T4E03: La cuarta generación

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Eran las siete y media de la mañana, pero aún así, Kai tocó a la puerta de Toph, algo desanimado y sin tantas ganas de pedirle aquél favor, pero aún así, no se le ocurría una mejor idea después de todo.

Del otro lado de la puerta, se escucharon varios pasos rápidos, como si hubiese pillado a Toph algo ocupada, pero en un par de segundos, la puerta se abrió y la chica se le quedó viendo fijamente a Kai mientras esperaba a que él hablara primero, como en anteriores ocasiones.

— Eh... bueno... espero que no estés ocupada - Balbuceó Kai, arrepintiéndose de haber cruzado el pasillo para ir a ver a su amiga.

Toph negó con la cabeza.

— Oh. Bien. Eso es bueno. Eh... lo que quería decir es... en la torre Alba Dorada harán una fiesta, ya sabes, por lo del encuentro de la cuarta generación y todo eso. El punto es que no tenía con quién ir y... ¿crees poder acompañarme?

Toph parpadeó dos veces seguidas, con su expresión facial congelada en donde estaba. A continuación, abrió un poco la boca, como para decir algo, pero prefirió no hacerlo: al final, sí terminó preguntando.

— ¿Y Mei? - Quiso saber - Pensé que la querrías llevar a ella.

— ¿Mei? ¡Sí! ¡No! Lo que pasa es que... no lo sé, creí que como estabas más acostumbrada a todo esto de Alba Dorada, te sería más fácil acompañarme. Si no quieres, puedo...

— ¡No! - Exclamó Toph - Sí quiero. Gracias.

Kai se disponía a dejarla para que pudiese terminar de arreglarse en paz, pero Toph tomó su mochila justo después de aceptar la invitación, cerrando la puerta tras de sí: ya iría a la escuela. De acuerdo, pensó Kai. Ahora no tendría que ir solo a aquella fiesta.

Tan pronto llegaron a la facultad, Mei pudo verlos, hablando entre los dos, bastante más cerca que de costumbre. No pudo evitar sentirse mal: desde que Kai la rechazó, a mediados del semestre pasado, había intentado aparentar que todo estaba bien aún cuando no fuera así. Sin embargo, verlo así, junto a Toph... ¡Y era Toph! Probablemente ella era su novia, pensó Mei. Aún cuando tuvo meses para asimilarlo, seguía removiéndole el estómago.

— ¿Hola? - Preguntó Khanna, que llevaba un corto rato hablándole a Mei, quien se había desconectado por completo - Tierra llamando a Mei... ¿nada?

— ¿Ah? Perdona - Se disculpó ella - ¿Qué me decías?

— ¿Qué dices? ¿Vienes conmigo a casa hoy? No te prometo mucho, pero al menos una tarde con películas y cervezas, puedo darte.

Mei no lo pensó mucho: le hacía falta hacer algo por distraerse y ese no sonaba como un mal plan: ya les llamaría a Sue y Celeste, sus compañeras de equipo, para cancelar su sesión de estudio de esta tarde.

El lugar sí que estaba algo concurrido, pero al menos el ambiente de aquella enorme sala de reuniones no era para nada el agobiante lugar social que Kai se esperaba: frente a él, la mesa de botanas apenas estaba ocupada y muchos de los que habían ...

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El lugar sí que estaba algo concurrido, pero al menos el ambiente de aquella enorme sala de reuniones no era para nada el agobiante lugar social que Kai se esperaba: frente a él, la mesa de botanas apenas estaba ocupada y muchos de los que habían asistido, vestían sus uniformes o ropa totalmente casual. A su lado, Toph agradeció no haber venido demasiado arreglada.

Literatura según KaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora