T1E6: Maestro Cantor

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Kai llegó a la biblioteca más temprano que el resto y desgraciadamente para Toph, la trajo consigo apenas amaneció. Desvelada y preguntándose cómo el círculo social de Kai no perdió la cordura durante la preparatoria, Toph apenas alcanzó a tragarse los perritos calientes que había comprado en la cafetería de la facultad antes de ser arrastrada al interior de la biblioteca donde, naturalmente, no estaba permitido ingresar con comida.

— Recuérdame por qué creemos que el bolso de Hanna estará por aquí - Le pidió Toph al chico.

— Debieron haberlo recogido, ¿no? - Preguntó Kai - Los voluntarios y los de limpieza.

— Creo que confías mucho en la buena voluntad de la gente en Xalapa - Suspiró Toph.

— No pueden ser peores que en La Ciudad, ¿o sí?

Si tuviese que comparar a su ciudad de origen con cualquier sitio ficticio para describírsela a un extraño, Kai lo tenía muy claro: La Ciudad era una Ciudad Gótica tercermundista. Entre el ya extinto Quincunce y la mafia Malasangre habían hecho pedazos aquella ciudad de tres años a la fecha.

Claro, se suponía que ahora La Ciudad se estaba recuperando de la sangrienta guerra silenciosa que tuvo al lugar de origen de Kai como campo de batalla. Toph, por otro lado, no había nacido ahí; nació en La Isla, una ciudad en medio de la bahía al norte de La Ciudad. Aparentemente, Toph también había vivido en Xalapa antes de conocer a Kai en preparatoria. Aún así, no se llevaban tan bien hasta el día antes de la desgracia.

Cuando Kai fue obligado a esconderse mientras lo buscaban tras su expulsión de la preparatoria, Toph traicionó a quienes querían hacerle daño a Kai para avisarle que debía huir. Kai la respetaba mucho por eso y la tenía en alta estima.

Sin embargo, toda la estima del mundo que le tenía a Toph no le había impedido levantarla a las ocho de la mañana un sábado para ir juntos a la facultad en busca de una bolsa que ni siquiera era de ellos.

Hanna y Julia Khanna se acercaron a ellos a los veinte minutos de que Toph y Kai hubiesen llegado. Kai estaba inmutable, mientras que Toph mostraba claras señales de que preferiría estar bajo tierra en ese mismo instante; trasnochada y con dolor de espalda por haberse caído de la cama, puso buena cara y decidió acabar con eso de una vez por todas. Mientras más rápido Kai encontrase el bolso de Hanna, más rápido se podría ir Toph a descansar.

— ¿Por qué tan temprano? - Se quejó Khanna, implorando con una voz un tanto sexosa, mientras que Kai sonreía y sostenía en las manos un mapa de la ciudad enrollado, mismo que extendió a lo largo de la primera mesa que se encontró.

— Miren - Señaló Kai, trazando una circunferencia perfecta alrededor de la facultad con su compás.

Toph se dio el lujo de no prestarle atención a Kai, puesto que eso lo había visto ya la noche anterior en el cuarto de Kai.

En su lugar, empezó a recordar aquella tarde en la que Gwen Marie y otras amigas en común fueron metidas a un mismo chat para hablar acerca de que planeaban deshacerse de Kai. Toph no dijo nada ese día, pero sí que fue a avisarle a Kai al día siguiente. De no ser por ella, probablemente lo habrían atrapado.

Su mejor amigo Gavin había visto a Kai en una ocasión, pasando cerca de un centro comercial con la cabeza tapada con una capucha. De repente, parecía que las personas veían más a Kai cuando estaba desaparecido que antes, cuando no lo estaban persiguiendo; obviamente también crecieron los rumores y pronto a Gwen y a las otras involucradas en su desaparición les empezaron a ocurrir cosas malas. Después, fueron enjuiciadas y Toph no volvió a saber de ellas.

— Entonces... crees que pudieron haber abandonado el bolso de la niña de pelo pintado y los de objetos perdidos la encontraron ya - Dijo Jorge, el compañero de Kai que intentó que lo invitasen al coloquio.

— ¿Qué haces aquí? - Se sorprendió Kai, para después enfadarse un poco - Esto es una conversación privada.

Al parecer, Jorge no pensaba irse, por lo que Kai decidió que no importaba mucho si ese chico se iba o se quedaba. 

— En fin. ¿Vamos de una vez?

Los cuatro (y Jorge, que decidió prudente unírseles), caminaron hacia afuera de la biblioteca, a un pequeño edificio de un solo piso (en realidad, era una sola sala), con mostrador hacia afuera. Era el edificio de objetos perdidos de la facultad.

Sorprendentemente, había alguien más ahí; era ese señor que quería ser llamado "Maestro Cantor". El dependiente de Objetos Perdidos le tendió una mochila vieja y aguada a Natanael, quien le agradeció al oficinista quien, al ver llegar a Hanna y sus amigos, suspiró, viendo que se habían ido al caño sus oportunidades de ir a desayunar en ese mismo instante.

— Pero aún no entiendo - Le preguntó Khanna a Kai - ¿Por qué crees que estaría aquí el bolso.

— Probablemente el ladrón nos siguió desde aquí hasta el pub. Una vez tuvo el bolso y salió corriendo, debió darse cuenta de que no había casi nada de valor dentro, así que abandonó el bolso en el último lugar en el que buscaríamos; en donde empezó a seguirnos.

Khanna no terminaba de entender la lógica de Kai, pero esa explicación le bastaba.

Mientras Toph acompañaba a Hanna a preguntar por su bolso, Natanael se le acercó a Kai, quien no tenía el menor interés en convivir con el "Maestro Cantor", quien por otro lado, lucía ansioso por hablar con él.

Kai advirtió que quizás, por su cabello largo y muy ligeramente ondulado, podría parecer consumidor de marihuana, así que cuando Maestro Cantor le preguntó si no tenía un poco, ni siquiera se ofendió: Simplemente le dijo que él no fumaba.

— ¿Fumar qué? - Preguntó Natanael.

— Nada. Me hace daño el humo.

— Ah... es una lástima amigo - Contestó Maestro Cantor - Quizá para la próxima.

En cuanto se fue, Kai volteó con Khanna.

— ¿Para la próxima? Literalmente le acabo de decir que no consumo y su respuesta fue "quizá para la próxima"?

Khanna se encogió de hombros, visiblemente divertida por el hecho.

De repente, Jorge ya no estaba con ellos; Kai pudo ver cómo Maestro Cantor se había puesto a hablar con él y Jorge no tenía idea de cómo cortar la plática. Habiéndose librado de los dos al mismo tiempo, Khanna y Kai se acercaron con sus amigas para averiguar si el bolso de Hanna estaba en Objetos Perdidos. Para cuando se asomaron, el oficinista le había dado ya su bolso a Hanna.

— Supongo que ya podré dormir en mi casa - Suspiró Hanna - Gracias por ayudarme.

Kai hizo el ademán de saludo militar a modo de respuesta mientras sonreía. Toph se dio la vuelta y se dirigió hacia Kai, dejando caer su cabeza junto al hombro de Kai, quien no se movió de donde estaba hasta que Toph se enderezó.

— ¿Ya podemos volver a casa? - Preguntó ella - Pienso dormirme todo el maldito día y espero que no te atrevas a levantarme.

Kai sonrió y acarició juguetonamente el lacio cabello negro de su amiga.

— Perdona. Creo que quise hacerme el héroe otra vez.

Toph advirtió que su amigo se había quedado callado, pensando en su pasado como solía hacer casi siempre. La última vez que quiso hacerse el héroe, la había pagado cara.

— A veces es bueno que te hagas el héroe - Lo consoló Toph, abrazándolo (de forma un tanto robótica, aunque viniendo de ella, un abrazo ya era bastante) - Es bueno tener héroes de vez en cuándo.

Kai sonrió y abrazó a Toph también mientras ambos se dirigían de regreso a casa.

— Aún así me da miedo jugar otra vez al héroe, pero gracias.

Literatura según KaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora