Maldades que se entrecruzan

La Alianza de Rebeldes

A escasos minutos de partir, Frost se ajustaba el velo nerviosamente para que fuese completamente imposible ver su cristal azul. No podía arriesgarse a que descubrieran su identidad y todo eso le traía tan nervioso que no había probado bocado en todo el día.
-Tiendes a ajustarte la ropa cuando estás nervioso, ¿eh?
Frost miró detrás de sí, viendo a Freezer acercarse a él tras haber hablado un rato con Bonyu dándole unas últimas indicaciones.
-Supongo... -susurró agachando la cabeza.
El emperador salvó por completo la distancia que los separaba y le alzó el rostro poniendo una mano bajo la barbilla del azulado, haciendo que le mirase.
-Va a salir bien. No te preocupes, Frost.
Él esbozó una pequeña sonrisa y asintió levemente. Ojalá Freezer llevara razón.

Frost podía sonreír y asentir todo lo que quisiera, pero para Freezer resultaba más que evidente su nerviosismo, recordando la vez que fueron a la reunión de líderes.
-Acaso... -comenzó a hablar, ganándose una mirada extrañada por parte del azulado ante lo que fuera a decir -. ¿Estás tan inseguro porque esta vez no voy contigo? -le inquirió Freezer con expresión maliciosa.
-¿Qu- ? -Frost se sorprendió ante la pregunta al no esperar que el emperador pensara eso -. ¡No! Bueno, también... Pero el problema es que no sé si podré dar el pego...
Freezer le miró con extrañeza, cruzándose de brazos.
-Dijo el mayor estafador del Universo 6 -Frost le dirigió una mirada irritada, algo que Freezer sencillamente ignoró -. ¿Por qué piensas que no serás capaz?
El pirata se cruzó de brazos igualmente, bajando la mirada al sentirse bastante idiota por dudar de sí mismo y adquiriendo un ligero rubor por la vergüenza que sentía en ese momento hacia sí mismo.

Al verle así, con la cara gacha y levemente teñida de violeta, Freezer no pudo evitar que se le acelerase ligeramente el corazón. Bien era cierto que a veces no entendía las reacciones de Frost, pero que a veces no le entendiera no le quitaba en lo más mínimo las ganas de tenerle a su lado. Con una media sonrisa alzó una mano hasta el mentón del azulado haciendo que levantara la cara, pudiendo así depositar un suave beso en sus labios.

Unos metros alejada de ellos, Bonyu observaba de reojo al par de changlongs.
-Parece que han sucumbido al amor -murmuró con una sonrisa irónica -. Sin embargo... Frost está muy verde en este tipo de misiones. Esperemos que ese sentimiento le dé razones para no querer decepcionar al señor Freezer y dar lo mejor de sí.

Tras una despedida (demasiado larga en opinión de la mujer), la nave en la que viajarían hasta el planeta donde se reunirían los rebeldes despegó finalmente para adentrarse en el espacio, dejando a Frost mirando con preocupación por las ventanas de la nave mientras Bonyu pilotaba hacia su lugar de destino.

Unas pocas horas más tarde, el estómago de Frost se revolvía al entrar en la atmósfera de Cantaloupe.
Respiró profundamente varias veces tratando de calmarse al tiempo que Bonyu descendía y dejaba la nave estacionada lejos del edificio al que tenían que acudir.
-Démonos prisa -apremió al azulado -. Sabemos cuál es el edificio, pero no el lugar exacto y no debemos llegar cuando ya hayan comenzado. Y obviamente no podemos dejar nuestra nave cerca porque es muy obvio que pertenece al ejército del señor Freezer, así que no nos queda de otra de ir con rapidez.
Frost asintió mientras trataba de seguirle el ritmo, teniendo ciertos problemas al no estar acostumbrado a las prendas que llevaba.
-Maldita sea -masculló irritado cuando sintió una de sus rodillas flojear por culpa de la inestabilidad que le daba el calzado.
Bonyu le miró con cierta preocupación. A ese ritmo tardarían en llegar.
-Vayamos volando -dijo comenzando a levitar -. Será mucho más sencillo para usted. Y más rápido.
Frost asintió un tanto avergonzado y se elevó en el aire, yendo a la par que la guerrera mientras surcaban el cielo.

El tiempo que transcurrió mientras volaban lo pasaron en completo silencio, cada uno inmerso en sus propios pensamientos sobre cómo se desarrollaría la situación.
-Estamos cerca, bajemos al suelo -indicó ella cuando pudo ver el lugar al que iban.
Frost asintió y ambos descendieron para terminar a pie el poco trecho que les quedaba.
Conforme caminaban, una expresión de satisfacción se fue formando en el rostro de Bonyu. Hacía mucho tiempo que no llevaba a cabo una misión de incógnito y volvía a sentir la adrenalina que la recorría cada vez que se infiltraba entre aquella gente. De repente miró hacia su derecha y abrió la boca como si fuera a decir algo, pero al momento pareció acordarse de algo y bajó la vista observando a Frost. Su cara volvió a adquirir una expresión imperturbable y permaneció sin hablar hasta que llegaron a la misma puerta del edificio, cosa que provocó cierto desconcierto en Frost pero que decidió dejar pasar. Tenía demasiadas cosas en la cabeza como para intentar averiguar aquella reacción que no comprendía.
-¿Y ahora? -susurró el changlong una vez pasaron al hall del lugar.
-Tan sólo sigamos al resto -respondió ella mirando disimuladamente a las personas que había a su alrededor -. El lugar donde se reúnen cambia de localización en cada ocasión por obvias razones y todos ellos son avisados sobre dónde está dicho lugar cada vez que convocan una nueva reunión... Manténgase a mi lado.