¿Solución pacífica?

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Las tropas se dispersaban rápidamente por los alrededores del lugar donde habían aterrizado,  teniendo mucho cuidado de no desobedecer las órdenes tan específicas de no abrir fuego que les había dado el emperador poco antes.
Pese a que realmente no les entusiasmara la idea de una invasión "pacífica", que el tirano acabara con ellos era lo suficientemente alentador como para que siguieran al pie de la letra sus indicaciones.
-¿Ves, Freezer? Todo marcha según lo planeado -sonrió Frost orgulloso.

Los dos changlongs avanzaban entre los soldados camino al lugar donde tenían entendido que había comenzado el movimiento rebelde que pretendían subsanar, seguidos de cerca por Berryblue y los dos escoltas del emperador.
-He de reconocer que por el momento no parece que vaya a haber algún imprevisto -afirmó el tirano pensativo.
-Aún así, debemos ir con cuidado -prosiguió el azulado -nunca se sabe cuándo puede surgir un contratiempo.
Frost torció el gesto, recordando que en alguna ocasión sus piratas habían metido la pata siguiendo incorrectamente sus órdenes y provocando que casi descubrieran sus verdaderas intenciones. Por suerte para él, siempre había conseguido ingeniárselas para salir airoso de aquellas situaciones.
Freezer observó la expresión seria que había adquirido su compañero mientras rememoraba aquellos hechos, preguntándose el por qué y notando una diminuta sonrisa de complaciencia. Fuera lo que fuere que pasaba por su cabeza en ese momento, estaba claro que motivaba a Frost para seguir adelante con aquello dando lo mejor de sí mismo y procurando que todo saliera a la perfección.

Unos metros por detrás, Berryblue les escuchaba hablar sobre su plan. Ella tenía sus dudas sobre si realmente daría resultado, pero al igual que Freezer, era debido a que dudaba de la capacidad de los soldados para llevar a cabo las clara orden de no masacrar a nadie. En sí, la idea era bastante buena. Frost había pensado en llegar al núcleo de la base rebelde sin levantar demasiadas sospechas, sigilosamente. Les habían dado aviso de que los que llevaban a cabo la sublevación se reunirían ese día en un punto concreto y pretendían pillarlos por sorpresa para que, de ese modo, no les diera tiempo a intentar un verdadero levantamiento en contra del imperio. Si les veían u oían llegar, sin duda se defenderían, por eso el empeño del azulado en la discreción. Una vez que hubieran dado con ellos, sólo era cuestión de "negociar" con ellos para que volvieran a someterse a las órdenes de Freezer.

Berryblue sonrió para sí misma. Sabía bien que las negociaciones que pretendían llevar a cabo los changlongs era en realidad una amenaza en toda regla. La verdad es que tenía mucha curiosidad por ver aquello. Suponía, por lo que habían hablado, que sería Frost quien negociaría con ellos y quería ver cómo se desenvolvía el muchacho.
-Es un joven muy despierto, me pregunto si será también tan mezquino como Freezer -pensó observándoles detenidamente.
Fue entonces que escuchó unas voces discutiendo detrás de ella, por lo que decidió ponerles atención.

-¿Se puede saber qué demonios te pasa? Hace un rato no estabas así.
-Te he dicho que me dejes en paz.

Zarbon rechinó los dientes a la vez que apretaba sus manos en puños. Dodoria le estaba sacando de quicio. Desde que había vuelto del baño se comportaba de forma muy arisca. No le había contestado a nada de los que le había dicho hasta entonces. ¡Ni siquiera se había molestado en mirarle! El peliverde no entendía el por qué de ese comportamiento tan impropio por parte de su amigo y por más que le preguntaba, lo único que recibía eran gruñidos. Y un par de "déjame en paz".
Estaba comenzando a desesperarse ante esa situación. Quería hablar con él y contarle lo que le ocurría. Pero el rosado no estaba en lo más mínimo por la labor.
-Cuando estábamos en la sala de mandos me has dicho que nunca escucho ni me intereso por los demás -volvió a hablar Zarbon intentando llamar la atención del otro -. Y ahora que te estoy preguntando que qué te pasa...  ¡Eres tú quien me ignora!
Zarbon miró angustiado a Dodoria, que simplemente giró la cabeza hacia la izquierda, para evitar mirarle.
-¡Dodoria, por favor! ¡Dime qué te ocurre! -le suplicó mientras le agarraba del brazo derecho, comenzando a preocuparse de verdad por aquella reacción.
-¡No te atrevas a tocarme! -gritó Dodoria indignado, deshaciéndose bruscamente del agarre del peliverde sobre su brazo -Maldito hipócrita -siseó.
Zarbon se apartó un par de pasos, tembloroso ante los gritos del otro y sintiendo sus ojos aguarse. Dodoria le había... Le había insultado de verdad.
Había notado perfectamente el veneno en su voz. ¿Pero por qué?
-Dodoria... -susurró con la garganta hecha un nudo -¿Por qué me...?
Alzó una mano con la intención de alcanzar a su amigo, pero la mirada iracunda que éste le dirigió hizo que se detuviera a mitad de camino y que en su lugar la llevara a su pecho, mirando al otro con el corazón en un puño.
-Vale -susurró dejando escapar las lágrimas que se habían acumulado en sus ojos.

Maldades que se entrecruzanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora