T2E5: Amigos

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Las hojas otoñales seguían cayendo masivamente sobre la plazuela de la facultad de letras; el rocío matutino se prolongaba más allá de las ocho de la mañana y para cuando los alumnos salían de sus primeras dos horas de clases, el aire seguía sintiéndose húmedo y en ocasiones, el sol era apenas visible a través de la densa capa de niebla que envolvía aquella ciudad en medio de varios cerros.

Poco acostumbrado a ese clima, Kai intentaba no resfriarse, aunque le era muy difícil, tomando en cuenta que tenía que salir temprano de casa y si no estaba bien abrigado, llegaba estornudando a la facultad, por lo que Toph terminaba trayendo algunas servilletas para que su amigo se sonara los mocos.

Tras despedirse de ella, Kai caminó por la plaza interior de la facultad, sin saber si buscaba su salón o a sus compañeros de clases. A la primera a la que se encontró fue a Mei, aquella amiga nueva de Nessa a la que había visto hace poco.

— ¿Estás resfriado? - Preguntó ella, haciéndose notar antes por su voz que porque Kai la viese. Siendo sincero consigo mismo, estaba tan poco acostumbrado a un clima tan fresco como a ver a través de la niebla.

— No aún - Sonrió él.

Se hizo un largo silencio incómodo de varios segundos hasta que a Mei se le ocurrió preguntarle el porqué no se juntaba con ellas a comer. Kai intentó evadir el tema, pero la personalidad enérgica y curiosa de Mei lo volvió imposible; tras varios rodeos, terminó diciéndole que a grandes rasgos, le daba la impresión de que a Nessa no le caía demasiado bien y por lo mismo, intentaba no forzar su buen humor sentándose a comer con ella.

Mei lo escuchó y acto seguido, le dijo a Kai que pensaba preguntarle a Nessa si no tenía problema con aceptar a Kai en su mesa ese receso. Los esfuerzos de Kai iban a ser totalmente inútiles para convencer a Mei de que eso no era necesario (ni quería él estar en la misma mesa que Nessa, ya que estábamos), pero a ella poco le importó.

— Entonces te veo durante el descanso junto a la cafetería - Sonrió Mei antes de despedirse e irse dando saltitos al caminar en dirección a exactamente el mismo salón que Kai. Él quiso decirle que no era necesario despedirse ya que iban en el mismo grupo, pero de nuevo, fue inútil.

Por otro lado, le gustaba mucho la personalidad alegremente explosiva de Mei; no dudaba de que ella pudiese tener escondido un cañón de confeti o algo así en su mochila. La única chica así de alegre que conocía Kai era Candy, una vieja amiga suya de la preparatoria en La Ciudad, sin embargo, Mei tenía un aura infantil mucho más pronunciada que la de Candy, más semejante a la de una amable y paciente madre de 18 años. Mei, por otro lado, era más como una niña pequeña a sus 18 años.

Las dos horas de examen transcurrieron como si nada; al final, las notas de Literatura sirvieron de algo y Kai sintió que no había malgastado su tiempo estudiando en vez de procrastinar. Sin embargo, apenas terminó su examen, Mei se levantó a entregar el suyo también para después correr hacia él y salir juntos del salón.

— Nessa ya nos está esperando en la cafetería - Le explicó ella a Kai.

— ¿No tuvo problema con... ya sabes?

Mei negó enérgicamente con la cabeza.

— Dice que no le molesta si te nos quieres unir.

Sin más opción, Kai se encaminó hacia las bancas de la cafetería del brazo de Mei, quien parecía totalmente reaccia a soltarlo hasta haberse sentado. Una vez en la mesa que Nessa y Kalea habían escogido ya, Kai decidió sacar el traste con chilaquiles del interior de su mochila, el sobre de media crema que Toph le había sellado el día anterior y un tenedor para empezar a comer.

Literatura según KaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora