Lo más importante

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-Sois incorregibles.
-Tú también te has acabado picando.
-¡Os habéis burlado de mi capitán y eso no lo puedo tolerar!

Rubí y Ginyu mantenían una pequeña discusión mientras caminaban de la enfermería a sus habitaciones seguidos por los demás miembros de ambos grupos.
Todos habían terminado igual de magullados después del combate que habían tenido. A decir verdad, el escuadrón de Ginyu podría haber resultado vencedor perfectamente de no ser porque se les ocurrió la magnífica idea de criticar a Salza. Y la chica, que hasta aquel momento había mantenido un perfil bajo durante el enfrentamiento, no se quedó de brazos cruzados ante la afrenta a su capitán y decidió darlo todo, poniendo en un aprieto al otro grupo.
Aunque al final todos terminaron tan agotados que decidieron que sería mejor dejarlo ahí y decidir en otra ocasión quiénes estaban más capacitados para la batalla.

-En el fondo sabes que llevo razón -masculló Ginyu de mal humor.
Ella simplemente negó con la cabeza, intentando obviar que el hombre seguía sin dar su brazo a torcer con aquel tema.
-¡Por cierto! -intervino él repentinamente -Si vas a andar por aquí, ten cuidado con un tipo malva y larguirucho, Tagoma. Me da mala espina.
Rubí fue a preguntarle el por qué, pero alguien se adelantó con la explicación.
-Es insoportable. Nos lo encontramos el otro día y formó una escandalera simplemente porque me choqué con él -habló Jeice indignado -. Y aun habiéndome disculpado, siguió gritando.
Rubí le miró sorprendida y después dirigió su vista hacia el capitán, quien asintió confirmándolo.
-Formó un buen escándalo, sí -afirmó.
-¡Y no se quedó contento sólo con eso! -siguió el peliblanco -Unas horas más tarde, hizo enfadar también a Zarbon.
-¡Ja! Lo dices como si fuese difícil enfadarle -rió Guldo unos pasos por detrás.
Una risa colectiva se expandió por todos ellos ante aquel comentario.
-Bueno... -Jeice se secó las lágrimas de la risa mientras volvía a hablar -Pero esta vez tenía una buena razón para enojarse. Prácticamente, Tagoma le destrozó la habitación buscando no sé qué.
Los demás le miraron confusos.
-¿Qué querría de su habitación? -intervino Burter ceñudo -Es decir... A parte de todas las tonterías que se echa en la piel y el pelo... ¿Tiene algo más?
Tanto los miembros de un equipo como los del otro se encogieron de hombros.
-El caso -retomó la palabra Ginyu -, es que es mejor mantenerse lejos de ese chiflado...
-¿Cuál de los dos? -se mofó Neiz, lo que provocó que de nuevo estallaran las risas.
-Está claro que de ambos -Rubí decidió unirse también a las burlas -. Si uno está mal de la cabeza, el otro más por meterse en su habitación y tener el valor de arrasar con ella.
-¡Ya está bien! -Ginyu, que se había adelantado un poco mientras los demás reían se giró hacia ellos con expresión severa -Es tarde, hemos tenido un combate bastante intenso y necesitamos descansar. Así que dejad las bromas para otro momento y todo el mundo a dormir.
Los miembros de su equipo suspiraron apesadumbrados por aquella orden que les retiraba la diversión y obedecieron de inmediato. Pero tanto Neiz como Dore no se movieron del lugar hasta que la chica les indicó que se marcharan ellos también.
Una vez que todos se hubieron marchado, la pelirroja caminó unos pasos hasta superar al capitán para justo después girar la cabeza en su dirección.
-También nosotros deberíamos retirarnos por hoy -sugirió.
Él la alcanzó en un par de zancadas y le pasó un brazo por los hombros.
-Sí que deberíamos -comentó con una sonrisa cálida.


















Freezer se desperezó lentamente. Podía sentir la cabeza embotada. No era una sensación que le agradase, precisamente.
-Buenos días -escuchó a su lado.
Miró aún con sueño en la dirección de la que provenía la voz y vió a Frost sentado, mirándole fijamente.
-Buenos días, querido -respondió suavemente, tomando la mano izquierda del azulado y besándola con delicadeza.
Sin embargo, aquel gesto no surgió en absoluto el efecto que esperaba. Al contrario. Frost le dirigió una mirada para nada amistosa.
-Ahora entiendo por qué se te da tan bien esto -dijo despectivamente -. Tienes experiencia más que de sobra en el arte de la seducción, ¿verdad?

Maldades que se entrecruzanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora