A primera hora de la mañana y sin avisarle a nadie, Kai llegó a Xalapa.Ya vestido para su día de escuela y con la mochila sospechosamente preparada, no llegó siquiera al departamento que compartía con Toph, quien toda la noche anterior quedó esperando a que el chico llegase a casa. Sin embargo, él no lo hizo.
Para cuando salió el sol y Toph creyó que Kai ya no llegaría, decidió ir camino a la facultad, donde tampoco había rastro de él todavía.
— Entonces... ¿no lo han visto? - Se extrañó Toph al preguntar con el grupo de amigas con las que Kai solía llevarse: Ni Mei, ni Khanna, mucho menos Kalea o Nessa.
Sin embargo, cuando ya estaba a punto de dar la hora para empezar clases, Toph escuchó que alguien la llamaba, chitando un par de veces para llamar su atención. Poniéndose alerta de inmediato, ella se dirigió a donde provenía ese ruido. Detrás de un arbusto, estaba Kai.
— ¿Por qué estás escondido? ¿Por qué no me avisaste que ya habías llegado? ¡Estaba preocupada, Carlos!
— Shhh. Baja la voz. Si te traje a escondidas es porque no quiero que nadie sepa y si sigues regañándome tan alto, van a escucharnos.
Toph maldijo internamente: ahora ni siquiera podía regañar a ese idiota.
— ¡Bueno! ¿Qué quieres?
— Alba Dorada quiere inmiscuirse en los asuntos de la universidad. En todo Xalapa, más bien.
Toph hizo acopio de todos sus recuerdos acerca de Alba Dorada, aquella misteriosa organización que, según sabía, salvó la ciudad de la que ella y Kai venían hace poco más de medio año. Ahora que todo eso había pasado, Alba Dorada comenzaba a consolidarse como una potencia en el país.
— No creo que los de la facultad lo toleren - Se negó Toph - Mucho menos la rectoría de la universidad. No cederían parte de su autonomía si...
— Toph. Ya lo hicieron. Cuando lo del Cazador, Nessa fue con el chisme a su tutora académica y ellos mismos fueron los que solicitaron apoyo de Alba Dorada, aunque la mayoría del consejo académico se esté negando.
Ambos se quedaron en silencio por un breve momento. Parecía que mientras más se esforzase Kai en alejarse de su pasado, más lo perseguía el mismo.
— Anda, tienes que llegar temprano a clases - Señaló Kai, apremiándola a volver a su aula.
Sin embargo, ahora Toph estaba más intranquila que cuando entró a la facultad.
— ¿Y qué ocurre con Hanna? - Preguntó Kai, finalmente.
Ya reunido con el resto de su grupo de amigas de la facultad, todos (Hanna incluida) almorzaban en la misma mesa, viendo que ahora la susodicha se encontraba en la mesa más alejada de la cafetería y mordía la torta que había llevado a la escuela, sin nadie que le hablase.
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Literatura según Kai
Teen FictionKai ha logrado marcharse de su pueblo natal para estudiar en la universidad que siempre ha querido. Ahora, quizás no tiene que preocuparse por un gran enemigo ni a una pandilla de asesinos, pero eso no significa que deba preocuparse menos por las co...