Después del Torneo del Poder todos los Universos fueron restaurados y los miembros del equipo del Universo 7 consiguieron sus deseos, siendo de este modo que Freezer fue resucitado. Tras esto, él retomó su papel como emperador y volvió a reunir a su...
-¡Frost, por favor! ¡Para! -¡No! ¿¡Cómo te atreves a dudar de mis habilidades!? -¡Ésto no son habilidades! ¡Es conducción temeraria! -¡Y no me he chocado ni una sola vez! -¡Pero podrías chocar y provocar una catástrofe! ¡Ahórrate estas filigranas para cuando no haya edificios importantes alrededor!
En un arrebato de ira, Frost accionó la palanca de aceleración de la pequeña nave al máximo, aumentando la velocidad de forma descabellada. -¿¡Cómo te atreves a desconfiar de mí!? ¡Te dije que sé pilotar muy bien! -¡Dijiste que habías ganado carreras! -Freezer se agarraba como podía a su asiento de copiloto -. ¡Eso no quiere decir que pilotes bien! ¿¡Cómo demonios llegamos vivos aquel día a mi nave con esta forma que tienes de pilotar!? -¡Fue tu hermano quien pilotaba, idiota! ¡Yo estaba cuidando que no te pusieras aún peor! Freezer dirigió su vista bastante sorprendido hacia el azulado, que seguía con una expresión de irritación tremenda. -¿Estuviste cuidándome a pesar de cómo te trat-? ¡Frost, cuidado!
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Con una ágil maniobra evasiva, el pirata sorteó los edificios que hacía unos momentos tenía justo frente a él. Eso no era nada comparado a lo que había llegado a hacer cuando competía. Pero Freezer... ¡Se atrevía a poner en tela de juicio su gran manejo! -¡Sé pilotar perfectamente una estúpida nave! -vociferó al tiempo que descendía bruscamente, consiguiendo que Freezer cerrara los ojos al sentir su estómago saltar en su interior. -Ya está. No hace falta que sigas clavándole las uñas al asiento -gruñó mientras se levantaba y dejaba a Freezer atrás que trataba de recuperar un ritmo normal de respiración. -Está loco... -murmuró el emperador mirándole de lejos, notando cómo aquello... No solamente le disgustaba, sino que había algo más, algo... Que le atraía de esa locura. Aunque el que hubiera estado a punto de destruir una ciudad importante para su Imperio... Eso tendría que hablarlo con él. Un poco más tranquilo, se levantó del asiento de copiloto y siguió a Frost al exterior de la nave para dirigirse al lugar al que tenían previsto ir.
-¿Y bien? -habló Frost al cabo de un rato andando, de brazos cruzados. Aún se sentía resentido con Freezer por no confiar en su modo de pilotaje y le miraba con los ojos entornados -. ¿Dónde es? Freezer frunció el ceño ante la pregunta. -Cuánta falta de paciencia -se quejó mirándole de soslayo. -Y aún así no te llego ni a los talones en lo que a impaciencia se refiere -refutó Frost de mal humor. -¿Cuándo soy yo impaciente? -preguntó ofendido Freezer con una mueca que denotaba lo muy en desacuerdo que estaba. -Pues según lo que me contó Cooler... -¿¡Cómo puedes creer en las mentiras que te haya contado ese cretino!?
El azulado se quedó quieto como una estatua, mirando sorprendido al otro ante aquellas voces. -No solo él -repuso -. También he hablado en un par de ocasiones con Berryblue sobre ti... Y no es casualidad que los dos opinen igual. Freezer gruñó muy irritado y echó a andar rápidamente, dejando a Frost muchos metros por detrás. Desde su posición alejada del otro, Frost miró al emperador un tanto triste. No le gustaba discutir con él, menos aún cuando habían salido de la nave principal para pasar un rato tranquilo los dos. Y aún así... Era lo único que habían hecho en ese rato. -Freezer, espera... -le llamó comenzando a andar tras él para darle alcance -. ¡Freezer!
