos uno con el que podías contar. Sin embargo... Aquí solamente estáis vosotros dos. ¿No es así? En el caso de que te quedes sin apoyos...
-Si teníais eso, ¿Por qué ninguno te ayudó cuando caíste en desgracia?
Frost enmudeció al escuchar a Freezer decirle eso con una cara de pocos amigos. Bajó la mirada hasta su copa y soltó una risa amarga.
-Para que te puedan ayudar, debe haber una relación simbiótica. Y yo... Hacía tiempo que me había desvinculado. No quería estar en deuda con nadie ni seguir prestando mi ayuda... Y así me ocurrió. ¡Precisamente por eso te insisto tanto en que arregles tu relación con Cooler!

Las palabras que iba a dedicarle el emperador unos momentos antes se esfumaron conforme escuchó la explicación de Frost. Llevaba más razón de la que le gustaría.
-Pero nuestra enemistad se remonta a un largo tiempo atrás. Y ambos tenemos nuestros motivos -masculló evitando mirar al azulado mientras se cruzaba de brazos.
Dejando la copa a un lado, Frost volvió junto a él y le puso una mano en el hombro que tenía más cerca.
-¿Y si hacéis borrón y cuenta nueva? Ambos habéis resucitado hace poco, creo que sería un buen momento para daros una segunda oportunidad.
La mirada de Freezer se posó de reojo en Frost, que ahora le sonreía con calidez.
-No me termina de convencer... Pero veré qué puedo hacer -musitó, notando al momento cómo el otro volvía a abrazarse a él, consiguiendo así volver a hacerle sonreír.













-Bueno, bueno, bueno... ¿Tienes algo que decir?

Bett había llegado junto a su prisionero poco después de despertar. La necesidad por saber lo que tuviera que decir ese tipo de piel azul le consumía, ansiando conocer las respuestas a las preguntas que le había estado haciendo el día anterior.
Sin embargo, Salza le miraba de la misma forma que el día anterior... Aunque con menos fuerzas aún.

Maldades que se entrecruzanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora