Otro encuentro y situaciones por resolver

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Unas horas antes:

El capitán de las Fuerzas Especiales de Cooler se dirigía junto con el resto de su equipo a la nave de Freezer.
Mientras que los changlongs estaban en la reunión, ellos se divertirían un rato por aquella nave.
-¡Les vamos a machacar de lo lindo! -exclamó Dore ansioso por desquitarse con sus rivales.
-Y si alguno de ellos termina realmente mal después de nuestro enfrentamiento... Podríamos poner fin a su sufrimiento y hacerlo a la parrilla. Nos daríamos un festín -añadió Neiz mientras se imaginaba devorando a sus contrincantes.
Salza sonrió divertido pero se giró con una expresión seria hacia su equipo.
-Entiendo que estéis emocionados, pero debemos mantener la serenidad. Al fin y al cabo, si dañamos demasiado a esa panda de estúpidos... -calló un momento, quedándose pensativo, para luego añadir -En realidad no creo que moleste demasiado a monsieur Cooler. Nos divertiremos mucho.
Los tres rieron con ganas tras lo que se pusieron a planear la mejor manera en la que podrían derrotar a las Fuerzas Especiales Ginyu mientras que Rubí permanecía silenciosa, deseando que en esta ocasión ambos grupos no terminaran tan maltrechos como en la última vez que se enfrentaron.

Al cabo de unos pocos minutos, los cuatro se encontraban ya recorriendo los pasillos de la nave de Freezer.
-Todos éstos deben de ser nuevos, no parecen saber quiénes somos -murmuró el de cabello negro tras ver que ninguno de los soldados con los que se habían cruzado les habían prestado la más mínima atención.
-En parte mejor así. No habrá nadie que vaya corriendo a avisarles de que hemos llegado -intervino Salza con suficiencia -. Se llevarán una gran sorpresa.
Todos ellos pusieron rumbo a la sala que sabían que solía ocupar los entrenamientos del grupo. Después de mucho tiempo volverían a encontrarse y estaban lo suficientemente emocionados como para caminar a un ritmo bastante rápido con tal de llegar cuanto antes.

Sin embargo, apenas a la mitad de su recorrido algo les sobrepasó a una velocidad pasmosa. Los cuatro se detuvieron de golpe para observar bien aquello que supusieron enseguida de qué se trataba. O de quién, mejor dicho.
Efectivamente, unos cuantos metros más adelante, un gigantesco individuo clavó sus talones para girarse y observar a las personas que acababa de sobrepasar.
-Imposible -dijo sorprendido.
-¿Qué pasa?
Una cabeza asomó por encima de su hombro izquierdo, perteneciente al ser que iba encaramado a su espalda, aferrándose a él con fuerza para no salir disparado ante la rapidez del más alto.
-Las Fuerzas Especiales de Cooler.

Los seis se quedaron mirándose en silencio durante unos segundos, tres de ellos con unas sonrisas engreídas, una con expectación por lo que pasaría a continuación y los otros dos con una confusión tremenda. No esperaban encontrarlos allí. Quizás a ella sí, pero...
-Creía que estábais fiambre -dijo el más bajo saltando al suelo para dirigirse al grupo y plantarles cara.
-Yo pensaba exactement le même de vosotros -respondió altivo el rubio acercándose a él mientras le miraba con arrogancia -. Al menos uno de nuestros miembros se salvó. Pero vosotros cinco caísteis como moscas.
-¡¿Disculpa?!
-Ya me has oído, Jeice -siguió hablando Salza con total tranquilidad y una sonrisa maliciosa -. No sois más que una panda de inútiles.
-¡Repite eso si te atreves! -gritó furioso el peliblanco lanzándose al cuello del otro.
Pero en lugar de acercarse, terminó más lejos del rubio pues los fuertes brazos azulados de su amigo le detuvieron a tiempo, separándolo y evitando así que se enzarzara en una pelea antes de tiempo.
-¡Suéltame, Burter! ¡Voy a arrancarle los pelos uno a uno por atreverse a decir semejante barbaridad contra nuestro equipo! -exclamó forcejeando para liberarse del agarre del otro.
-Aún no. Reunámonos todos y entonces podrás arrancarle y romperle todo lo que quieras -le contradijo el gigantesco hombre azul mientras le mantenía aferrado a él.
-Ya te vale -murmuró entre dientes el peliblanco lanzándole una mirada de reproche a su compañero y que poco después volvió a dirigir a su rival.
Burter le fue liberando poco a poco de su agarre conforme vió que se iba tranquilizando, aunque no muy seguro de que realmente no intentara atacarle a juzgar por la expresión que tenía.
Salza rió entre dientes y se giró levemente hacia sus compañeros.
-Cómo se pica, ¿eh? C'est incroyable.
Jeice gruñó ante esto y fue a responderle molesto, pero alguien que pasaba por allí se acercó al escuchar las voces y se quedó mirándolos fijamente, sin creer lo que sus ojos veían.

Maldades que se entrecruzanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora