No será tan fácil

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Frost caminaba pensativo por los pasillos de la base, buscando estirar un poco las piernas al aire libre antes de irse a dormir. Tenía demasiadas dudas plagando su mente como para irse a descansar sin meditarlas antes.
-No sé si es buena idea todo esto... -murmuró mientras recordaba la forma en que sus organizadores de boda se habían presentado ante ellos un rato antes -. Con los nervios que parecen tener encima por toda la situación, a saber si podrán hacerlo bien.
Sus pasos se detuvieron al salir finalmente del edificio y vislumbrar el cielo plagado de astros.
-Y Freezer la tomará aún más con ellos si no lo consiguen... Eso serán más problemas innecesarios.

Caminó con lentitud por la zona ajardinada, sintiendo la brisa fresca de la noche acompañándole en su paseo nocturno. Tenían que haber dejado que se marcharan... Y ahora ninguno de ellos tendría que lidiar con la organización de la dichosa boda. Se paró en seco y suspiró con desasosiego tapándose la cara con las manos. Era demasiado precipitado. ¡Ni siquiera estaba seguro de...!
-Basta -susurró para sí mismo -. Yo quería esto. Quería ser importante para él, que me reconociese como su igual. ¡Y aquí lo tengo! Está en la palma de mi mano...
Frost trató de encontrar convicción en sus palabras, pero... ¿Cómo iba a convencerse de que debía estar feliz por su situación actual? Ser su igual... Se suponía que ya lo había logrado, ahora lo que debían hacer era cuidar su relación. No seguir forzándola a avanzar con pasos tambaleantes y apresurados... Simplemente porque Freezer quería castigar con aquello a sus antiguos generales. Pensándolo bien, era una temeridad. Una apuesta demasiado arriesgada por un capricho.

-Quizás... Lo que puedo hacer es no dejar que lo vaya decidiendo todo él. Imponerme respecto a los detalles de la boda cuando no estemos de acuerdo... ¿Pero será suficiente para encaminar esto?
Miró al cielo en busca de alguna señal, pero en su lugar sólo vio el paisaje habitual. Las estrellas titilando débilmente a lo lejos...
-De momento he conseguido convencerle del nombre del bebé -pensó con esperanzas de subirse el ánimo -. Algo que parecía imposible, así que es un gran logro. Solo tengo que seguir así y todo irá bien...
A su mente llegaron recuerdos de las veces en que estuvieron terriblemente peleados, todo el jaleo que se armó con el robo de los planetas y la forma en la que aquel embrollo había desembocado...
Sacudió la cabeza intentando centrarse en el presente. Todo aquello le había llevado hasta ese mismo momento, ponerse a cuestionar lo sucedido no era lo más idóneo.
-Creo que es hora de volver -dijo poniendo rumbo a los aposentos que ocupaban en la base.

Sus pasos le fueron guiando con cierta parsimonia al principio, regañándose mentalmente por ello. Debía llegar pronto si quería hablar un rato con Freezer y ver si podía seguir allanando el terreno para que los días que venían no fuesen accidentados.
Caminó ahora con más decisión hacia su destino, centrado en su objetivo. Los pensamientos de Frost se arremolinaban de tal forma en torno a su principal preocupación en ese momento, que poco podía haberse percatado de cómo había alguien acechándole desde las sombras. Alguien muy atento a sus movimientos.
-Si memorizo sus patrones de comportamiento, podré encontrar el momento oportuno...

Frost suspiró cansado al llegar a la habitación. Quizás dejaría para otro momento lo de hablar con Freezer porque ya bastante cansado se sentía como para empeorarlo aún más. Tenía tantas ganas de meterse en la cama y cerrar los ojos de una buena vez que...
-¡¿Por qué no quieres tomarlo?!
Frost adoptó una postura de abatimiento total al darse cuenta que su anhelo de dormirse pronto no podría cumplirse. Freezer parecía estar en medio de una grave crisis de... ¿De qué, exactamente?
-¿Necesitas ayuda?
Freezer giró el rostro al escuchar la pregunta y sus ojos brillaron esperanzados al encontrarse con Frost yendo a sentarse junto a él.
-¡Inténtalo tú! ¡Quería que Berryblue se encargara, pero ella ha dicho que debía intentar alimentarle yo! ¡Pero se niega en rotundo a tragar una sola cucharada!
Frost miró a su pequeño hijo, que parecía terriblemente ofendido con el puchero que estaba haciendo, y no pudo evitar esbozar una sonrisa.
-Déjame el plato...

Maldades que se entrecruzanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora