T4E07: Consejero de problemas maritales

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Kai llegó corriendo a toda prisa, buscando a Toph por todos lados, olvidando que se suponía que estaba junto al monumento rojo en medio de la plaza del campus. No se veía tan mal, pensó, pero en cuanto la distancia entre ambos se redujo con los pasos de Kai, se horrorizó.

Khanna estaba arrodillada junto a Toph, sentada junto al monumento, recargada en él, con los ojos cerrados y un extraño tono purpúreo que no podía ser maquillaje. Kai se llevó la mano al bolsillo en el que tenía su comunicador instintivamente mientras apretaba el paso para llegar con ellas: alrededor, varias personas empezaban a notar que algo raro ocurría.

— ¿Dónde estabas? - Reclamó Khanna - ¿Ya trajeron el alcohol? ¿Y las vendas?

Kai se congeló en su lugar: en vez de irse a buscar ese material, se arrodilló también. Toph había abierto los ojos y lo veía fijamente, con la expresión de un perro abandonado. El corazón se le iba a salir a Kai de la presión que sentía en el pecho. ¿Quién le había hecho esto?

— ¿Toph?

— Estoy bien - Trató de sonreír la chica - En serio Kai, no...

— Sí, sí me preocupo y tú igual deberías. ¿Qué pasó?

— No va a decir nada - Lo atajó Khanna - ¿Puedes sostener esta compresa sobre su cara, aquí?

Khanna se levantó, probablemente a saquear el botiquín más cercano. Entonces, aprovechando el tiempo a solas con ella, decidió preguntarle una vez más: ¿la había encontrado alguien de La Ciudad? ¿Yamal habría vuelto a vengarse y se topó con ella? El pánico recorrió la piel de Kai, la paranoia lo hizo estremecerse.

— Toph...

— En serio, no es nada, sólo...

— Difícilmente me voy a creer que esto no es nada - La atajó Kai - Tienes un moretón del tamaño de tu cara, Toph. ¿Qué te hicieron? ¿Quién fue? Voy a...

— Kai, no. No harás nada. Menos si voy a contarte lo que pasó. ¿Tengo tu palabra? No harás nada estúpido por esto, ¿entiendes?

A regañadientes, Kai accedió.

Toph empezó su relato: su novio había venido a verla desde La Ciudad, e incluso se había quedado uno o dos días con ella, pero las cosas se habían puesto feas esa mañana, cuando Toph y Kai se saludaron cuando fueron a sacar la basura. El novio de Toph pudo observarlos conversar en el pasillo y horas después, celoso por verla reírse de algo que Kai había dicho, le reclamó que si acaso se la pasaba de lo lindo con Kai cuando él no estaba.

La discusión subió de tono cuando una angustiada Toph le alzó la voz, diciéndole que eran compañeros de trabajo y eso era todo, pero su novio no le creyó. Enojado como estaba, y acusándola de infiel una y otra vez, estresó a Toph, quien le pidió que por favor, se fuera de su casa.

"¿Me estás cortando?", preguntó su novio al recibir aquél ultimátum. Toph ni siquiera le contestó: estaba demasiado enojada para eso y no quería decir nada más de lo que fuera a arrepentirse.

Ahí fue cuando él perdió el control. Dijo: "entonces vas a revolcarte con él en cuanto te vaya". Toph le dio una cachetada y...

— ¿Y piensas que no debería hacer nada? - Preguntó Kai, alterado, pero todavía sosteniendo la compresa fría sobre la cara de Toph.

— No quiero que... no deberíamos causar problemas.

— Problemas son los que va a tener él cuando...

Kai guardó silencio al escuchar gente aproximándose a ellos: era Khanna, aunque ahora venía acompañada de Aligheria, aquella chica egresada de Derecho que cursaba con ellos. Mientras Khanna le pedía a Kai que le pasara los vendajes y el algodón, Aligheria empezó a explicar por qué Toph debería levantar una denuncia en contra de su agresor.

Sin embargo, Toph parecía negarse con demasiadas fuerzas.

— ¿Por qué no? - Preguntó Aligheria - Vamos, esto es bastante serio - Arguió aquella chica - No deberías dejarlo pasar... ¿y si lo hace de nuevo? Sabe dónde vives, ¿no? Sabe dónde encontrarte también.

Kai decidió interrumpir a Aligheria.

— Toph. Tengo experiencia con estas cosas y puedo decirte que si no detenemos a esas personas cuando aún podemos, será mucho más difícil después. Te hablo de personas que antes parecían de lo más inofensivas... como Noah, por ejemplo.

A Toph se le dilató bastante su único ojo visible gracias al vendaje de Khanna: a Kai no le gustaba hablar de Noah (Khanna también pudo notarlo, pero decidió ignorar eso para no incomodar a su amigo). Sin embargo, ahí estaba, intentando convencerla de que denunciara a quien le había hecho daño.

Sin embargo, ¿por qué le costaba tanto?

— Si lo piensas, pude haber evitado muchos problemas de haber detenido a Noah cuando pude, pero le he estado pasando muchas cosas, muchos errores. Ya participó en muchos actos criminales y todo porque no tuve el valor de corregirla, de verdaderamente estar para ella, y cuando empezó a desviarse al otro camino, simplemente me alejé e intenté fingir que no la conocía.

— Kai... no quiero crear problemas.

— Se volverá un problema si no lo atiendes - Argumentó él. No dijo nada más después de eso, tan sólo se quedó junto a ella, bajo la atenta mirada de Khanna y Aligheria. Para ambas, era obvio que esos dos tenían una conexión que no podían comprender. En realidad, nadie en Xalapa entendería - Déjame devolverte el favor - Suplicó Kai.

— De acuerdo - Aceptó aquella chica pálida y bajita - Pero nada ilegal, ¿de acuerdo?

— No me atrevería - Sonrió Kai. Ambos dejaron escapar una risita nerviosa.

Alrededor del monumento, ya bastantes personas habían visto el espectáculo: también empezaban a rumorear cosas. Entre la gente que cuchicheaba, había varios de la misma carrera que Kai, de su mismo curso: una de ellas se hacía notar bastante por su extravagante color de cabello. Era Hanna.

— Bueno, pero si lo piensan, no era de extrañarse - Dijo aquella chica en voz alta - Es verdad que Toph se la pasa todo el tiempo pegada con Kai, y ni de la misma carrera son, ¿no?

No muchos asintieron en aprobación a sus palabras, pero desde lejos, Kai pudo ver a alguien que en definitiva se había ofendido.

— ¿Y eso le dio derecho a ese patán de golpearla? - Alzó la voz Nessa, encarando a Hanna enfrente de todos, en el patio del campus - ¿Te das cuenta de lo que dices?

— Yo solo estoy diciendo lo que veo - Contestó Hanna.

— Es bueno saber que dejarías que te golpeen solo por hablar con tus amigos - Espetó Nessa - Pero no pretendas que todos hagamos lo mismo. Además Kat... Kai no habría hecho nada de eso. No todos somos como tú.

Junto al monumento, Khanna volteó a ver fijo a Kai, y, desconcertada, preguntó en voz alta:

— ¿Escuché mal o Nessa acaba de defenderte en público?

— No lo sé - Se encogió de hombros Kai - Y, bueno... creo que tengo cosas más urgentes que hacer.

Y, dirigiéndose a su otra amiga, le preguntó si estaba ocupada.

— No, no en realidad.

— Entonces acompáñame a las oficinas de Alba Dorada. Vamos a solucionar esto.

Literatura según KaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora