Kai entró al helicóptero antes incluso que el piloto.
Después de pasar meses fuera, estudiando en España, por fin había vuelto a casa, mas no sin reservas: pese a que Eleazar y Nora le garantizaron que México ya era un lugar seguro para él, algunas zonas conflictivas que salían en reportajes internacionales lo hacían pensar lo contrario.
Aún así, decidió tragarse el miedo y volver a casa.
Con sus dos amigos (más que amigos, jefes), el vuelo pasó bastante rápido desde el sur de Veracruz hasta Xalapa. No hablaron mucho, pero Kai se entretuvo viendo el paisaje bajo sus pies y los cambios que habían sufrido algunas zonas del estado desde la última vez que las vio.
— Hay patrullajes seguido en zonas como esta - Le informó Eleazar - Todo el corredor Minatitlán-Boca del Río está muy bien vigilado. No queremos que algo como el golpe de Arze vuelva a ocurrir.
Kai asintió con la cabeza: aunque en España no tuvo que enfrentarse a ningún genocida con sueños de revolucionario, sí que le tocó reencontrarse con una vieja miembro de Alba Dorada: una tal Adhara, ahora miembro del crimen organizado. Ese encuentro le hizo meditar si realmente estaban ganando la lucha o no, dado que más bien parecía que poco a poco, las fuerzas de Alba Dorada menguaban a favor de los grupos criminales.
— ¿Y cómo les ha ido con las licitaciones? - Preguntó Kai, a propósito de sus pensamientos.
— Nada mal. Después de liberar CDMX, fue sencillo ganarnos el favor del pueblo, sobre todo en zonas marginales donde la Armada aplastaba los derechos de las personas. Si hubieses visto sus "campos de reclutamiento"... aprendieron todas las malas mañas de los narcos.
Kai suspiró. Entonces así eran las cosas.
— ¿Eso es Catemaco? ¿Por qué hay vehículos blindados de Alba Dorada alrededor? ¿Tienen sitiada la ciudad?
— Hace pocos días encontramos remanentes carmesíes en la periferia. Una agente del Alba llamada Plata nos dio el pitazo. Tomaron rehenes y todo, pero la situación ya casi vuelve a la normalidad.
A Kai no le pareció que una ocupación militarizada fuera la normalidad, pero se guardó sus comentarios.
Para cuando cayó la noche, ya estaban sobrevolando Xalapa.
Las luces de siempre, el bullicio nocturno en algunas áreas, inaudible gracias a las aspas del helicóptero... Kai sintió poco a poco que estaba en casa nuevamente. Se permitió respirar en paz y observó los lugares que le parecieron familiares: el área de Las Ánimas, Los Lagos, el parque Juárez... cuando por fin llegaron a la Torre Alba Dorada, Kai tenía algo de hambre.
Sacó su móvil del bolsillo y le echó un vistazo. Claro, ¿por qué no?
— ¿Sabrás llegar al departamento que te preparamos? - Preguntó Eleazar, viendo que su amigo estaba ansioso por irse por su lado.
Kai asintió.
Bajó de la Torre Alba Dorada por su cuenta y pidió un taxi: llegar al área de su facultad en un carro particular de Alba Dorada sería evidenciarse demasiado pronto. Lo único que deseaba era poder dormir bien en su primera noche de vuelta en Xalapa.
A medio camino rumbo al viejo departamento de Toph, se arrepintió. Podía comer solo. Ya la haría enterarse de su regreso mañana en la mañana, como al resto. Se sorprendió a sí mismo por haber cambiado de opinión tan fácil. ¿Era por no incomodarla, o más bien, porque no tenía ganas de ver a nadie todavía?
Llegó a la dirección que le habían indicado y metió la llave en la cerradura: dos vueltas después, empujó la puerta y palpó la pared en busca de algún interruptor que encendiera la luz. Lo encontró pasados unos segundos y al encender los focos de la sala, vio que se encontraba no ante un cuarto de estudiante, sino un departamento en toda regla.
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Literatura según Kai
Teen FictionKai ha logrado marcharse de su pueblo natal para estudiar en la universidad que siempre ha querido. Ahora, quizás no tiene que preocuparse por un gran enemigo ni a una pandilla de asesinos, pero eso no significa que deba preocuparse menos por las co...