Los soldados de la nave habían vuelto ya a sus quehaceres tras el incidente acontecido poco antes, sin tener la más remota idea de que sus generales se encontraban discutiendo por el tratamiento que se suponía que uno de ellos iba a empezar.
-¡Te he dicho que no lo necesito!
-¿Quieres dejar de decir tonterías? ¡Esto te ayudará!
-¡No estoy estresado! ¡No necesito esas estúpidas pastillas!
Dodoria suspiró cansado. Llevaban por lo menos un cuarto de hora con esa discusión, en la que Zarbon se negaba a dar su brazo a torcer.
-Te lo pido por favor -dijo el ser rosado acercándose lentamente a su amigo con una pastilla en la mano -. Te sentirás mucho más tranquilo cuando comiences a tomarlas. Y todos lo agradeceríamos -susurró eso último con fastidio.
-¡¿Cómo dices?! -gritó furioso el peliverde que parecía a punto de explotar al escuchar esa última frase -Yo estoy perfectamente. Lo que pasa es que todos los demás sois unos imbéciles que me sacáis de quicio -dijo despectivamente mientras le daba la espalda a Dodoria y se dirigía a la puerta, dispuesto a marcharse.Pero antes de que pudiera alcanzar la salida de la habitación, Zarbon sintió un repentino tirón en uno de sus brazos que le hizo recular torpemente hasta caer sentado sobre la cama.
-No me hagas hacer esto por las malas -amenazó Dodoria mirándole severamente.
-No lo hagas, directamente- masculló rabioso el otro -. Ya te he dicho que estoy bien. No necesito fármacos ni ninguna otra cosa.
El peliverde fue a levantarse, harto de todo aquello. Estaba realmente cansado de que todo el mundo pensara que estaba en una mala condición mental.
-Creeme, nada me gustaría más que no tener que hacer esto -dijo Dodoria poniendo su mano izquierda en el hombro de su amigo.
-Pues compláceme, entonces -Zarbon comenzó a ponerse en pie, pero Dodoria ejerció presión en su hombro desestabilizándolo y haciéndolo caer de nuevo en el colchón.
-¿Cómo puedes ser tan terco? Es tu salud mental lo que está en juego.
-¡Deja de decir eso o...!
Aprovechando que se puso a gritar, Dodoria le metió la pastilla en la boca sin darle tiempo al otro a reaccionar.
Zarbon intentó escupirla, pero el otro lo impidió agarrándole de la mandíbula y alzándole la cabeza para obligarle a tragar.
-Deja esa estúpida tozudez y tómatela.
Ambos comenzaron un forcejeo en el que la rabia y la insistencia hicieron que se alargase varios minutos. Uno queriendo marcharse y mandar a todos a la mierda y el otro tratando de hacerle entrar en razón, aunque mediante la fuerza bruta.Al final, muy a su pesar, el peliverde terminó tragándose la dichosa pastilla. Dodoria le soltó muy despacio, observándolo con detenimiento.
-¿Y bien? ¿Cómo te encuentras? -preguntó con cautela.
Zarbon le lanzó una mirada asesina.
-Dudo mucho que haga efecto justo tras injerirla.
Finalmente, consiguió levantarse y dirigirse a la puerta, haciendo a un lado con brusquedad al rosado. Estaba muy harto de todo aquel asunto, lo que más le apetecía en ese momento era dirigirse a un planeta y comenzar su invasión para poder descargar toda la ira que tenía acumulada.
Dodoria solo se quedó mirando cómo abría la puerta y salía de la habitación.
-Espero que sean efectivas -susurró con una profunda expresión de tristeza viendo marcharse a su irascible amigo.Frost desayunaba feliz en la cafetería.
A pesar de saber que las cosas no iban a resultar precisamente fáciles y que había muchas cosas que aún no conocía, estaba bastante contento con su situación actual. Después de muchos meses, al fin gozaba de "tranquilidad", techo y buena comida. Y no sólo eso. Su querido senpai le estaba ayudando en sus entrenamientos para que se hiciera más poderoso y, además, ahora mantenían una relación.
Sonrió satisfecho mientras se llevaba un bocado al paladar y se acercaba ligeramente al emperador.
-No hay nada que pueda estropearme esto -pensó con una gran sonrisa.Freezer no pudo evitar sonreír también al ver la cara de alegría que mostraba Frost. Se veía tan adorable con esa expresión... Que le daban ganas de besarle allí mismo. Pero obviamente no iba a hacer eso. Sería rebajarse demasiado, dejarse llevar por esos sentimientos no era una opción.
-Por supuesto, no pienso sucumbir ante esta clase de estúpidos deseos... -se dijo a sí mismo mirando de reojo al azulado -Sin embargo...
El emperador deslizó su cola alrededor de la del pirata, entrelazándolas suavemente.
El changlong azul le miró sorprendido con las mejillas ligeramente violetas.
-¿S-senpai? ¿Por qué...?
-¿Por qué no? -se limitó a contestar, con una media sonrisa y mirada maliciosa.
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Maldades que se entrecruzan
FanfictionDespués del Torneo del Poder todos los Universos fueron restaurados y los miembros del equipo del Universo 7 consiguieron sus deseos, siendo de este modo que Freezer fue resucitado. Tras esto, él retomó su papel como emperador y volvió a reunir a su...