El profesor Davriel se paseó por el aula, volteando a ver a los ojos a cada uno de sus alumnos, desafiándolos a preguntar algo. Era un hombre joven, de entre veinte y treinta años, casado y con una hija, pero con dos maestrías y un doctorado. Era esbelto, de frente amplia y con peinado que asemejaba al de los retratos de Jesucristo, al del Soldado de Invierno en los comics y al de Marco Antonio Solís, mejor conocido como El Buki.Además, era uno de los adultos más afables que Kai conocía, siempre dispuesto a ayudarlos y escucharlos, característica algo rara en gente mayor que ellos. Sin embargo, aquél día lucía algo serio, aunque sus ojos y comisuras de la boca denotaban su intento por esconder su obvia emoción.
Sin embargo, no dijo nada más después de recoger los exámenes, excepto que quería que Nessa y Kai se quedasen después de la evaluación. Nessa parecía tensa, pero Kai, por otro lado, externó su despreocupación respecto a lo que sea por lo que el profesor Davriel los hubiese citado.
— Chicos, debo decir que me ha sorprendido el desempeño que han tenido durante estos meses - Los felicitó Davriel - En serio, me asombra y me emociona tener alumnos como ustedes. Por eso quiero invitarlos a un concurso de escritura creativa; la participación vale por un crédito y si quedan en primer lugar se llevan otro crédito más.
Con solo decir esas palabras mágicas, el profesor Davriel captó la atención de ambos alumnos.
— Tienen hasta el último día del semestre para enviar una copia de su trabajo en físico y una en digital. Tomen en cuenta que mientras más tarden en enviarlo, más tardará el jurado en leerlo y evaluarlo, así que mientras antes puedan enviarlo, mejor.
— ¿Cuál es el premio? - Quiso saber Nessa - Es decir, además del crédito.
— La universidad va a publicar y distribuir el libro, cobrando un 10% de las ganancias del mismo. ¿Les interesa? - Preguntó Davriel, ofreciéndole a cada uno un folleto donde venían impresas las especificaciones para el concurso.
Kai le agradeció al profesor justo antes de salir pitando a buscar a sus amigas para contarles las buenas nuevas.
— Supongo que eso es un sí - Sonrió el profesor en cuanto Kai se hubo marchado. Nessa no tardó en hacer lo mismo, aunque sin el entusiasmo de su compañero, claro estaba.
Mientras Nessa tallereaba su esbozo de obra con Mei y Kalea en la biblioteca, Kai decidió invitar a Julia y Hanna a su casa (donde también estaba Toph, dicho sea de paso) para leerles en voz alta fragmentos de su historia.
— ¿Cómo se llama esta? - Quiso saber Hanna, señalando la carpeta engargolada que contenía una de las historias que Kai había escrito; Hanna las reconoció como los diarios que habían visto la última vez que Julia y ella entraron a casa de Kai.
— Cuatro Locos - Contestó él, abriéndola en el primer capítulo, saltándose a la perfección portada e índice, como si lo hubiese hecho ya decenas de veces.
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Literatura según Kai
Ficção AdolescenteKai ha logrado marcharse de su pueblo natal para estudiar en la universidad que siempre ha querido. Ahora, quizás no tiene que preocuparse por un gran enemigo ni a una pandilla de asesinos, pero eso no significa que deba preocuparse menos por las co...