T1E18: Historias de La Ciudad

10 4 3
                                    


Hanna se negaba a dejar las cosas así; tenía que averiguar la verdad acerca de Kai.

Khanna no estaba tan entusiasmada y creía que todo ahí tenía una explicación lógica, pero de todos modos estaba ahí detrás de Hanna mientras ella curioseaba en blogs de internet en donde se hablaba de Alba Dorada, pues no había páginas oficiales al respecto más que el dominio albadorada.com, que estaba sospechosamente censurado a no ser que tuvieses una contraseña.

— Mira, creo que encontré algo - Señaló Hanna - Es un hilo un poco viejo, quizá de la época en la que Kai estaba en la preparatoria.

Era verdad; mínimo tenía entre dos o tres años de antigüedad ese foro.


ikercr7: He estado buscando a lo largo de la ciudad a los que encuentro, pero necesito ayuda para encontrar a los Quincunces restantes. ¿Tienen alguna sugerencia?
vona11: Te recomiendo no dejarlos vivos. Los Quincunces pueden verse muy inofensivos, pero la verdad es que ya nos han causado mucho daño.
ikercr7: ¿Sabes de algún enclave oculto que tengan?
vona11: enlace a Maps adjuntado

Hanna hizo clic al enlace y se encontró en medio de La Ciudad; el sitio del que Kai (y Toph) venían. Era aparentemente un barrio pobre a las afueras de la ciudad. A Hanna le pareció irónico, pues aquél sitio desconocido le parecía muy semejante a la colonia de la que ella misma venía.

— Mira, creo que era esta.

Una casona de tres pisos, hecha de ladrillos marrones y acabado de madera se alzaba a lo alto de una colina. Según vona11, esa casona era un viejo enclave Quincunce.

Hanna decidió sacarle una captura de pantalla a esa y otras pruebas que encontró en foros de internet en donde mencionaban a los de Alba Dorada como unos alborotadores y que habían causado un gran desastre en La Ciudad; al parecer un enorme grupo de adolescentes llamados Alba Dorada habían peleado contra un pequeño ejército de pandilleros llamados malasangres y que varios criminales del reclusorio local se habían fugado: Hasta la fecha, aún no capturaban a todos.

— Julia, esto es muy serio - Señaló Hanna - Si Toph sabe de esto y nos lo oculta... si Kai era uno de ellos...

Khanna exhaló lentamente.

— De acuerdo. Vamos con Toph para que nos explique este enorme malentendido.

 Vamos con Toph para que nos explique este enorme malentendido

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Vale, entonces... me llamaron aquí para poder interrogarme sobre Alba Dorada, ¿cierto?

Hanna asintió.

Julia estaba sentada al lado de Toph, cortándole la salida para irse corriendo a cualquier sitio mientras que Hanna se había sentado frente a ella: Se encontraban en una mesa privada para cuatro personas en un restaurante medianamente lujoso.

— Bien. Empecemos por lo básico. ¿Qué encontraron?

Hanna podía sentir cómo la situación se le escapaba de las manos; en vez de interrogar a Toph, era ella quien las estaba aleccionando a ellas. Sin embargo, Hanna decidió cooperar, aunque no sin sentirse suficientemente incómoda primero; Toph estaba físicamente encerrada, pero era ella quien las había rodeado con sus artimañas y su pensamiento estratégico; sabía que ninguna de las dos se iría de ahí sin escucharla.

— Alba Dorada es un tema complicado. Se supone que no existimos, aunque depende de a quién le preguntes. ¿Has estado leyendo los viejos blogs de internet, cierto?

Hanna palideció.

— Espero que no hayas intentado contactar a nadie - Le advirtió Toph - El último que lo intentó lleva unos meses desaparecido; resulta que la mayoría de esos perfiles son trampas para tontos y buscan atrapar a quienes investiguen Alba Dorada y el Quincunce, ya sea para unirse o para divulgar sus secretos.

Hanna no podía verse más pálida que antes, así que Toph simplemente asumió que ella había cometido el descuido de investigar aquellos blogs en internet sin ayuda ni supervisión. Ahí fue cuando Toph supo que Hanna la había cagado en grande. Sin hacer mucho drama al respecto, sacó su teléfono y tecleó un par de cortos mensajes a alguien que Khanna no pudo ver. Después de volver a bloquear su teléfono, siguió explicándoles.

— No conozco a Kai desde hace mucho, pero puedo explicarles la historia que conozco.

— Te escuchamos - Contestó Khanna.

— Todo empezó cuando fue la graduación de secundaria de los chicos - Narró Toph con un tono aún más solemne que antes.

Kai y su amiga Nora perdieron a un amigo de ambos ese día. Primero por separado y después juntando fuerzas, empezaron a investigar a las personas detrás de este crimen. Encontraron una mafia que se valía del chantaje; se hacían llamar el Quincunce y su líder era Zeta.

Durante los siguientes dos años, Kai, Nora y los del Alba Dorada pelearon una y otra vez contra el Quincunce; Zeta los encontró al menos dos veces y tuvieron que disolverse y escapar esas dos veces. Varios de los amigos de Kai de ese entonces murieron o simplemente nadie volvió a saber de ellos.

Entonces, las cosas comenzaron a complicarse; varias personas más desaparecieron a Zeta. Una de ellas era Gwen, mi amiga. No la culpo, Zeta cometió crímenes terribles; le hizo mucho daño a Gwen y a otras personas. Después, se fueron contra Kai porque no les convenía dejar rastros ni testigos: Lo expulsaron de la preparatoria, pero se les escapó matarlo.

Ellas creían que estaban protegiéndose a sí mismas y en cierto modo, así era. Sin embargo, no pudieron matar a Kai, las llevaron a juicio y cuando se vieron encerradas, desataron un pandemonio en La Ciudad.

— Yo me encontraba en mi casa durante la noche en la que los malasangres asaltaron las calles. Mi familia se encerró toda la tarde y no salieron hasta el mediodía siguiente - Añadió Toph - Mi mejor amigo; Gavin, vino a tocar la puerta a la mañana siguiente a decirnos que el peligro había pasado. Fue una noche... fue aterrador. A media calle de donde vivía, había charcos de sangre. Murió bastante gente.

— Y entonces, Kai era uno de estos Albas Doradas, ¿no? - Aventuró Hanna, intentando no mirarla a los ojos.

Toph asintió.

— ¿Tú también lo eres? - Quiso saber Khanna.

Toph negó suavemente con la cabeza.

— No, nunca fui parte de la organización, pero Kai me dio uno de los comunicadores para que le avise por si pasa algo. Él está fuera porque... se suponía que ya estaba retirado y me preocupa que algo le pase. He leído sus diarios y las cosas por las que pasó no son cualquier cosa. Puso su vida en riesgo en varias ocasiones para cumplir planes que no sabía si se cumplirían. No sé cómo salió vivo de tantas situaciones de riesgo sin un plan totalmente estable.

Khanna decidió tomar las riendas del asunto.

— Yo sí. Es Kai, ¿no? Los planes exactos y totalmente estables no son lo suyo. Él improvisa y lo consigue. Tú eres la chica de los planes precisos.

Toph sonrió a duras penas y asintió, como agarrando confianza para decir lo siguiente.

— No me dijo exactamente a qué fue. No era necesario. Solo sé que quizás pudo haberse puesto en una situación muy peligrosa.

— Él estará bien - Prometió Khanna, deseando tener razón - ¿Recuerdas cuando recuperó el teléfono de Hanna? Corrió riesgos, actuó rápido... Si sobrevivió a todo lo que nos contaste, sobrevivirá a lo que sea que lo haya obligado a volver a su ciudad.

Toph bebió el último sorbo a su refresco.

— Gracias por su apoyo.

— Gracias a ti por explicarnos todo esto.

— Cada quién paga su parte de la cuenta - Soltó Toph de repente.

Hanna y Julia se quedaron heladas al escuchar aquél remate.

— ¿Qué?

— Me trajeron aquí para interrogarme y pensaron que pagaría yo - Balbuceó Toph - No gracias. ¡Las quiero chicas! - Se despidió Toph, dejando su parte de la cuenta pagada antes de marcharse.

Literatura según KaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora