Más cerca de ti

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Tal y como dije, cosas sugestivas pero nada explícito. Dicho esto, espero que disfrutéis de la lectura!

Tras aquel ansiado beso, Dodoria sintió una gran adrenalina recorriéndole y no tardó en hacer lo que se le acababa de pasar por la cabeza. Tomó a Zarbon en brazos y se adentró en el apartamento, cerrando la puerta de una patada mientras veía cómo el peliverde le rodeaba el cuello y se acercaba para volver a besarle.
No sabía si aquello era realmente una buena idea, pero en ese momento sin duda lo parecía... Dejaría las preocupaciones para otra ocasión, ahora pensaba centrarse únicamente en su preciado compañero.

-Vaya... Parece que tendremos una noche divertida -murmuró Zarbon cuando el rosado le dejó caer sobre la cama al llegar a la habitación.
Y como confirmación, lejos de obtener una respuesta verbal volvió a notar los labios ajenos presionados de nuevo contra los suyos, esta vez sin ningún tipo de reparos desde el principio. Un beso acompañado de unas manos ansiosas que se aferraron a su torso como si no quisieran dejarle ir bajo ninguna circunstancia.
-Zarbon... -la voz ronca de Dodoria llegó hasta los oídos del peliverde cuando se separaron, sacándole una sonrisa temblorosa.
-Tienes vía libre -susurró sintiendo las manos del otro colarse bajo su camiseta -. Tan solo te pido que pares lo que estés haciendo si llego a decirte que no me gusta.
-Dalo por hecho -respondió besando su mandíbula.

No tardaron en despojarse de su ropa, deleitándose en caricias que hacían sus corazones latir desbocados. Tanto para uno como para el otro aquello sin duda era un nuevo comienzo; para Dodoria el ser capaz al fin de aceptar por completo sus sentimientos y dejar de ocultar algo tan importante a su mejor amigo, mientras que Zarbon tenía la esperanza de alcanzar una relación llena de amor que le trajera verdadera felicidad y no promesas hechas de palabras vacías.

Dodoria besaba cada rincón del cuerpo de su amado con el ansia y la fuerza que había tratado de sepultar durante tantos años. Le necesitaba, necesitaba aquello de verdad. Necesitaba... Sentirlo.
Se separó al tiempo que su rostro se sonrojaba por lo que acababa de pensar. Él... Él quería... Miró a Zarbon a los ojos sin estar seguro de la reacción que tendría si le decía lo que cruzaba por su mente en ese momento.
Pero las dudas que tenía se dispersaron cuando recibió una suave caricia en la mejilla. El par de chispeantes orbes dorados le miraban exultantes, transmitiéndole una sensación confortable que agitó su corazón y le dejó una sonrisa embobada en el rostro. Puso una mano sobre la que Zarbon aún mantenía en su cara y cerró un momento los ojos. Su compañero era muy caprichoso y se enojaba fácilmente si no conseguía lo que quería, pero la expresión que tenía en ese momento le dejaba más que claro que ni de broma se mostraría molesto por el cambio que había pensado.

-Zarbon... -susurró conectando sus miradas -. ¿Está bien si lo hacemos al revés? ¿Si... Yo tomo el lugar en el que estás?

Por un momento, el peliverde quedó en shock. De todo lo que podría pedirle, aquello era lo que menos se esperaba. Pero pasado el desconcierto inicial, no tardó en sonreír afable e incorporarse para dejar un tierno beso en los labios del rosado.
-Está perfecto si lo hacemos de ese modo.

Y apenas unos segundos después, era Zarbon quien recorría el cuerpo ajeno con cuidado y atención a las reacciones que pudiera tener, queriendo darle una experiencia agradable que le hiciera saber a la perfección el aprecio que le tenía.


Los roncos sonidos llenos de placer que escapaban de su boca fueron amortiguados momentos después por los labios de Zarbon, que capturó los suyos ávidamente, deseando poder quedárselos todos para él. Las delgadas manos del peliverde acariciaban las mejillas de su compañero y en un momento dado alzaron su rostro para poder intensificar el beso con facilidad.

Aquel momento era tan preciado para ambos... Deseando que no acabase nunca, entregándose por completo al otro mientras que sentían el amor desbordándose de sus corazones, recorriendo sus cuerpos por completo y materializándose en aquellas íntimas caricias que eran dadas y recibidas con todo el cariño que se profesaban...



Maldades que se entrecruzanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora