T5E18: Consejo de guerra

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—El grupo de Kai se volvió más abundante antes de salir del campus: tan pronto como llegaron a la torre Alba Dorada, el grupo contaba con al menos veinte personas entre agentes y cadetes recién reclutados: muchos otros se quedaron atrás, resguardando el campus, pero no fue el caso de ningún Paraselene.

Amelia Hardeen se quedó atrás para cuidar del campus, aunque no sin quejas por parte de Kai, quien insistió bastante en traerla consigo. Tras su negativa, la comitiva partió a pie hasta llegar a la torre, casi media hora después.

Cuando atravesó las puertas, Nora lo estaba esperando, de pie en medio de seis agentes de Alba Dorada armados hasta los dientes y con los cascos puestos en todo momento. Sin duda, podía inhalarse la tensión en el ambiente, pero a diferencia de cuando estuvieron en el campus, no parecían estar a punto de ser ejecutados: todo lo contrario. Estar ahí, al interior del edificio, les daba a todos la sensación de que nada malo les pasaría puertas adentro de las instalaciones.

Tras el revuelo inicial, Nora arregló que asignaran habitaciones provisionales a los recién llegados, pero a Kai se lo llevó aparte, directo a la oficina de Nora, donde más de treinta secretarios estaban atareados recibiendo llamadas y transmitiendo órdenes: el lugar se veía aún más tenso y marcial de lo que era la sede en Angelópolis, la más grande en tamaño.

— Ya estás al corriente de todo, ¿no?

Kai asintió.

— Pisotearon Coatzacoalcos y mataron a casi todos los agentes de Alba Dorada del puerto, ¿no?

— Si tu amiga... si Alyssa Pendragon hubiese estado ahí con el resto de los élites de su generación...

— La habrían matado - Reconoció Kai - ¿Cuánto tiempo tenemos antes de que Arze llegue con su ejército a Xalapa?

— Kai, no necesitas pelear esta guerra - Lo detuvo Nora, más que consciente de los demonios internos del chico. Después de todo, Alba Dorada comenzó con ellos dos, enfrentándose a peligros desconocidos en una ridícula búsqueda de justicia - ¿Recuerdas a Canuto? Él ya estaba a salvo, pero decidió salir de nuestro refugio y...

Claro que lo recordaba: Nora y él empezaron Alba Dorada para vengar a Canuto y, cuando descubrieron que seguía con vida, lo mantuvieron escondido en la casa de seguridad que a la postre se convertiría en la Base Uno, en La Ciudad. Sin embargo, Canuto se hartó y escapó: murió ese mismo día.

— No soy Canuto: yo nunca estuve a salvo, Nora - Refutó Kai - Desde que llegué a Xalapa, me estaban siguiendo. No pude disfrutar ni un solo mes de "normalidad" aquí antes de que se me tiraran encima. A veces pienso... Noah puede tener razón en una cosa: a donde sea que voy, la ruina me persigue. ¿Cuántas ciudades más tienen que arder antes de que todo esto acabe?

Kai volteó a ver a la rubia de ojos claros: su amiga pudo ver los ojos del chico lagrimeando, reflejando la desesperación que sentía en ese momento. "No", pensó Nora: no era solo por ese momento. Kai estaba desbordando todos los sentimientos que se guardó por años. Debía sentir que todas esas veces que se ocultó en vez de dar la cara y pelear eran la razón por la que Zeta atacó La Ciudad hacía dos años y Arze a Xalapa ahora mismo. 

— No puedo esconderme, Nora. Tengo que dar la cara, al menos esta vez.

A sabiendas de que no podría disuadirlo, la chica dejó morir el tema, resignada. En ese instante, las pantallas al interior de la gigantesca oficina de Nora sufrieron de un pequeño percance: la imagen anterior acababa de ser raptada y en su lugar, un hombre de traje blanco con sombrero de ala ancha apareció ante ellos. Kai lo reconoció enseguida como Arze.

"Amigos, no tienen por qué sufrir", dijo Arze ante las pantallas. "No tienen por qué sangrar en esta pelea. Nadie tiene que morir. Mañana por la noche, habré terminado de depurar a los funcionarios corruptos en esta bonita ciudad, como al alcalde de Coatepec y al gobernador del estado después de él. Una vez terminemos aquí, vamos a avanzar a la siguiente ciudad para continuar con nuestra Gran Obra. Espero que cooperen, porque de lo contrario, la Armada Carmesí no dudará en aplastar a quienes se pongan en nuestro camino".

Literatura según KaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora