T4E02: El otro villano

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— ¡Sería increíble que vengas! - Exclamaron esas chicas de quinto curso. Kai ni siquiera las conocía, pero aparentemente, desde que se volvió figura pública, este tipo de invitaciones se habían vuelto de lo más comunes.

— No creo poder - Se excusó - Tengo que ir esta tarde a... uh, algo de... Alba Dorada.

— Eres el peor poniendo excusas - Murmuró Mei, quien caminaba al lado suyo.

Ya era la hora de la salida y ambos tenían que irse a sus respectivas casas: Mei, como el resto del grupo de amigos de Kai, estaba igual de incómoda con la atención constante que recibía el chico, pero aparentemente, algo en las chicas que lo invitaron a su "fiesta de inicio de cursos" esa misma tarde la había irritado más de lo normal.

— Bueno, pero realmente tengo que ir - Explicó él - No te había podido contar, pero alguien de la facultad me ofreció patrocinio para Alba Dorada y debo ir a entregar el mensaje hoy mismo.

— Ah, sí - Exclamó ella. Durante todas las vacaciones, no había sido convocada por Alba Dorada para ninguna misión: claro, que tenían en cuenta que Mei vivía con sus padres todavía, y que no podía tomar todas las asignaciones que quisiera, pero ahora que estaban de vuelta en la escuela, Mei esperaba algo más de acción - Bueno, suerte con eso. Yo creo que adelantaré las tareas que Davriel nos dejó.

Era el tercer semestre seguido que tomaban materias con Davriel: el profesor era increíble, pero también algo exigente, pero su entusiasmo y excesiva imaginación lo compensaban con creces.

— Como sea... supongo que te veré mañana - Sonrió Kai. Mei asintió con la cabeza y, antes de despedirse, Kai le alborotó el cabello.

Caminar de ahí a las oficinas de Alba Dorada le llevaría alrededor de veinte minutos, pero tardaría una media hora si no dejaba su mochila en casa primero: dos cuadras después, ya estaba subiendo las escaleras de su edificio y, saludando a Toph al entrar a su respectivo cuarto, entró y se cambió a toda prisa para ponerse el uniforme de Alba Dorada. Ni bien cargó su muñequera de dardos, salió a toda prisa escaleras abajo: iría corriendo a las oficinas, no por necesidad, sino más bien para aprovechar y ejercitarse: los últimos dos meses apenas había tenido chances de hacerlo.

Unos quince minutos después, desaceleró al llegar a la entrada de la torre: varios pisos llenos de oficinas, dormitorios y salas de entrenamiento para el personal que tenían en Xalapa. Los agentes que hacían guardia en la entrada ni siquiera lo cuestionaron: Kai pasó directamente al interior, tan sólo para toparse de frente con una agente de aspecto peculiar: su uniforme no era el convencional, sino que estaba en distintos tonos de verde con detalles en color negro. Un casco que emulaba alguna especie de reptil descansaba apoyado en su cintura, sostenido por el brazo izquierdo de la chica.

— ¿Quién...?

— Alyssa Pendragon - Se presentó ella - La agente especial Dragón de Jade. Vengo de La Ciudad a hablar con algún administrador que no sea Ezra Saucedo.

— Vienes de... ¿La Ciudad? - Preguntó Kai, sin saber si había oído bien. Aquella casualidad le puso un poco los pelos de punta, casi como si eso significase malas noticias en automático.

— Sí - Contestó ella con algo de frialdad. Al observar los detalles en el uniforme de Kai, supuso que se trataba de algún miembro de alto rango, así que adoptó una actitud un poco más amable - Supongo que ya escuchaste del caso de Sak, ¿no? El tratante de personas de La Ciudad que...

— Secuestraba personas para venderlas en Acapulco y Cancún, sí - Completó la frase Kai - Escuché que tardaron un poco en detenerlo.

— Era bastante escurridizo - Admitió Alyssa - ¿A qué vienes tú?

— Hablar con algún administrador, también.

— Tú primero.

Esa Alyssa no se veía ni un poco contrariada. Quizá quería detenerse a admirar los cuadros y detalles del recibidor: Kai no le dio mucha importancia y se acercó a la recepcionista, quien le señaló el elevador al fondo del pasillo. Fuera Eleazar o Nora, alguien se encontraba ahí. Menos mal.

Varios pisos de subida después, las puertas se abrieron y Kai caminó por la amplia habitación que ya conocía, ahora plagada de escritorios con asistentes y secretarios frente a computadoras, analizando datos, coordinando operaciones, entre otras actividades. Al fondo, se encontraba el escritorio de Eleazar, donde él esperaba con toda la calma del mundo.

— Hola muchacho - Saludó Eleazar - ¿Tan pronto vienes a verme? ¿Encontraron algo relevante sobre el Nightstalker?

— No, nada todavía. Haría falta que haga otro movimiento, ¿sabes? Pero sí te traje algo.

Kai sacó de un bolsillo del pantalón la tarjeta de presentación que le dio la madre de Ghandi, ofreciéndosela a Eleazar.

— Bueno, resulta que me ofrecieron patrocinio a cambio de protección y un poco de acciones de la organización. Tú dirás.

Eleazar leyó la tarjeta con cuidado y después, tecleó rápidamente en su computadora: al instante, uno de los secretarios sentados detrás de Kai, en algún lugar de la sala, alzó la voz para decir: "Diplomáticos europeos, jefe". Eleazar asintió con la cabeza.

— Gracias chico, nosotros los contactaremos. Quizá sea buena idea abrir sedes en España o mandarte de intercambio, ya sabes. ¿Cómo te ha ido con tu nueva fama de superhéroe?

Kai reviró los ojos, notablemente irritado: apenas era su primera semana de clases y ya estaba un poco harto de la constante atención que recibía.

— Eso pensé. Buena suerte con eso, chico.

Kai se dirigió de regreso al elevador, descendiendo de nuevo hasta la planta baja. Alyssa lo vio dirigirse hacia ella y justo cuando iba a preguntarle algo, el sonido de una cámara, seguido del destello de un flash, los puso en alerta a ambos, que se acercaron a la entrada a toda prisa tan sólo para ver a un reportero mirándolos con expectación.

— Díganle que se vaya - Ordenó Kai a los agentes de la entrada. Por un momento, la idea de que el Nightstalker hubiese estado ahí se le hizo factible, aunque para ser sinceros, la idea de que fuese tan descuidado era más bien ridícula.

— ¡Unas palabras! - Gritó el reportero mientras uno de los guardias intentaba alejarlo de la entrada - ¡Unas palabras del héroe que venció al Caleidoscopio!

— ¿Venciste a Caleidoscopio? - Preguntó Alyssa - Entonces tú eres el responsable de atraparla de nuevo cuando se nos escapó a medio traslado.

— Eh... sí, supongo que sí - Musitó Kai, algo apenado.

— Haremos una reunión para agentes de la cuarta generación la próxima semana - Explicó ella, con una amable sonrisa en su blanquecino rostro. Para ser una agente especial de Alba Dorada, parecía algún tipo de modelo de Instagram - Si pudieses venir, te lo agradecería bastante. Varios chicos de La Ciudad vinieron y creo que les emocionaría mucho conocer al héroe de La Ciudad.

— ¿El qué? - Preguntó Kai, algo cohibido.

— Vamos, ya no es ningún secreto lo que pasó allá hace un año, ¿sabes? De haber sabido que eras Kai desde un inicio, te habría invitado antes.

— Se supone que era una especie de secreto que estoy en Xalapa, pero... bueno, creo que hace semanas dejó de serlo, y eso.

— Supongo que sí - Sonrió de nuevo Alyssa - La reunión es el próximo miércoles a las ocho de la noche, en el piso tres del edificio - Le explicó ella - Por favor, no faltes. Sería increíble tenerte aquí.

— Haré el intento - Contestó él.

Quizás a Mei no le hiciera tanta gracia aquella invitación, pero Kai sí pensaba ir a esta fiesta.

Literatura según KaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora