El tiempo no había ayudado en nada para que Nessa recuperase la cordura: cada día que pasaba sin comprender a ciencia cierta lo que había ocurrido la noche de esa fiesta de bienvenida, era un día repleto de paranoia e histeria en niveles alarmantes, incluso para Nessa.
Por eso no fue ninguna sorpresa cuando terminó gritando a todo pulmón en clases de Español con el profesor Davriel. Tras ser impasiblemente corregida dos veces por el apasionado profesor, Nessa terminó explotando, rodeada de sus compañeros, quienes la observaron vociferar:
— ¡No puede ser así! ¡¿No se da cuenta de lo anticuado que es esto?! ¡Los marcadores de género no son algo en lo que la RAE decida!
— Es muy pretencioso querer decirle a todo el mundo cómo hablar, ¿no? - Señaló Kai, echándole más leña al fuego.
— ¿Ve? ¡No soy la única persona que lo entiende!
— No estaba defendiendo tu opinión - La corrigió Kai - La evolución de la lengua es un proceso largo y natural que no puede forzarse artificialmente. Por más que queramos romper la gramática para imponerla, la gran mayoría se negará a acatar el nuevo mandato. Muchas veces, la RAE lo ha intentado y nadie le hizo caso, así que... ¿por qué te harían caso con el rollo de los pronombres?
— Si la mayoría de la sociedad acepta el cambio, la RAE lo reconoce - Complementó Davriel - Ellos no imponen ni esclavizan el libre lenguaje. Solamente definen con reglas lo que ya existe y se habla. No...
— ¡¿No es más fácil admitir que no respeta al LGBT ni a la identidad del resto?! - Vociferó Nessa, sin darse cuenta de que una o dos personas ya la estaban grabando - Maldito homofóbico, transfóbico... ¡Usted no debería de dar clases!
— ¿Alguien más piensa como ella? - Preguntó el profesor Davriel, viendo un público expectante en sus alumnos - Porque si son mayoría, les doy chance de levantarme una denuncia en recursos humanos ahora mismo, hacerme pedir disculpas en público y todo eso.
Nadie más contestó.
— ¿No me van a apoyar? - Chilló Nessa, volteando a ver a sus compañeros - ¡Podemos sentar un precedente!
— ¿No crees que esto está yendo muy lejos? - Le susurró Kai a Nessa en voz baja, intentando disuadirla de hacer algo más estúpido.
— ¡Cállate Kato! ¡Solo cállate! ¿No puedes apoyarme al menos una vez? ¿Eh?
— Nessa... - Musitó Kalea, sentada al lado de la histérica chica - ¿Por qué le dijiste Kato?
Nessa abrió los ojos hasta casi desaparecerle los párpados y sus pupilas se achicaron. Ya no podía decir nada y le era casi imposible respirar con normalidad. Entonces, el profesor Davriel decidió volver a intervenir.
— Habría tolerado que me insultes a mí - Reconoció Davriel - Pasa al menos una vez por semestre siempre que vemos género y pronombres en esta materia. Usualmente, dejan esta materia por su cuenta, pero creo que, debido a tu agresividad, no solo con personal docente sino con un compañero... - Dijo tranquilamente Davriel mientras escribía algo en un papel de su escritorio, hablando al mismo ritmo al que escribía - Quizá lo mejor sea que suspendas el primer parcial. Si decides volver para el segundo, serás evaluada solo con eso, ¿está bien? Ve a casa a descansar o algo. El módulo de atención psicológica está siempre abierto.
— Usted... rata asquerosa y...
— La puerta está por allá - Señaló Davriel ante su cautiva audiencia.
Nessa enfureció, pero en vez de canalizar su ira contra el profesor o sus compañeros, decidió arrojar sus cosas al interior de la mochila, embutiéndolas a como podía. Cuando la tomó para irse, la jaloneó un poco, sin darse cuenta de que se había atorado en una esquina del banco en el que estaba sentada antes de aquella discusión. Terminó jalando tan fuerte que se escuchó con claridad cómo la mochila se rasgaba.
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Literatura según Kai
Teen FictionKai ha logrado marcharse de su pueblo natal para estudiar en la universidad que siempre ha querido. Ahora, quizás no tiene que preocuparse por un gran enemigo ni a una pandilla de asesinos, pero eso no significa que deba preocuparse menos por las co...