El segundo año de clases por fin había empezado: los estudiantes entraron al campus a toda prisa, casi aplastándose unos contra otros. Por todas partes, foráneos y locales se saludaban después de semanas sin verse, en algunos casos. Los ánimos estaban mucho más arriba que acabando el curso pasado y la memoria de Maestro Cantor ya no estaba tan fresca.Sin embargo, habían personas que todavía no estaban dispuestas a olvidar: Nessa, por ejemplo. Desde que fue secuestrada por Caleidoscopio, su desconfianza y rechazo hacia Kai habían ido en aumento y durante las vacaciones, mismas que pasó en el puerto y no en Xalapa, tuvo cierto miedo de volver a la escuela, incluso consideró darse de baja temporal, pero al final, su madre la convenció de volver.
Nessa estaba relajada, pero tan pronto como Kai se cruzó en su camino, a lo lejos, ajeno a su existencia, el miedo a que le ocurriera algo malo volvió a poseerla. Él estaba ahí, en lo suyo, hablando con una de sus amigas, Toph, pero aún a más de diez metros de distancia, Nessa no podía evitar estremecerse.
Lo habría dejado por la paz, pero se dio cuenta de que varias personas, unas pocas, pero varias a fin de cuentas, observaban a Kai de lejos, como ella. Quizá también le tuviesen miedo. Nessa estaba a punto de seguir su camino cuando una de ellas se le acercó para pedirle una foto. Kai hizo una letra "A" con las manos, posando para la foto: era porque ahora todos sabían que trabajaba con Alba Dorada.
— Con un demonio - Balbuceó Nessa - Ahora se hace el superhéroe.
Poco dispuesta a observar el show, Nessa decidió largarse a otra parte, lejos de la explanada del campus.
Kai se sentía algo agobiado.
Sin poder quejarse en público, esperó a que le pidieran todas las fotos que quisieran para ir a un lugar más privado, seguido de Toph, a quien le divertía medianamente que su amigo se hubiese vuelto una celebridad de repente.
— No le veo lo gracioso - Se quejó Kai - ¿Así va a ser siempre? Me voy a morir.
— No entiendo cómo es que aún no los mandas a volar - Sonrió Toph, mirando al frente mientras caminaban lado a lado.
— Creo que a Nora no le gustaría que yo le dé mala imagen a la organización.
Ambos pasearon hasta llegar al fondo de los terrenos del campus, donde una pequeña arboleda con mesas de concreto aguardaba, solitaria. Cerca de ahí estaba el taller de cerámica de los de antropología e historia y al fondo, en la otra esquina, la biblioteca del campus.
— Me gustaría quedarme, pero tengo que llegar temprano a mi primera clase - Se excusó Toph después de pocos minutos - Suerte tomándote fotos.
Al menos su sentido del humor se había vuelto más evidente desde hacía semanas: ya no era la misma Toph taciturna que Kai conoció.
Kai se quedó ahí, sentado, hasta que una chica que no conocía en lo absoluto le vino a traer un papelito: ni siquiera le dijo nada, sólo se lo ofreció, esperó a que Kai lo agarrara y después, salió corriendo por donde vino. Sin saber muy bien qué esperarse, Kai lo desdobló. Ponía lo siguiente: "Ven a verme en el árbol de tejo detrás de la biblioteca".
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Literatura según Kai
JugendliteraturKai ha logrado marcharse de su pueblo natal para estudiar en la universidad que siempre ha querido. Ahora, quizás no tiene que preocuparse por un gran enemigo ni a una pandilla de asesinos, pero eso no significa que deba preocuparse menos por las co...