T1E3: Coloquio

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Kai se sentó con Toph al acabar el día. Ya habían acabado las clases del día y solamente estaban perdiendo el tiempo. Poco a poco, el tema de conversación empezó a morir. Entonces, Toph vio el boleto para el coloquio de mitología y recordó a la linda chica que le pidió que fuese con ella.

— Se llamaba Khanna - Recordó Toph - Era alta, linda... se veía buena gente.

— Va en mi grupo - Mencionó Kai.

— Tienes razón. El mundo de repente se hace muy pequeño.

Ambos se rieron.

— Entonces... también irás al coloquio, ¿cierto? - Preguntó Toph.

— Sí, Khanna y yo somos los titulares de los boletos. Yo no quería llamar la atención aquí, pero, bueno...

— Simplemente ocurrió - Completó la oración Toph.

— ¿Qué hay de ti? - Quiso saber Kai.

La conversación tendía a girar más sobre él que sobre Toph, lo que le gustaba al lado egocéntrico de Kai, pero su lado empático, humano y buena persona se sentía mal porque la amistad con Toph se tratase únicamente de él. No quería eso.

Rebobinando en los errores del pasado de Kai, él había disfrutado mucho siendo el centro de atención en el pasado. Después de todo, erigió Alba Dorada haciéndose él mismo un muy visible punto central, lo que terminó ocasionando varias agresiones contra él y sus amigos de preparatoria.

Kai no quería eso en su nueva vida; no quería afectar a Toph.

— Nada muy interesante. Llevo inglés, francés e italiano. Español lo llevaré hasta dentro de uno o dos semestres y solo porque el plan de estudios lo pide. En mi grupo casi nadie socializa mucho, ya sabes.

— Como si fuesen a clases de idiomas aparte.

Toph asintió.

— ¿Qué pasa? - Preguntó Toph, con ese tono neutro y amable, pero distante que la caracterizaba - ¿Te sientes afligido?

Kai sonrió brevemente, dejando escapar una risita.

— Nunca había escuchado a alguien de nuestra edad decir "afligido" en una frase real.

— Disculpa. He estado pensando en lo que me dijiste una de las primeras veces que hablamos, ¿recuerdas?

Cómo no iba a recordarlo. Le había dicho a Toph que le daba miedo que ella fuese tan formal después de todo. Toph se había disculpado formalmente mientras decía que así hablaba ella siempre y Kai se retractó, diciendo que no pretendía hacer que ella cambiase su forma de ser.

— No es necesario que cambies tu forma de hablar - Se apresuró a decir Kai - Es decir, no serías tú misma si cambias tu forma de ser.

Toph se carcajeó de una manera indigna para su personalidad aristocrática.

— Eso fue redundante.

— Nunca te había escuchado reír así. Me gusta tu risa.

Toph se acomodó el cabello antes de levantarse de la banca en la que ambos descansaban.

— Empieza a hacer frío. ¿Ya nos vamos a casa?

Kai asintió lentamente.

— Vamos.

— Vamos

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