Le damos un poquito al drama? 🙂
El sonido de pisadas rápidas resonaba por los pasillos de palacio. Su majestad corría rápida, esperando llegar cuanto antes a sus aposentos con los paños húmedos con los que limpiaría a su cría nada más eclosionar. A su pequeña princesita que estaba resquebrajando el cascarón en ese momento.
-¡Ya estoy de vuelta, mi niña! -exclamó nada más entrar a la habitación, sentándose rápidamente junto al nido de lujosos y cálidos tejidos con los que lo había hecho -. Mamá está aquí.Su corazón latía descontrolado mientras las doncellas se agolpaban a su alrededor, cumpliendo con sus mandados para que todo fuese perfecto durante el proceso de la eclosión.
Habían sido tres largos meses de incubación en los que se había volcado por completo en mantener su huevo bien atendido, con todo el calor que fue capaz de proporcionarle para que pudiera nacer una niñita bien sana y fuerte, capaz de obtener el don que ostentaban las princesas de su reino.
El preciado don de la curación.-Vamos, mi pequeña. Sal de ahí, que pueda ver tu perfecto rostro -susurró cuando el primer trozo de calcárea se desprendió.
Así pasaron los minutos en los que la pequeña criatura se fue abriendo camino, rompiendo lentamente su prisión. Al cabo de casi una hora de espera, la reina pudo finalmente contemplar el penacho verde que conformaba la cabellera despeinada de su esperada cría.
-Habrá que enseñarte modales -dijo con cierta diversión en la voz mientras trataba de colocar de forma más adecuada el suave cabello del bebé -. ¿Ni siquiera vas a saludar a tu madre?La pequeña criatura, como atendiendo al llamado, levantó la cabeza para que sus ojos se encontraran con los de su madre.
Y en ese preciso instante, en el que ambos pares de ojos dorados se quedaron mirándose fijamente, la reina no pudo resistirlo más y terminó por sacar ella misma a su cría de lo que restaba de cascarón.
-Majestad, quizás no debería...
-¡Silencio!
La mirada fúrica de la gobernadora taladró a la sirvienta que se había atrevido a intentar detenerla en su tarea de sacar a su cría al mundo de una vez. ¡Ninguna simple plebeya le iba a decir lo que hacer o no con su retoño!
Devolvió la vista a su creación y la alzó con cuidado para ponerla en su regazo, sobre las toallas húmedas.
Fue ordenando a las sirvientas que se fueran acercando con toallas limpias conforme iba retirando el exceso de líquido amniótico del cuerpo de su bebé, maravillada con lo mucho que aquellos ojitos se parecían a los suyos.Pero toda aquella alegría le duró poco. Hasta el momento en que se dispuso a terminar con la limpieza de su cría y descubrió algo terrible. Algo que hizo que se le helara la sangre y se quedase completamente lívida.
No había tenido una princesa.
La criatura que había estado cuidando con tanto empeño...
Era un príncipe.
-No...
La respiración de la reina se agitaba cada vez más conforme más inspeccionaba a la pequeña bestia que la miraba con ojillos somnolientos.
-¡No, no, no, no, no! -alzó a su hijo frente a su cara, volteándolo en todas las direcciones posibles, haciendo que el bebé olvidara el sueño que estaba sintiendo y en su lugar comenzase a hacer pucheros -. ¡¿Dónde está mi hija?!
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Maldades que se entrecruzan
FanfictionDespués del Torneo del Poder todos los Universos fueron restaurados y los miembros del equipo del Universo 7 consiguieron sus deseos, siendo de este modo que Freezer fue resucitado. Tras esto, él retomó su papel como emperador y volvió a reunir a su...