T3E09: El círculo dorado

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Nessa casi olvidó cerrar la entrada a la guarida secreta de la biblioteca cuando llegó, agarrando su mochila con ambas manos por el desgarro de la clase pasada, maldiciendo al profesor Davriel, a Kai y a la lengua española, odiando el momento en el que se metió a Letras porque quería ser escritora y no le llamaban la atención otras carreras.

Al poco rato, se asomaron el resto de las chicas, aunque de Kai no había ni rastro. Hasta Toph se había aparecido en la salita en la que solían refugiarse, pero él no venía con ella.

Khanna y Mei se encontraban "haciendo tarea" en un par de sillas al lado de la mesa, aparentando que no estaban más cerca de comerse a besos que de terminar sus fichas para Español con Davriel. Kalea repasaba para inglés con Toph, quien con toda la paciencia del mundo, le explicaba las pronunciaciones.

Una vez más, Nessa se sentía dejada de lado.

— Creo que ya no hay lugar para Kai aquí, ¿no creen? - Preguntó Nessa retóricamente - ¿Qué ha hecho él por nosotras? ¡No lo necesitamos!

— Él nos... - empezó a decir Mei antes de recordar que Kalea aún no sabía lo de Alba Dorada y lo único de lo que Nessa guardaba memoria era de haber amanecido en el ala de enfermería del edificio de dicha organización.

— El escondite no es tuyo - Interrumpió Toph, observando fijamente a Nessa, defendiendo a Kai en su ausencia.

— ¿Y tú quién eres? Ni siquiera eres de letras.

— Ah, ¿eso es razón para tratar mal a otra mujer?

— Solo a una que defiende hombres.

En ese instante, Khanna decidió levantarse ante la atónita mirada de Mei, que había preferido abstraerse del creciente conflicto para seguir haciéndole cariñitos a Khanna, que, furiosa como estaba, no despegaba la mirada de Nessa: estando cara a cara una contra la otra, Nessa solo pudo pensar "es muy alta" antes de que Khanna hablase.

— No te metas con él. ¿Entendiste? Si tanto te molesta que venga aquí, mejor deberías largarte tú.

— Pero...

— ¡Ya! ¡Lárgate!

Sin esperarse en lo más mínimo esa reacción de parte de Khanna, Nessa parpadeó varias veces, pero Khanna no tuvo que repetir la orden. Ordenadamente, cogió su mochila rota y sin decir nada, se dirigió al estante que cubría la entrada.

En cuanto se hubo marchado, Khanna se volvió hacia el resto de sus amigas.

— Espero que todas hayan querido decirle lo mismo, porque no creo que vaya a volver.

Ya el resto se había salido de la guarida, yendo a buscar varios libros de la biblioteca para una redacción pendiente: Mei no

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Ya el resto se había salido de la guarida, yendo a buscar varios libros de la biblioteca para una redacción pendiente: Mei no. Ella seguía ahí, obstinada en investigar lo más posible sobre Alba Dorada.

Literatura según KaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora