Hanna se sentó en uno de los sofás de casa de Khanna.
Sin llaves de su propia casa, sin su bolso y con un teléfono a medio descargar, Hanna se sentía realmente indefensa.
— Mi familia salió de viaje y vuelven hasta dentro de diez días, así que puedes dormir aquí hasta que encontremos tu bolso - Le ofreció Khanna a la chica.
Hanna asintió.
De repente se puso a pensar en Khanna; era una chica bastante alta, no robusta pero sí con cierto volumen corporal. Además de tener el cabello un poco largo, negro y lacio, Hanna consideraba que no le faltaba ni le sobraba un kilo. En cierto modo, tenía envidia de ella. Hanna solamente veía en sí misma una piel que era más rojiza que blanca, un cabello que quizás se le caería después de habérselo teñido de verde, un cuerpo delgado y escuálido y dientes no del todo perfectos.
Apenas le dio tiempo para razonar que le había dado un bajón emocional horrible cuando Khanna se sentó junto a ella: Había traído sándwiches.
— Espero que tengas hambre, no quiero comerme todo esto yo sola.
"¿Cómo come tanto sin engordar?" gritaron las inseguridades de Hanna al unísono.
— Sí... solo un poco.
Khanna notó que la voz de su huésped temblaba, así que no dudó en preguntarle si todo estaba bien.
— Sí, sí, claro - Contestó rápidamente Hanna automáticamente. Obviamente Khanna no le creyó nada.
— Anda, ¿Qué pasa?
— ¿Cómo le haces para verte así?
Khanna ladeó la cabeza mientras mordía su sándwich.
— ¿Así? ¿Así cómo?
— Así de bien - Murmuró Hanna en un volumen casi imperceptible.
Su interlocutora se sintió mal casi enseguida.
— Lo lamento. Si quieres, puedo irme - Sugirió Khanna.
Hanna negó frenéticamente con la cabeza.
— Sólo es que... bueno, ya sabes. Eres muy bonita y yo no me veo así. Pero quisiera. Ya sabes, no siempre vas a llamar la atención de un chico si te ves como yo. De hecho, pensaba que pintarme el cabello de colores me haría ver más llamativa, más linda y eso. Creo que no.
Khanna inspiró hondo antes de contestarle a aquella insegura chica.
— Cariño, los hombres son estúpidos. Si no tienes un buen par de tetas o un culo más grande que tu cabeza, la gran mayoría no te va a voltear a ver, ¿pero sabes qué? Los que pasen de ti porque no te ves como actriz porno son unos estúpidos. No valen la pena por muy guapos o interesantes que te parezcan.
Julia Khanna creía aquello de corazón; ella era consciente de que era bonita y lejos de querer aprovecharse de aquella ventaja, se daba cuenta con facilidad cuándo un chico valía la pena y cuándo era una pérdida de tiempo.
— Sinceramente Hanna, prefiero quedarme sola en vez de con un imbécil al que solo le importa si tengo pechos grandes.
Hanna sonrió.
— Gracias.
"Pero aún quiero verme como tú" susurraron sus inseguridades. "Es fácil decirlo si eres bonita".
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Literatura según Kai
Teen FictionKai ha logrado marcharse de su pueblo natal para estudiar en la universidad que siempre ha querido. Ahora, quizás no tiene que preocuparse por un gran enemigo ni a una pandilla de asesinos, pero eso no significa que deba preocuparse menos por las co...