Literatura según Kai

Interludio: El sueño del cenzontle

Era una tarde bastante adecuada para un funeral después de todo.

También eran más los compañeros de la facultad y agentes de Alba Dorada que familiares presentes en el entierro de Maestro Cantor.

Pese a que el novio de Khanna sí había sobrevivido a la sobredosis que Julieta causó, decidió cortar con ella ni bien lo dieron de alta.

En algún momento al final de la ceremonia, cuando algunos ya empezaban a retirarse, Nora se le acercó discretamente a Kai para recordarle que tenía que hablar con sus compañeras. Usualmente de blanco, Nora vestía con un saco sobre vestido, ambos en tonos negros. Kai por otro lado, traía puesta la playera más informal posible, a diferencia que otros de sus compañeros, algo más formales.

— Supongo que no puede esperar a otro día - Se quejó, sin ganas de hablar acerca de su doble vida con nadie.

— No, no puede esperar si pretendemos empezar operaciones en la universidad para el semestre que viene.

Resignado, Kai buscó con la mirada a Toph, quien se veía mucho mejor que él en ese instante, incluso con algo de maquillaje encima. Al darse cuenta, asintió y le pidió a Mei, sentada a su lado, que llamase al resto.

En pocos minutos, Nessa, Aligheria, Ghandi y Ava, además de una o dos más alumnas que los vieron reunirse, estaban ya rodeando a Kai. Nara y Xany estaban ahí, incluso Jorge, Tezca y un chico llamado Franco estaban ahí. A decir verdad, casi todos los del bloque 201 se habían reunido alrededor de Kai.

— Pues... para los que no lo sepan, soy Kai. Soy parte de Alba Dorada, que son como la policía, pero... somos iniciativa privada. Tenemos experiencia conteniendo criminales, hace poco, una unidad consiguió desmantelar un cártel de trata de personas y estamos... bueno, estamos trabajando en mantener segura esta ciudad.

— Sería excelente si no fueses la causa por la que nos estamos yendo a la mierda - Espetó Nessa - Porque desde que llegaste, no paran de surgir estos super-criminales o como se llamen. Por tu culpa - Acusó antes de darse la vuelta para marcharse.

Sin embargo, un enorme pecoso pelirrojo le cerró el paso, tronándose los dedos mientras la observaba a través de sus lentes oscuros.

— Tenemos los permisos a nivel estatal. Si intentas difamar a la organización, te enfrentarás a una demanda o cuando menos, al cobro íntegro de los servicios médicos subsidiados a tu favor - Explicó amablemente Sam, el guardaespaldas de Nora - Pero si gustan, pueden unirse al programa de becas de Alba Dorada - Sugirió el chico, cambiando su dura expresión por una afable sonrisa - Tres años de servicio activo a cambio de cubrir el costo total de sus estudios, incluido estancia y alimentos.

Para martirio de Nessa, a muchos a su alrededor les interesaba más aplicar para dicho programa que escuchar por qué Kai era un cáncer.

— El siguiente semestre se abrirán convocatorias - Explicó Sam - Ya sabrán más al respecto.

Y sin más, se dio la vuelta y regresó junto a Nora Vera para decirle algo en voz baja. Nessa por otro lado, volteó a ver una vez más a Kai y le pintó un ademán obsceno sin miramientos, presumiéndole la envergadura de su tercer dedo antes de marcharse en otra dirección.

— Creo que fue su manera de dar las gracias - Dijo Mei, medio en broma, medio en serio.

— Sí... eso es más sano que pensar que me sigue odiando, creo.

Kai empezó a caminar, seguido de Mei, Toph y el resto del alumnado. Sin embargo, lejos de sentirse invencible ya que estaría rodeado de agentes de Alba Dorada todo el tiempo, más bien se sentía vulnerable ahora que todos sabían quién era él, pues si no unían los puntos aún, gente astuta como Aligheria (del periódico escolar, por cierto), armaría la historia con los pedazos de expediente público de Alba Dorada: era cuestión de días para que la verdad saliese inevitablemente a la luz y todos en su escuela lo supiesen.

Pero ni siquiera iba a molestarse en ocultarlo: cosas como haber sido el héroe de Alba Dorada eran imposibles de mantener en secreto.

Mientras el grupito de Kai se dirigía a la salida del cementerio de Xalapa, una figura escondida tras una pequeña cripta hizo clic en el botón de una cámara fotográfica. Puede ser que se hubiesen deshecho de Caleidoscopio, pero no del Nightstalker.

Ahora era su turno.