Los problemas no acaban

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Ya para la hora de la cena, Bonyu estaba dándole vueltas a lo que le había contado Dodoria.
-Zarbon dimitiendo... ¿Hasta dónde vamos a llegar?
Era algo tan insólito que al principio había creído que Dodoria le estaba tomando el pelo, pero por la expresión de desazón que tenía pudo comprobar que no era así.
¡Pero es que se trataba de la mano derecha del emperador! Era algo impensable que hubiera ocurrido aquello. Aunque teniendo en cuenta todo por lo que había pasado últimamente...
Suspiró sintiéndose bastante descolocada a pesar de no haber dejado en ningún momento el imperio.
-Al parecer hay que estar en la misma nave si quieres enterarte de algo... Aunque es extraño, normalmente los rumores se extienden como la pólvora.

Mientras seguía pensando en eso, el comedor comenzó a llenarse con el resto de los soldados que pensaban únicamente en llenarse el estómago. Justo al contrario que ella, que le daba vueltas a su cena sin probar bocado. Ni siquiera con la actitud animada de sus compañeros parecía despejarse. De hecho parecía aún más abstraída de su entorno, centrándose sólo en sus pensamientos.
Al darse cuenta de ésto, el capitán le preguntó acerca de su desinterés por la comida que tenía enfrente, a lo que ella suspiró y finalmente decidió entablar conversación.
-Es que no sé cómo vamos a salir adelante ahora. Es decir... ¿Han ido a por mí para que me encargue de todas las tareas que se han quedado desatendidas o ha sido simple coincidencia y será Dodoria el que tenga que cargar con las responsabilidades de Zarbon? -sus cinco compañeros dejaron de comer tras escucharla hablar, quedándose boquiabiertos con lo que acababa de decir.
-¿Cómo...? ¿Es que Zarbon está enfermo o algo así? -preguntó Jeice con la curiosidad corroyéndole por dentro.
-Así que vosotros tampoco lo sabíais -murmuró ella fijándose en sus caras de sorpresa -. Se ha marchado. Al parecer ha pasado por muchas humillaciones últimamente y ha terminado con un escarmiento por parte del señor Freezer. Dodoria en persona me ha contado sobre su dimisión.
-¡¿Dimisión?! -exclamaron los cinco.
A esas alturas, el comedor entero les miraba con curiosidad, a lo que Bonyu les pidió que tratasen de ser lo más discretos posible.
-Dodoria ha pagado por ello, por eso me lo encontré en la enfermería -les informó una vez les hizo guardar silencio -. Así que haced el favor y no lo vayáis pregonando por toda la nave. Ya sólo nos faltaba quedarnos también sin él. Lo que debería preocuparnos es quién ocupará su puesto ahora que ya no está.
Ginyu dió un suspiro profundo ganándose la atención de su equipo y les miró con el ceño fruncido.
-Si el señor Freezer ya la ha tomado con Dodoria por ésto... Tened por seguro que será él quién tenga que hacerse cargo de eso. Teniendo en cuenta cómo se las gasta nuestro señor, saturarle de trabajo es el castigo mínimo por no evitar la deserción de su compañero.
-Mientras que nosotros no suframos las consecuencias, a mí me da igual -soltó despreocupadamente Guldo mientras retomaba su cena, ganándose un asentimiento por parte de Burter y Recoome que igualmente volvieron a centrar su atención en la comida.
Bonyu, por el contrario, miró claramente en desacuerdo a su capitán.
-A mí no me parece normal. Si quiere desquitarse, debería buscar a Zarbon en lugar de pagarla con su compañero. Además, no es como si Dodoria hubiese podido hacer mucho para evitar su partida. Todos sabemos que cuando Zarbon se propone algo no para hasta que lo consigue.
El capitán bajó la mirada a su plato, deliberando lo que acababa de decir su subordinada.
-Pero lo que nosotros pensemos o dejemos de pensar no va a hacer cambiar de opinión al señor Freezer -levantó la mirada para fijar sus ojos en los de la mujer -. Su palabra es la ley. No es como si hubiese alguien que pueda contradecirle o hacerle cambiar de opinión.
Mientras que ambos seguían discutiendo el asunto, Jeice desvió la mirada ligeramente, viendo entrar al comedor a ambos changlongs y fijándose especialmente en Frost.
-¿Todo este jaleo por un vídeo? -pensó, creyendo que esa había sido la causa, al desconocer por completo que el verdadero detonante de la partida del peliverde era fruto del conocimiento por parte del emperador de su implicación con el intento de asesinato a Frost -Sólo espero que ésto no nos salpique a nosotros, tal y como ha dicho Guldo .
Tras pensar eso decidió no deliberar demasiado aquello y simplemente limitarse a sus tareas. Sin decir una sola palabra sobre aquel vídeo que, aunque ya no se hablara de él, seguía perfectamente presente en la mente de todos.

Maldades que se entrecruzanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora