Ya era jueves y los estudiantes no habían dejado de ir a diario al hospital en donde tenían internada a la profesora. Nessa había ido ya el día anterior, así que no le vio mucho sentido a ir también este día. Sin embargo, Mei y Khanna asistieron a la misma hora que el día anterior.
Mei seguía con ciertas dudas respecto a su pareja, pero desde que habló con Kai, era capaz de llevarlo de manera sana: además, aunque Khanna a veces lucía distante, seguía siendo tan amable y cariñosa con ella como al inicio. Eso le generaba mucha más confianza, aunque a veces, la hacía sentir mal porque sentía que era ella quien no tenía tanto compromiso como Khanna.
Claro, cuando empezó a salir con ella también tenía dudas, pero estar con Khanna sin duda saciaba el anhelo de afecto de Mei. La hacía sentir segura y, más importante, la hacía sentir feliz.
Su madre la ubicaba como una amiga más y por el momento, Mei no intentaba corregirla. Khanna tampoco hacía el esfuerzo, oliéndose los problemas que podrían tener, así que en realidad, el único lugar donde podían ser tan expresivas como les gustaría era la casa de Khanna: sus padres casi nunca estaban y, a decir verdad, pasaban más tiempo en el sofá viendo películas que en cama.
Habría seguido pensando en Khanna toda la tarde, pero cuando sintió que su novia apretaba su mano con algo de fuerza, Mei reaccionó y pudo notar a alguien que habría visto desde el primer momento si no estuviese perdida en sus pensamientos. Khanna debía llevar un buen rato viéndola, pero aún no intervenía, así que Mei tampoco lo hizo.
La chica en cuestión, vestida de enfermera, con cabello rizado al estilo afro, recogido con una liga, tez negra y con cara de haber sido recepcionista durante una década, estaba peleando con otra enfermera. Mei se dio cuenta enseguida de que esa chica no estaba ahí los días anteriores. Antes, había estado una chica bajita y escuálida, y antes de ella...
— ¿Hacemos algo? - Preguntó Mei en voz baja.
— No aún. Busca un sitio donde no te vean e infórmale a Kai con el comunicador.
Mei asintió y buscó el baño más cercano. Tan pronto como puso el seguro a la puerta, sacó el dispositivo del interior de su mochila, tecleando el nombre clave de Kai para mandarle un mensaje. Con algo de suerte, vendría pronto a ayudarlas por si aquella chica se ponía pesada. Tras escribir un "enfermera falsa en el pasillo de la maestra" y enviarlo, Mei rezó porque su mensaje fuera lo suficientemente específico como para que Kai no hiciera preguntas al llegar.
Al salir del baño, se encontró a su novia discutiendo con la enfermera grosera.
"No aún, dijo", pensó Mei, considerando por un momento que Khanna debería escucharse a sí misma más seguido. Por más que quisiera secundarla, prefirió observar atentamente por si escuchaba algo importante:
— No sabes con quién te metes - Amenazó la morena de rulos, apuntándole con el índice a Khanna, quien lucía tan enojada como podría estar, a punto de abrirle la cara a aquella enfermera falsa.
— Bueno, tú te metes con Julia Khanna, oficial del Alba Dorada, escuadrón Paraselene. Si no te mides, quizá vayas de visita a San José - Amenazó la chica, tentada de enviarla a la penitenciaría local.
La enfermera falsa entrecerró los ojos al reconocer "Alba Dorada" y "Paraselene" en la respuesta de Khanna. Mei olió los problemas, pero decidió no decir nada. Aún.
— Entonces Khanna, ¿no? El Nightstalker nos habló de ti. Nos habló de tus amiguitas. Un gusto. Creo que seremos rivales pronto, ¿no te parece? Algunos hablan del Gran Trabajo, pero a mí no me interesa. ¿Vas a morir defendiendo a tu precioso Kai? ¿Cuántas personas murieron por él? ¿Se lo has preguntado, Khanna? ¿Acaso les ha dicho lo que está por ocurrir, o es que el "increíble" Carlos Rivera le guarda secretos a sus compañeros de equipo.
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Literatura según Kai
Teen FictionKai ha logrado marcharse de su pueblo natal para estudiar en la universidad que siempre ha querido. Ahora, quizás no tiene que preocuparse por un gran enemigo ni a una pandilla de asesinos, pero eso no significa que deba preocuparse menos por las co...