T5E20: Ocaso sangriento, Parte 2

4 2 8
                                    

Kai empezó a aceptar el hecho de que no iba a dormir en toda la noche. Aproximadamente a las cinco de la mañana, cuando Mei y Khanna quedaron a cargo de la siguiente guardia, Kai decidió pararse para hacerle otra visita a Hanna en su nueva habitación, constituida por una celda en el tercer piso.

Toph no lo acompañaba: pensaba hacer esto tan rápido como fuera posible y además, no quería involucrar a sus amigas en esto justo ahora: dormir les sentaría mejor, aunque Kai sabía perfectamente que él mismo no podría conciliar el sueño, así que se decidió por hacer algo mucho más productivo.

Al cerrarse la puerta y ver que Hanna tenía puesta una rudimentaria camisa de fuerza, permaneciendo sentada en un rincón de la celda, pero ahora evitando el contacto visual con Kai.

— ¿Por qué? - Preguntó - O no estás tan loca como pareces, o estás aún peor de lo que pensábamos. ¿Atacar a una agente en un edificio repleto de ellos?

— No lo entiendes - Espetó Hanna - Ella... te despreció tantas veces, ¿por qué defenderla? ¿Por qué la aceptarías entre los tuyos así de fácil cuando te despreció e insultó en público tantas veces?

— Tal vez se retractó - Sugirió Kai, sin caer en las provocaciones de su interlocutora, interesado por averiguar en lo que estaba pensando - Quizás decidió que yo no era tan nefasto como creía en un principio.

— Qué raro - Musitó Hanna, aún sin voltearlo a ver - Después de escuchar a las Triskelion, uno pensaría que ocurriría lo opuesto.

Kai cerró los ojos brevemente. Era verdad. Noah y las demás debían estar presas en el cuartel de policía de San José en ese preciso momento. Las habían dejado por ahí de camino a la torre Alba Dorada, casi medio día antes. Parecía irreal que apenas la mañana anterior, Kai había dado ese discurso frente a la asamblea universitaria, pidiéndoles suspender labores. De haber sabido que la guerra civil les explotaría en la cara horas después, probablemente habría escogido usar palabras más contundentes.

"¿Recuerdas el primer día de clases?", preguntó Hanna, cambiando bruscamente el tema. "¿Cuando chocamos y se me cayeron mis cosas? Pensé que sería la típica historia cliché romántica donde chocan, no se llevan tan bien y al final terminan juntos", añadió con una sonrisa. "Pero creo que yo no era la protagonista. Si lo fuera, me habría quedado contigo, supongo".

"Pero pronto, me di cuenta de que Nessa parecía ser la verdadera protagonista", le explicó a Kai. "Es decir, empezó detestándote por cosas estúpidas. Fue un 'enemies to lovers' en toda regla, ¿no crees? Últimamente se llevaban bien, por lo que sé. Te defendió. Te apoya ahora. Corriste a defenderla cuando gritó".

— ¿De qué mierda hablas? - La detuvo Kai, sin saber bien en qué pensar.

— Sólo pensé que las cosas serían como en esas novelas románticas baratas que tanto desprecia el profesor Davriel - Confesó Hanna - Creo que era una distinta clase de historia. Resultó ser una con mucha sangre y muertos, ¿no crees? Me tuvieron en ese corral por semanas. Seguido me daban de ese té extraño y varias veces casi me muero - Jadeó Hanna - Ellas, tus amiguitas de La Ciudad, se la pasaron contándome historias sobre ti. Tan heróico... pensé que si realmente eras un héroe, averiguarías dónde me tenían y me rescatarías.

Hanna dejó escapar una risita antes de rematar su discurso con una última frase: "pero jamás pasó".

— Tanto tiempo y jamás te atreviste a contarnos cómo te sentías - Contestó Kai - Y cuando te fuiste, casi nadie notó tu ausencia. ¡Te empezaste a aislar tú misma! No me culpes de eso.

— ¿Tienes muchas cosas de las que sentirte culpable, entonces? - Inquirió Hanna, retadora, revirándole los ojos a su interlocutor - Noah y sus amigas dicen que has hecho mucho daño. Al inicio me costó trabajo creerles, pero ahora me parece mucho más... plausible.

Literatura según KaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora