Una fría bienvenida

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Los dos ex-generales se quedaron petrificados tras escuchar la amenaza de Freezer. No habían hecho más que llegar y el emperador ya les había amenazado de muerte.
-Aquí no se pierden las buenas costumbres, ¿eh? –farfulló Zarbon apegando aún más al niño contra su cuerpo. Aquello era una pésima idea. El bebé estaría mucho mejor con él…
Pero antes de que pudiera cambiar de opinión respecto a la misión y se diera media vuelta, Bonyu apretó más el agarre que tenía sobre su brazo e hizo que diera un paso hacia delante de forma bastante torpe. Definitivamente, la primera impresión que le estaba ofreciendo a Freezer era pésima. Y eso siempre era mala señal.
-Señor Freezer, no voy a llevarles al complejo médico para que les atiendan a ellos –habló Bonyu tratando de esclarecer las cosas cuanto antes -. Es para el bebé.

Sin embargo, lo que buscaban ser palabras tranquilizadoras se convirtieron en un detonante tanto para Freezer como para Zarbon.
-¡¿Cómo que para el bebé?!
-¡Eso digo yo! ¡¿Insinúas que no he sabido cuidar a Kuriza?!
Tras escuchar el grito ofendido, los ojos del tirano se dirigieron de inmediato a Zarbon, que se soltó del agarre de Bonyu de un estirón con malas formas para mirarla con dolor reflejado en sus ojos y alejarse de ella en dirección al emperador.

Dodoria observaba espantado la escena, notando cómo se le aceleraba el pulso al ver a Zarbon acercándose cada vez más a Freezer. Esto había sido su propia idea, pero en ese momento las dudas y un nerviosismo terrible le estaban carcomiendo. No había sido una buena solución. ¡No lo había sido en lo absoluto! Ya no solo tenían que lidiar con el tipo que había intentado matarles y que estaba dejando su nave en la zona de embarque en ese momento, si no que realmente podían terminar agonizando allí mismo tras entregar al niño.
Intentó soltarse también él del agarre de su compañera para al menos hacer frente a Freezer junto a Zarbon, pero antes de lograrlo escuchó un grito de júbilo que le descolocó por completo.

-¡Lo conseguí! ¡Los he encontrado y guiado hasta aquí!
Dodoria vio pasar rápidamente a su lado un ser bastante más alto que él, con cuernos que se elevaban al cielo y una larga cola ondeando peligrosamente detrás suya. Oh. Oh no. Un sudor frío le perló el rostro. Quien les había estado dando caza… Era un changlong. Realmente habían estado en peligro... Sus músculos parecieron quedarse atrofiados y solo volvieron a reaccionar al ver que se dirigía al peliverde.

-La verdad, ver sus señales de ki en la nave que sobrevolaba el lugar donde me encontraba fue todo un alivio. Y conseguir que cayeran en mi trampa después de darles alcance fue bastante sencillo -Zero miró a Freezer mientras seguía acercándose y después buscó a Frost en la multitud reunida, sonriéndole orgulloso cuando le vio -. Siempre cumplo mis encargos.
Llegó a la altura de Zarbon y, viendo que podría tomar fácilmente al niño, fue a arrebatárselo de sus manos sin contemplaciones.

Lo que no se esperaba es que el peliverde reaccionara mucho más rápido al verle las intenciones, y que le diera una patada en los talones haciendo que se desequilibrara y cayera pesadamente al suelo.
-¡Agh! -el golpe le retumbó dolorosamente en la espalda, haciendo que mirara con odio al hombre que le miraba temeroso a unos pasos de distancia y que se alejó otro más.
-¡No sé quién eres y desde luego no voy a dejar que te lleves a…! A…
La voz de Zarbon enmudeció antes de poder terminar la frase. La persona que había tirado al suelo…
-Tú… ¿Eres quien nos perseguía? -sus pupilas se dilataron al observar detenidamente al contrabandista. Era… Era muy atractivo.

-En efecto -Zero se levantó como pudo y torció el gesto -. Y tú eres quien se llevó un huevo que no le pertenecía… No tienes idea de los dolores de cabeza que me has dado mientras intentaba seguirte la pista.
Bastante ajeno en ese momento a la situación comprometida en la que seguían, las mejillas de Zarbon se ruborizaron al escuchar el último comentario.
-Puedes seguir persiguiéndome si quieres.
La cara de Zero se contrajo en un gesto de disgusto, pero antes de que pudiera verbalizar su desagrado ante el coqueteo, Dodoria se interpuso rápidamente entre los dos y apartó a Zarbon agarrándole fuertemente por los hombros.

Maldades que se entrecruzanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora