T3E07: El enemigo silente

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Mei y Khanna se detuvieron frente a una camioneta blanca de vidrios polarizados, dudando si acompañar o no a ese chico, Sam.

Ramsés las vio como si estuviesen locas, pero al ver a otra persona sentada en el lugar de copiloto de la camioneta, retrocedió un paso involuntariamente.

— Chicas...

— ¡Mei! ¡Apúrense! - Apremió la persona al interior de la camioneta, una mujer.

— ¿La conoces? - Inquirió Khanna, desconcertada.

— Es mi jefa.

Sin darles tiempo a razonar lo que acababa de decir, Mei subió al carro, donde Sam y Nora, la directora de Alba Dorada, aguardaban. Ramsés y Khanna no se lo pensaron de nuevo antes de subir también.

Una vez dentro, ambos vieron a Nora mostrarle la pantalla de su tableta a Mei, donde aparecían dos señales parpadeantes en lo que parecía ser un mapa de Xalapa. Sam, el fornido pelirrojo al volante, ya estaba conduciendo rumbo a donde estaban esos puntos parpadeantes, no muy lejos de la facultad.

Sin hacer preguntas de ningún tipo, los estudiantes, Mei incluida, pasaron todo el recorrido en completo silencio y tanto Nora como Sam estaban poco dispuestos a hablar en el camino. Cuando se detuvieron afuera de lo que parecía ser unas oficinas abandonadas y con maleza creciendo alrededor, Ramsés empezó a ponerse nervioso.

— Oigan... no quiero involucrarme en nada ilegal, ¿vale? Tengo un expediente perfecto y me encantaría que siga así hasta que me vaya.

— Cálmate, niñito - Lo calló Nora, quien reposaba tranquila en el asiento de copiloto, mascando chicle y con expresión de aburrimiento fácilmente visible gracias al espejo, que les dejaba ver su cara - Nosotros somos la poli.

— No lo parecen - Argumentó Ramsés, preocupado por la clase de amigos que frecuentaba Mei - ¡Y estoy seguro de que soy mayor que tú!

— Mañana te mostramos las placas si quieres - Se desesperó Mei - ¿Ya llegamos?

Nora asintió: Sam le quitó el seguro a las puertas del coche y rápidamente, el grupito entero bajó.

— Ramsés, ¿no? Necesitaremos a alguien que esté atento al carro para cuando vayamos de salida - Explicó Sam - Y como no tienes arma ni nada, me gustaría que Khanna y tú hagan guardia. Cuando les indiquemos, llamarán refuerzos.

— ¿Cómo...?

— Les diré cuando sea necesario - Pidió Sam - Iremos por sus amigos, así que más les vale no moverse.

Khanna tan solo se le quedó viendo a Mei, con quien se estaba morreando hacía menos de media hora, pero ahora estaba como si nada ante dos adultos jóvenes que le daban una pistola de agujas cargadas con sedante sin inmutarse siquiera. Mei pareció darse cuenta de que estaba siendo observada y, volteando a ver a Khanna, solo alcanzó a disculparse con un "te contaré después" antes de ir tras Nora y Sam, quienes ya se habían adentrado en el edificio en ruinas.

 Mei pareció darse cuenta de que estaba siendo observada y, volteando a ver a Khanna, solo alcanzó a disculparse con un "te contaré después" antes de ir tras Nora y Sam, quienes ya se habían adentrado en el edificio en ruinas

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