Toph acompañaba a Kai esa mañana, como de costumbre. Ambos caminaron hasta la facultad, intentando ver a través de la densa niebla tan característica de Xalapa. La chica tenía un gorro puesto incluso, además del abrigo y bufanda, mientras que Kai traía puesta tan solo una sudadera encima de la ropa.El sol había salido ya hace casi un par de horas, pero todavía era difícil ver gran cosa a más de tres metros de distancia. Ese día en específico, ni Toph ni Kai habían llevado ni arma ni placas de Alba Dorada, así que Kai estaba más pendiente de su entorno que de costumbre.
Cuando por fin cruzaron el umbral de la facultad, tuvieron más visibilidad gracias a las luces de varias aulas y el edificio administrativo, aunque tampoco era demasiado. Varios alumnos de la facultad estaban reunidos en la plaza principal con estudiantes de otra carrera, antropología, probablemente.
— ¡Kai! - Llamó una chica que él aun no podía ver.
— Tengo que irme - Avisó Toph por lo bajo - Ten cuidado, ¿sí?
— Sí, mamá - Respondió Kai. La chica que lo había llamado se acercaba a un costado y ahora Kai pudo distinguir su rostro: era Xany - ¿Qué ocurre? - Preguntó después, dirigiéndose a la chica.
— Es que... ¿sabes algo más del acosador de la facultad? Las chicas de mi sección están algo tensas.
— No, creo que no - Reconoció Kai - Es decir, después de lo de la bienvenida, nadie ha vuelto a ver nada sospechoso, ¿o sí?
— De eso te quería hablar.
Xany tomó del brazo a Kai y, conduciéndolo a toda velocidad a través de los terrenos de la facultad, alcanzaron el edificio de administración. Xany le dio la vuelta en vez de entrar a él y, una vez ahí, solo tuvieron que acercarse un poco más al muro lateral del edificio y entonces...
"La Gran Obra comenzará pronto".
Era todo lo que estaba escrito en el muro. Ni un símbolo, ni una firma... nada. Quien lo hubiese hecho, no se tomó la molestia de anunciar de parte de quiénes era ese mensaje. El cerebro de Kai empezó a maquinar a toda velocidad, intentando recordar si uno de sus múltiples enemigos había mencionado en alguna ocasión sus intenciones de llevar a cabo una "Gran obra", significase lo que significase. Sin embargo, no se le ocurrió nada.
— ¿Ya reportaste esto? - Preguntó Kai. Xany respondió con una negativa: se veía genuinamente preocupada - Hay que dar aviso cuanto antes. No sé si sea la misma persona que las espía, pero...
— Entiendo - Lo interrumpió Xany - Solo es que, bueno... en mi sección no saben en quién confiar. Algunas chicas han visto a alguien en las noches, viste ropa negra y nunca se le ve la cara.
"No puede ser Caleidoscopio", pensó Kai. La descripción simplemente no coincidía.
— Yo iré a avisar - Fue lo último que le dijo Kai - Tú vuelve a la plaza, o a tu salón, o a cualquier otro lugar con gente, ¿sí? Y otro consejo - Añadió el chico, ahora en un tono mucho más solemne - No vengas ni te vayas sola de aquí, ¿está bien?
— Está bien.
Las clases habían terminado hacía más de dos horas: ya en la biblioteca, Kai, Mei, Khanna y Nessa, puestos en un mismo equipo en clases de español con Davriel, estaban trabajando en el escondite de siempre, muy a regañadientes, claro estaba.
Nessa apenas hablaba: no estaba dispuesta a mostrar el más mínimo signo de amabilidad hacia Kai, lo que hacía sumamente incómoda la interacción para este trabajo. Mei y Khanna tampoco interactuaban mucho, pero Kai no estaba tan concentrado en ellas como para saber el motivo: lo único que quería era acabar de una vez e irse a casa.
— ¿Lo vieron? - Preguntó Mei finalmente, tras varias veces seguidas en las que volteó a ver hacia la ventana.
— ¿Qué deberíamos estar viendo? - Preguntó Kai.
Sin embargo, también alcanzó a avistar aquella sombra en el exterior, donde se suponía que no podía subir nadie sin subirse a la cornisa exterior de la biblioteca.
— Iré a revisar - Dijo Khanna enseguida: también había visto aquella sombra.
— Voy contigo - Se apuntó Mei.
Sin embargo, Nessa permaneció inmóvil en su sitio: no pensaba moverse de su lugar en absoluto. Kai no quería quedarse a solas con ella, así que decidió ir tras sus amigas, pero...
— ¡No! - Chilló la chica - ¡No te atrevas a dejarme aquí sola, Kato!
Kai se detuvo frente al librero que tapaba la entrada y volteó a ver a Nessa, con las pupilas contraídas y el pánico paralizando sus articulaciones.
— No soy Kato y en definitiva, no pienso quedarme aquí encerrado junto a ti.
Se hizo el silencio nuevamente. Entonces, Nessa musitó un "por favor" a volumen casi inaudible. Sin creer lo que la chica había dicho, Kai se dio la vuelta por segunda ocasión.
Un mensaje llegó a su teléfono: era Mei diciendo que no habían encontrado nada. Algo más relajado, decidió sentarse en otro de los sillones de la habitación, a una distancia prudente de Nessa.
— ¿Me vas a decir de una vez quién era ese Kato? - Preguntó finalmente Kai, con intenciones de romper el hielo.
Nessa no respondió. Pasaron varios minutos más hasta que la hora de cerrar la biblioteca comenzó a aproximarse y ni Mei ni Khanna habían vuelto aún. Nessa seguía negándose a hablar, como si hubiese visto un fantasma: afuera, anochecía deprisa y Kai sabía que no tardando, le sería imposible ver nada en las calles.
— Mira, yo me iré a casa pronto, así que...
— Llévame contigo - Alcanzó a decir Nessa, temblorosa.
Ella hablaba en serio: realmente quería que Kai la acompañase a casa, por lo que, muy a regañadientes, terminó dejándola sujetar su brazo (o su ropa, dependiendo del momento exacto del recorrido). Múltiples veces vieron figuras humanas entre la neblina, aunque no veían a nadie más, mucho menos se les escuchaba.
Varias calles después, del otro lado de la avenida que separaba el centro de Xalapa con la facultad, Nessa apenas se encontraba menos tensa: seguía volteando a ver en todas direcciones y a menudo le pedía a Kai que se asomase primero antes de pasar cerca de callejones específicos.
Lo que tardaron en llegar a la colonia en donde vivía Nessa fue suficiente para que ya no hubiese casi nadie en las calles. Para ser Xalapa, era extraño no ver al menos tres o cuatro personas por calle aún estando casi en plena noche. Sin embargo, Kai intentó no darle importancia y cuando por fin llegaron a casa de Nessa, ella soltó su brazo, mismo al que se había estado aferrando las últimas siete cuadras. Tocó la puerta varias veces seguidas y después, cuando su madre por fin le abrió, Kai volteó a ver en otra dirección, evitando ser reconocido por la señora.
Listo, ahora podía volver a su propia casa. Pero antes...
— ¡Kai! - Llamó Nessa desde la puerta de su casa, ahora entreabierta. Kai decidió acercarse, algo dudoso.
— ¿Qué quieres?
— ¿Por qué me acompañaste? Pensé que me ibas a dejar tirada en cualquier momento o...
Kai resopló, como si estuviese burlándose de ella.
— Quizá tú lo habrías hecho, pero no soy como tú - Respondió antes de darse la vuelta y marcharse, desapareciendo entre la niebla ante la atónita mirada de Nessa, que tardó varios segundos más en meterse a casa y cerrar la puerta.
Justo enfrente, apoyada en una pared descolorida, una figura de negro, simple observador, se enderezó tras ver a Nessa entrando a casa.
La Gran Obra empezaría pronto.
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Literatura según Kai
TienerfictieKai ha logrado marcharse de su pueblo natal para estudiar en la universidad que siempre ha querido. Ahora, quizás no tiene que preocuparse por un gran enemigo ni a una pandilla de asesinos, pero eso no significa que deba preocuparse menos por las co...